Desde el Pasaje Vargas Ed.929

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La desgracia es que el monstruo se las pille

Nuestros académicos siempre lo repiten: cualquier fiel o infiel cristiano puede hacer lo que se le ocurra con las cosas que son del gran leviatán, es decir, de ese gran monstruo que es el Estado. El sujeto bribón y oportunista puede robarse los impuestos, robarse lo público, hacer tal cual, o muchos chanchullos, no ir a trabajar pero cobrar el sueldo, hacerse pensionar dos veces, tramitar la escritura de propietario de las plazas de Bolívar donde quiera que las haya, hacerse titular las tierras de los indios o correr los linderos de los baldíos. Todo eso y mucho más, lo puede hacer; y, es posible que no le pase nada, que pase agache y se vuelva la envidia de los ‘pusilánimes’ que no se animaron a los torcidos. El problema es que el día que el monstruo se da cuenta o deja de mirar para otro lado y se fija en el pilluelo de turno, en ese punto no hay retorno. El monstruo se lo tragará vivo. Y eso es lo que le acaba de pasar a nuestro buen Pedro Orejas. Tanto salta el sapo a la estaca que hasta que al fin se ensarta. Orondo, Pedro Orejas, iba por las breñas del Río Minero diciendo que él era el rey y, como Michín, el que se metiera con él, en el acto moriría; y en efecto, muchos se murieron. Pero el monstruo se pilló, y ahora la emprendió de vuelta para coger de las orejas a don Pedro; y lo cogió, no precisamente de las orejas, sino de las pelotas, como lo describieron los académicos. Primero lo metió preso, después le dijo que no jodiera más o que lo mandaba a donde los gringos, hasta que al fin lo metió en el tiquete que da la DEA (la misma que debió llevar lo que dicen que les mandaba don Pedro a los gringos; esta suposición es de nuestro académico lenguaraz). Y después de estar allá, ahora dicen que le cayeron a lo que con tanto esfuerzo consiguió.

La lista

En efecto, entre la DEA y los de aquí le cayeron a don Pedro, a sus cercanos de familia y a los amigos, de los que ahora dicen que le ayudaban en sus prósperos negocios. Y la descripción la hace el periódico de don Luis Carlos, que siempre fue tan cercano a don Víctor, el que sí fue el patrón de patrones. Total, se informa que fueron ocupados 202 bienes, entre muebles e inmuebles. Pero la almendra, según siempre se ha sostenido desde la Academia de Altos Estudios  del Pasaje Vargas de Tunja, el objetivo no son los peladeros, ni las rangas de caballos, la almendra está en el título de explotación de dos minas ubicadas en la vereda Santa Rosa de Maripí avaluadas en más de medio billón de pesos. Y le echan mano a todo bajo la comprobación, según el gran leviatán, de que las propiedades habrían sido adquiridas con dineros del narcotráfico, «pues desde Boyacá la organización criminal presuntamente preparó y transportó cocaína hacia Venezuela, México, República Dominicana y otros países, para finalmente llegar al mercado ilícito en Estados Unidos». Y el gringo ahí, le puso el guante en las orejas a don Pedro y ya lo tiene listo para  que ‘responda por los cargos de narcotráfico en una Corte del Distrito Sur de la Florida’. Y, como concluye nuestro académico dormilón: no que entregue las rutas de la coca sino las grutas de las minas…

Guardando la memoria de Don Víctor

Este detalle, aseguran los Académicos, puede pasar desapercibido. En la misma información del mismo periódico sobre lo que le está pasando a don Pedro Orejas, se dice que “igualmente se ocupó una finca de 256 hectáreas de propiedad de Horacio de Jesús Triana y María Blanca Carranza de Carranza, viuda del conocido ‘Zar de las esmeraldas’, Víctor Carranza, quien no está vinculada a la investigación”. Esto quiere decir, que ni siquiera después de muerto, a Don Víctor nadie se atreve a vincularlo con algún desaguisado, lo que vuelve a confirmar, insisten varios Académicos expertos, que Don Víctor sí ha sido el patrón de patrones, que de él para abajo, el resto sí que es chusma.

Nada se puede hacer sin que pase nada

Con entusiasmo se han anunciado las obras del bicentenario y con más esperanza, los beneficiarios de las mismas se han manifestado, esperando que ahora sí la cosa resulte. Los habitantes de las regiones de influencia de las carreteras Socotá, Alto de Sagra y de Paz de Río, Tasco, pensaron que ya era hora de que las respectivas vías principales fueran pavimentadas en los próximos meses. Sin embargo, la dicha duró poco, lo cual en realidad no sorprende en nuestra academia, acostumbrada a registrar más desventuras que bondades. El ICANH, que es el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ordenó suspender cualquier trabajo, hasta que no se sepa si serán afectados los yacimientos arqueológicos posibles.

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