“Nunca he recomendado a alguien para que le compren algún bien o servicio”: Juan B. Pérez

Foto/ Hisrael Garzonroa
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“No podrán comprobar un comportamiento semejante mis detractores; se necesita, además, ser de mala fe y tener perversas intenciones para calificarme de clientelistas y hacer debates por emitir una simple opinión”.

Estos son algunos de los argumentos con los que refuta el hasta hace pocos días representante de los exrrectores de la UPTC ante el Consejo Superior (CS) de la misma, Juan B. Pérez Rubiano, en carta dirigida a la dirección de El Diario, a raíz de una nota publicada en nuestras páginas en la cual se presentan cuestionamientos a las actuaciones de este veterano dirigente al interior del CS.

Pérez Rubiano, enfatiza que lo único que ha hecho en toda su vida es actuar y trabajar por los más caros propósitos de las entidades en las que ha trabajado y en las instancias en las cuales ha representado los intereses colectivos.

Debe leer:
>Rifirrafe en el Consejo Superior de la UPTC: “Que vengan los órganos de control”

El siguiente es el texto de la carta entregada a la dirección del periódico, justo en la víspera de la elección del nuevo representante de los exrrectores ante el Consejo Superior para un periodo de dos años, donde él vuelve como único candidato.

Señor Director
EL DIARIO de Boyacá
Tunja.

Apreciado señor Director.

Los inapropiados, ofensivos, tendenciosos y mentirosos  calificativos, empleados  por el informante  anónimo  de la publicación de esta semana en el periódico EL DIARIO de Boyacá, reflejan el sesgo político, la pugnacidad  y hasta la envidia que caracteriza,  desgraciadamente,  el comportamiento de algunos boyacenses que los  lleva, no a cumplir con sus deberes,  sino a tratar de causar daño a personas  que como en  mi caso, a lo largo  de mi vida, no he hecho nada distinto  que  trabajar con transparencia ,eficacia y eficiencia por Boyacá y el país  en los organismos  oficiales nacionales, en el Senado de la República y en la empresa privada, sin haber recibido  jamás, ni siquiera un llamado de atención de las entidades de control o de la justicia, ni haber sido motivo de polémica   por mis actuaciones.

Por el contrario, he sido objeto de múltiples reconocimientos  nacionales e internacionales  cuando, por ejemplo, con el apoyo decidido del Presidente Andrés Pastrana  y contra la voluntad  del equipo económico de la época, en mi condición de Presidente  de la Caja Agraria, la liquidé ,entre otras razones , porque  cada día perdía  mil trescientos millones  de pesos  y era foco de corrupción;  y fundé el Banco Agrario, el más grande del país, que desde el primer día empezó a servir a los intereses  de los campesinos y a generar utilidades.

Esa y otras experiencias en el manejo de grandes empresas es la que, modestamente, he puesto al servicio de la U.P.T.C., desde el Consejo Superior, gracias a la confianza en mí, depositada por un grupo distinguido de ExRectores.

Qué bueno sería que mis detractores leyeran las actas del Consejo Superior. Ahí están consignados mis múltiples aportes, todos orientados exclusivamente al buen funcionamiento de nuestra querida Universidad, sin buscar ningún tipo de beneficio personal. Nunca he recomendado a alguien  para que le compren algún bien o servicio; tampoco hay  en la nómina, de casi mil empleados y trabajadores que tiene la U.P.T.C., una sola persona  que haya ingresado  por mi recomendación; únicamente  en una ocasión  di una opinión  acerca de un funcionario que ya no está. No podrán comprobar un comportamiento semejante mis detractores; se necesita, además, ser de mala fe y tener perversas intenciones para calificarme de clientelistas y hacer debates por emitir una simple opinión.

¿Qué pasó en la sesión 13 del Consejo Superior que dio lugar a tan tendencioso artículo, Señor Director? Sucedieron varios hechos: En primer lugar, el presidente del C.S., minutos después de haber acordado  por unanimidad  que solo se trataría  en la reunión  con los estudiantes lo relacionado  con el valor de las matriculas,  para cumplir con lo recomendado por el Tribunal Administrativo de Boyacá, durante el desarrollo de esa reunión introdujo  otros temas, como la aprobación de actas que también se había acordado que se trataría en la sesión  del C.S. que realizara inmediatamente después de terminada la reunión con los estudiantes. También trajo a debate la proposición que el Gobernador Carlos Amaya había hecho, presentada meses atrás, en el sentido de que el C.S. Solicitará a las Entidades de control que investigaran “malos manejos” en la U.P.T.C.

