Experto asegura que este podría compararse con el santuario de Machu Picchu en Perú y que está abandonado por las autoridades, además de irrespetado y descuidado por la comunidad.
Esta semana un investigador boyacense se llevó una desagradable sorpresa al visitar el Observatorio Solar Muisca de la capital boyacense y así lo denunció con el equipo periodístico de El Diario de Boyacá.
«El 21 de junio del 2023, al hacer una parada para observar el ocultamiento del sol del solsticio de junio, observamos que en Los Cojines del Zaque, Observatorio Solar Muisca, que alinea a la salida del sol de solsticio de diciembre, su alineamiento está directamente con la salida del sol del solsticio de diciembre, por eso se observa que es un calendario solar; observamos que tiene sobre su estructura de los cojines sobre los pétreos unos grafitis en color negro, unas pinturas allí que hicieron unos grafos sobre él, indicando el irrespeto y falta de conciencia, de cultura sobre el patrimonio cultural que nos rodea», manifestó Julio Bonilla Romero, ingeniero civil, topógrafo e investigador en Arqueoastronomía de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
El sogamoseño indicó que, «este observatorio además de estar completamente abandonado allí por las autoridades de cultura, desde hace muchos años en la ciudad de Tunja, porque con la Universidad Distrital hemos hecho los levantamientos topográficos y mediciones de la salida del sol, siempre observamos ese abandono».
Y propone una solución, «una de las propuestas que de pronto creemos que se debe hacer es cambiarle el encerramiento, desde la roca de la piedra que tiene alrededor del Parque Arqueológico; también controlar la construcción de la vivienda que está en el punto más cercano, ya que en cualquier momento también va a impedir la observación de la salida del sol, desde ese punto a 2.800 metros de altura como se encuentra actualmente».
Bonilla Romero hace una invitación a las autoridades competentes, «a las academias de historia, de patrimonio, de cultura a nivel local y a nivel nacional, que le pongan más atención a este espacio milenario y que fue llamado por muchos años, el mal llamado ‘Cojines del Diablo’, y que se le dé la reivindicación que tiene ante la astronomía prehispánica de los pueblos Muiscas que lo habitaron».
El llamado se hace extensivo a la población tunjana, para que se reconozca como Patrimomio Cultural y se apropie de él. El investigador asegura que éste es uno de los pocos observatorios solares similares a Machu Picchu o algunas pirámides mexicanas, «que alinean para medir lo que es el calendario solar con respecto a los solsticios y equinoccios», de modo que resulta relevante, según su relato, que se divulgue en los colegios y en los centros culturales de la ciudad.
