Desde El Pasaje Vargas Ed.965

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¡Certificados!

No podría ser de otra manera: los gringos acaban de certificar que Colombia, una república bananera que allá se confunde con Bolivia, que queda entre las duras y los maduros, va por el buen camino en la lucha frontal y definitiva contra las drogas ilícitas, que el presidente de esa porción de tierra caliente, quien vino de la China bautizado con el nuevo nombre de Chan-Cho, está tomando el rumbo correcto. Todo esto ha sido reconocido en la Academia de Altos Estudios del Pasaje Vargas, con el mismo beneplácito que en la Casa de Nari. Aquí en este páramo, particularmente frío por estos días, se estima que, en efecto, la certificación comprueba que todo marcha sobre ruedas y a gran velocidad: los nubarrones despejados, lista la máquina para acelerar a fondo: uso del glifosato que, según Martuchis y María Isabel, es menos dañino que unos vasos de agua; listos los aparatos para fumigar y que todos serán nuevos, porque como dijo Fachito, los que había ya estaban oxidados dado que su primo Juanma los había mandado a arrumar, y que por eso hay que comprarlos nuevos; listos los helicópteros, que ya llegaron la semana pasada, listos los fierros para apoyar las operaciones, listos los héroes de la patria para emprender la heroica batalla final, listos los contratos con los asesores y prestadores de servicios especializados, que de seguro serán los expertos de allá que han quedada sin oficio después de Irak, o de Afganistán; en resumen, listos para reducir la producción a sus justas proporciones, listos para incautar lo que permita mantener los embarques necesarios para que no se inunden el mercado y baje el precio; listo todo para darle bala al que se mueva; lista la DEA para llevar y traer lo que se necesite… Sí; en la Academia, la mayoría de nuestros contertulios estuvieron entusiasmados y dijeron que la alegría del viejo Botero y la patriótica emoción de la vice Martuchis por la certificación están plenamente justificadas, pero que más emoción les debe dar a los proveedores de allá, que serán los que garantizan las verdaderas utilidades; ¡bendita sea la certificación!, dijo uno de los más emocionados, a lo cual contestó otro, que no se identificó: “¡bendita la hoja, fruto de la tierra y bendito el polvo blanco fruto de las cocinas de los hombres que siempre deberá estar dispuesto para las narices que lo necesiten”.

Bandidillos

En la Academia este adjetivo se ha vuelto lugar común. Pero es en sentido amable, afectuoso, tierno, dijo el Académico que más lo ha usado y, en este caso, es empleado en estricto sentido en esta dirección. Ni más faltaba, argumentó, que fuera un calificativo ofensivo contra semejantes lumbreras que son las aquí involucradas. Resulta que como todo el mundo sabe, el pánico había cundido con el posible fallo del Tribunal de Arbitramento en el caso de la Ruta del Sol II y el enredo con Odebrecht. El cuanto es que como aquí están metidos todos los peces gordos, cualquier cosa que pase es igual de gorda. El último escándalo lo desató doña María Jimena Dusán desde la revista de los Guilinsky, que son la competencia de don Luis Carlos. María Jimena contó que la ministra Orozco, la mejor amiga de Martuchis, la Vice, había tratado de anticiparse al Tribunal, acordando que pagaban, con los impuestos del respetable populacho, 1.2 billones a los Bancos terceros de buena fe. Como la tal conciliación no prosperó, ahora esos terceros de buena fe, andan en pánico porque el Tribunal, del cual esperaban algo distinto (“no los billetiaron”, musitó el Académico Dormilón, antes de empezar a roncar más duro). Pero bueno, ahora se sabe que  en esa frustrada conciliación hubo al menos dos reuniones. Una de ellas en la Vicepresidencia de la República, en la que participaron la vice Martuchis, su socia la ministra Orozco, no podía faltar Carrasquilla y los presidentes de los bancos y otros miembros del gobierno. Y en la otra reunión, la Orozco, la socia de Martuchis, habló con los bancos terceros de buena fe, en la reciente Convención Bancaria. Entonces, como a la ministra le ha caído tanta agua sucia que puede salpicar también a Martuchis, lo que se sabe a ciencia cierta es que todos los tiernos bandidillos están en la negociación, pues esta está “avalada por el Gobierno en pleno, incluido el presidente Iván Duque, que como se sabe, según Matador, en chino se pronuncia Chan-Cho.

Sí señores, a inventarse otra vaina

Las caras de nuestros Académicosestuvieron espléndidas, enla primera reunión después de los doscientos años. ¿El motivo? Que tal cual lo predijeron, las cosas resultaron peor. El señor Presidente Chan-Cho, llegó de la mano con los suyos, con Martuchis al lado, se tomaron lo poco que queda del potrero, no dejaron entrar a los ruanetas del vecindario, arrumaron a nuestro buen Amayita-gober entre los invitados de atrás y hablaron de vainas que nadie entendió. Y como llegaron, se fueron. Entonces, ¡a inventarse otra vaina! Porque tampoco resultó la presencia de la Locademia del Frente; allá quedaron arrumados, más atrás todavía, Javier Ocampo, el Maestro Malagón, el Académico y candidato Olmedo, y todos los demás; y, aún peor les fue a Javier Guerrero y su combo desde la UPTC, quienes habían trabajado y coordinado todo… para nada. 

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