Ese proceder arbitrario del Presidente del Consejo , delegado de la Ministra de Educación,  que tuvo el respaldo del sector gubernamental, dio lugar  a un intenso debate por el sinnúmero de acusaciones  temerarias que se hicieron contra la dirección de la U, lo cual me obligó a responder   con vehemencia, es cierto, pero  con incuestionable objetividad.

Es  imposible, Señor Director guardar silencio  cuando se calumnia, como es imposible no referirme al artículo de ayer (el martes) de EL DIARIO de Boyacá, en el que se transgreden las más elementales normas de respeto que merecen los contradictores. Y también es imposible para mí, como boyacense y como exrector  no salir en defensa del presente y el futuro de la hoy  gloriosa Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, cuando se presentan propuestas populistas que tornan incierto su futuro.

Este último punto, la defensa de la U.P.T.C., debería ser lo más importante del debate actual; el que debe aglutinar a los estamentos Universitarios; el que requiere el apoyo de todos los sectores ciudadanos; el que conviene a las juventudes boyacenses, especialmente de los estratos más pobres. Este debate debería tener como principal objetivo asegurar el hoy y el mañana exitosos de la Universidad.

 ¿Qué significa defender la U.P.T.C.?

Simplemente que todos los miembros del Consejo Superior actuemos responsablemente; que no pongamos en riesgo la existencia misma de la Universidad; que no obstaculicemos su crecimiento, que hoy la coloca como una de las diez Universidades más importantes entre las más de doscientas cincuenta instituciones de Educación Superior que hay en Colombia, gracias a la magnífica gestión del actual Rector Alfonso López y de quienes lo han antecedido, lo mismo que del esfuerzo y dedicación de sus docentes, empleados y trabajadores y a la respuesta positiva de sus estudiantes.

Estos últimos, deben ser el motivo principal de nuestra preocupación. No se trata solamente de expedir Títulos, sino que debe impartirse la mejor educación posible, para que los egresados de la U.P.T.C. estén en condiciones de participar con existo en el competido mercado laboral y ser capaces de organizar sus propias actividades empresariales.

Con respecto al nuevo modelo que se está construyendo para el cobro de las matriculas, todos consideramos que se deben tener en cuenta prioritariamente las condiciones socio económicas de los estudiantes y sus familias, que debemos defender la educación pública y solicitar que el Estado destine más recursos. Eso no tiene discusión. Algunos pensamos, además, que debe mejorarse la calidad de la enseñanza, que hay que hacer más investigación y extensión, que se deben crear condiciones para que ingresen a la U.P.T.C los estudiantes distantes y más pobres del departamento; que los estudiantes de Boyacá, de estratos uno y dos, que representan cerca del 70% de la U.P.T.C., puedan ingresar a adelantar las carreras de más alto costo (Medicina, ingenierías y otras).

Con respecto al edificio de aulas de Duitama el Consejo Superior acompañó al Rector, quien logró su terminación, sin pleito y aplicando la normatividad vigente.

Sobre la intervención de las entidades de control, es obvio que estás deben actuar cuando exista violación de normas legales y contractuales y nadie debe oponerse a ello. Pero no es procedente pedir, como Corporación, que investiguen” malos manejos”, cuando no se tiene conocimiento de la existencia de tales hechos. Grave daño se causa a la buena imagen de la U.P.T.C. creando ese manto de duda.

Termino, Señor Director, esta comunicación cuya publicación en su totalidad le agradezco, pidiendo a todos sin excepción, que por lo menos esta vez pensemos en grande, que defendamos a la U.P.T.C., que es el mejor patrimonio que tenemos los boyacense, que la sustraigamos, ahora y siempre, del debate politiquero que tanto daño a causado a Boyacá.

Atentamente
JUAN  B. PEREZ RUBIANO
Representante de los Exrectores en el Consejo Superior

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