Comer pan frente al hambriento

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No solo de pan vive el hombre, dijeron los hambrientos, lo que verdaderamente alimenta es el espectáculo viral.

Por | Julio Medrano

Según el DANE, la inflación en el precio de los alimentos ha caído, cifras que el Presidente defiende y aplaude. Los opositores mientras cenan lo llaman mentiroso y, el pueblo con la esperanza puesta de trino en trino de Petro, no ve todavía la abundancia en la mesa. Pero, no solo de pan vive el hombre, como dijeron los hambrientos, lo que verdaderamente alimenta es el espectáculo viral.

En menos de una semana, el país pasa del debate Petro – Barbosa,  al de Lalis – Vicky: todo es cuestión de dónde viene el contrato.

La periodista Vicky Dávila, publicitó a través de su cuenta de Twitter, a una cafetería y panadería que es propiedad de la Organización Ardila Lülle: mostró un pan que aseguró costaba cinco mil quinientos pesos. Quedó impactada con el precio (pues hace años no comía pan, desde cuando costaba 100 pesos, según dijo) y pobrecitos los pobres que no tienen cómo pagar un pan de cinco mil.

Usuarios en redes la invitaron a consumir arepa de maíz, con queso, o, sin él, el paquete es más barato y más sano. Además ayuda a la economía de los campesinos boyacenses.

La influencer Lalis, con contrato público bajo el brazo, también le contestó a Vicky y le hizo saber que eso que trinaba no era periodismo.

Y los retuits se dieron y la trabajadora de Semana contestó el trino y así se fue la mañana para los miles de periodistas a quienes sus jefes los ponen a seguir el momento viral, para que los medios sean virales con paparruchadas como la narrada acá.

Pretender pasar por defensoras del bolsillo de los más necesitados, no hace que vuelva a ser popular el dicho de ‘se vende como pan caliente’; en cambio, sí puede crear especulación e influir en el costo del pan en los barrios; sobre todo, en ciudades como en Tunja, donde no hay una regulación para que los panaderos cobren la unidad de ese alimento a un precio estándar, en esta ciudad todos cobran cualquier producto a lo que se les da la gana cobrar, desde panes hasta casas.

Vicky volverá a cobrarle a Ardilla Lülle por nombrarle los negocios en sus redes sociales (o, ¿será que Vicky no cobra por poner marcas en sus redes sociales y yo la juzgo mal?), y, Lalis seguro volverá a cobrar otro cheque público para apuntarse likes y retuits y quizá, por qué no, llegar al Congreso, ya lo hizo un Polo y un Jota Pe Hernández.

Para una paz en el país, parece no ser suficiente la guerra, el narcotráfico, la corrupción, las intermitentes desquicias de los mandatarios, los egos con los que se rifan popularidad en redes sociales, y ahora los colombianos tenemos que ver cómo las discusiones más inútiles se convierten en noticia.

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