En la capital boyacense se tiene la ilusión de celebrar diciembre como se ha hecho tradicionalmente, aguinaldo boyacense incluido. Sin embargo, ese escenario ideal para el fin de año, depende en gran medida del avance de la vacunación y de la disciplina y rigurosidad de los ciudadanos a la hora de implementar o asumir el cumplimiento de protocolos. Ahora, el gran reto de las autoridades es convencer y aplicar vacunas a todos aquellos que hasta ahora han sido esquivos con ese tema.
Apenas 19 casos nuevos de COVID-19 se reportaron el martes 17 de agosto en Boyacá. Una cifra que generó esperanza entre algunos, dudas entre otros, y que invitó a los expertos en epidemiología a hacer una pausa en el camino para analizar la foto del momento.
Hoy el optimismo es moneda corriente entre todos, pues durante las últimas dos semanas los nuevos casos vienen a la baja. “Esto va a estar estable durante un buen tiempo”, comenta Fred Gustavo Manrique Abril, epidemiólogo, Magister y Doctor en Salud Pública y Ciencias de Enfermería.
De hecho, para conocedores del tema como Manrique, es difícil proyectar la existencia de un cuarto pico de contagios. Claro que no por ello es momento de renunciar a protocolos y cuidados, pues lo que si advierte Manrique es que habrá brotes ocasionales, más que todo cuando haya puentes festivos.
“La idea es mantener esto por debajo de los 20 casos diarios. En términos de contagio hay que decir que ya no hay tanta gente que se contagie, quizá una población que nos implica un mayor reto son los menores de 16 años porque son los que están sin vacunas y expuestos (…) ese riesgo puede estar alrededor del 20%. En Tunja estamos hablando de unas 40.000 personas que pueden estar expuestas, y de las que podría darse el contagio en unas 4.000. Estamos hablando de que, a este ritmo, tendríamos todavía por venir unos 200 días de contagio permanente (…) Lo que hemos monitoreado en Tunja es que hay una elevación de casos cada vez que existe un puente, una festividad”, señala Manrique Abril.
Claro que no quiere decir que los contagios se vayan a producir exclusivamente por viajes durante las festividades. “Si la gente se relaja mucho, podríamos tener un contagio sostenido”, agrega Manrique.
Para Tunja, donde la vacunación ha avanzado a buen ritmo, surgen hoy grandes retos, pues algo que tienen claro los epidemiólogos es que los procesos de inmunización a través de vacunas suelen estancarse cuando van entre el 50 y el 60 por ciento. Explica Manrique que es vital que las vacunas lleguen a tiempo, que haya disponibilidad del biológico permanentemente, pues cuando no es así, el ciudadano puede verse desmotivado a someterse a la vacunación. También se convierte en algo trascendental convencer a esas personas que han mantenido una postura intransigente en contra de la vacunación, pues se convierten en sujetos de alto riesgo en medio de la pandemia, y en facilitadores de la mutación de los virus.
Algo que también resulta esperanzador es la situación de ocupación hospitalaria. “Ayer tuvimos un registro de menos del 15% de ocupación en UCI COVID”, comenta Manrique Abril. Sin embargo, no es momento de creer que el refuerzo hospitalario ha sido suficiente, pues algo que se ha visto en tiempos recientes es el desbordamiento en ocupación de UCI no COVID.
Expertos como Fred Manrique consideran que el COVID-19 no desaparecerá jamás de la faz de la tierra, pero para fortuna de la humanidad, y como consecuencia del arduo trabajo investigativo para confrontar al virus, hoy existe herramientas, como la vacuna, para restar impacto a la pandemia. Manrique estima que para noviembre de este año se podría estar asumiendo al COVID-19 como una enfermedad respiratoria más. “Es posible que en noviembre o diciembre volvamos a un 80 por ciento de la normalidad que teníamos antes de la pandemia”.
