Desde el Pasaje de Vargas Ed.964

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Inventarse otra vaina

En la víspera de la celebración de los doscientos años de la Batalla de Boyacá, durante la última sesión Académica, antes del “magno acontecimiento”, como siempre lo ha descrito la Locademia del frente*, el pleno de la Academia de altos estudios del Pasaje Vargas, al cual asistieron la totalidad de sus miembros, (la mayoría solo con lo del tinto de la tarde, si no lo cobraban a más de mil pesos), estuvieron de acuerdo: ‘lo que hay que hacer es celebrar que pasen los tales doscientos años y luego ponerse en la tarea de inventar otro cuento que no sea la tal libertad, ni que somos la cuna y el taller de nada, ni que aquí está el altar de la patria de todos los colombianos, y menos que aquí nacieron cinco naciones; o, que los que se dieron en la mula, dieron su sangre por darnos la libertad’. “Este ya es un cuento chimbo”, gritó alguno desde una de las esquinas de la cafetería de la entrada, a mano izquierda. Y es que nadie le paró bolas al tal Bicentenario, fuera de las farsas que se han inventado unos y otros. Y es que no fueron capaces, ni siquiera, de podar el pasto en el tal Puente de Boyacá; allí estuvieron más atentos los gringos para tratar de limpiar la piedra del obelisco que a alguien se le ocurrió para inscribir nombres como el del godazo cura José Benigno Perilla, que por la épocas del 1900, todavía  adoctrinaba indios por todo lado; ahora, en los tales doscientos años, dijeron los académicos, apenas y de carambola la inauguración del Teatro Suárez, en lo cual se gastaron una fortuna y que solo lo han aprovechado para ponerle el rimbombante y sin sentido nombre de Teatro Mayor Bicentenario. O los espectáculos del ridículo en el Pantano de Vargas y en otros lugares de la llamada Ruta Libertadora para inventarse héroes y heroínas que coincidan con ciertos apellidos para suponer ilustres ascendencias, y otra cuantas estupideces. La tarde terminó lánguida y desierta; a varios de los Académicos les tocó pedirle a la ventera que les anotara el segundo tinto porque la plata no alcanzó.  *La Locademia del Frente, es la que funciona en la Casa de Don Gonzalo, el fundador chapetón de esta City paramuna.

En el primer año de gobierno

Los Académicos del Pasaje Vargas, más de la mitad, asintieron con su cabeza cuando uno, de entre muchos, propuso que el gran cambio en esta primera vuelta al sol que cumple el gobierno del presidente eterno, es que su sub-presidente, que se fue a la china como Chanchis president, regresó con el nombre chino de Chan-Cho, tal como lo describió Matador. Pero,  más en serio, la Academia se encargó también del análisis correspondiente. En este punto la mayoría de los contertulios llegó a la certidumbre de que nuestro Chan-Cho, en estos 365 días, ha sido el único que ha cumplido a cabalidad con su tarea, que ha demostrado ser el más honesto y el más capaz de todos los que han sido en la Casa de Nari y en las casas pasadas donde ha estado el inquilino que se ha dicho presidente de este platanal. Nuestro Chan-Cho dijo que había que hacer trizas los acuerdos de paz, y a fe que lo ha logrado en su primer año; que se debía volver a la bala y a la fumigación, y ambas metas van en cumplimiento casi al cien; que los riquitos de los que habla su presidente titular serán más riquitos, y los pobres van mejorando en la escala y ya son más pobres. Todo va bien; que para no parecerse al castrochavismo, tocaba acabar con la vagabundería de las casas gratis; que había que restablecer los negocios de los fierros y de las fumigaciones; con alguna dificultad pero todo marcha: acaban de llegar los primeros 60 helicópteros y ya empezaron a negociar los F16; que el que quiera mejor servicio de salud, que la pague particular o la prepague; que al grupo Aval hay que pagarle lo que le prestó a Odebrecht para el tumbe de las 4G; que ya casi están al día con los muertos atrasados (ya van varias docenas y mejorando la puntería); que en lo único que no se ha cumplido es la masacre que el presidente titular anunció hace algunos meses; que nombraría a los mejores: a Fachito y a Monseñor Ordóñez, al decrepis Holmes, al negociante y aguardientero Botero, a los Ceballos y a los Barbosa, auténticas lumbreras… Un primer año, no de aprendizaje, sino de cumplimiento y metas logradas, han dicho convencidos los Académicos del Pasaje Vargas. “Viva el presidente Chan – Cho”, gritó en el momento de más asistencia en la Academia un espontáneo emocionado. “Viva, viva, viva”, respondió la mayoría.

“Qué decepción, qué tristeza”

Esta fue la exclamación del último Académico militante del trapo rojo (los demás son godos, petristas, vargaslleristas, polinecios, uribestias, etc.), al enterarse de lo que hicieron los jefes con las adhesiones a las candidaturas de los godos para la alcaldía de este cercado muisca y paramuno, y para la sucesión en el Palacio de la Torre, que definitivamente ya no será de los godos Torres. “El más vulgar acto de negocio de estos sinvergüenzas”, volvió a gritar el indignado Académico Cachiporro. 

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