Las acciones del Ideboy en Acerías Paz del Río, el peor negocio de Boyacá en toda su historia

Foto | Hisrael Garzonroa
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Aunque los nuevos directivos de la Siderúrgica enviaron un mensaje de optimismo, principalmente a Boyacá, el futuro para la compañía sigue siendo incierto. Después de la negociación de más del 80 por ciento de las acciones, hay más preguntas que respuestas sobre lo que sigue para la empresa.

Durante casi medio siglo, Acerías Paz del Río fue una empresa pujante, fabulosa, impresionante…

Basta con leer la crónica escrita en 1954 por Gabriel García Márquez en el diario El Espectador, para entender la magnitud del proyecto siderúrgico montado en Belencito, en cercanías de Sogamoso.

“Puede decirse, con absoluta seguridad, que en ninguna ciudad del país se está trabajando actualmente con la intensidad, la fiebre y la desesperación con la que se trabaja en Belencito, una ciudad moderna, de ruidoso y confuso cosmopolitismo, en el recodo de una extensa llanura agrícola”, escribió Gabo.

En esa crónica García Márquez se refirió a los más de 7.000 trabajadores que tenía la empresa antes de ser inaugurada, a 2.000 habitantes de Belencito en horas de trabajo y a los 5.000 en horas de ocio, a 800 vehículos circulando por las calles, entre enormes camiones de carga, autobuses, modernos automóviles; así como a dos ferrocarriles y al proyecto de producir 500 toneladas de hierro cada día.

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Todo eso y mucho más fue Acerías Paz del Río, la empresa más importante construida y establecida en Boyacá. Durante más de 70 años Paz del Río ha generado miles y miles de empleos y riqueza a casi la totalidad de municipios de las provincias de Sugamuxi y Tundama y ha tenido influencia sobre todo el departamento.

Sin embargo, a finales del Siglo XX llegaron las vacas flacas para la empresa. La competencia en la producción de hierro y acero, no solamente interna sino externa, el rezago tecnológico, los altos costos de producción, la alta carga laboral y la deuda con los futuros pensionados generó que se comenzara a hablar de liquidación.

“Incluso con protección arancelaria permanente por parte del Gobierno, contrariando todas las premisas de la internacionalización de la economía, desde una visión estrictamente financiera, Acerías paz del Río no es viable”, concluyó un informe presentado por la Junta Directiva de la empresa a comienzos de 1997.

Durante varios meses Acerías seguía acumulando pérdidas y exigiendo recursos que sus principales accionistas, El Grupo Empresarial Antioqueño y el IFI, no estaba dispuestos a aportar.

En 1998 el Grupo Empresarial Antioqueño encontró una solución para retirarse de paz del Río antes de que la enorme carga arrastrará a todo el conglomerado: regalar las acciones a la Gobernación de Boyacá.

Foto | Hisrael Garzonroa

En ese entonces esas acciones representaban el 34,5 por ciento de propiedad de la empresa, pero el gobernador, Eduardo vega Lozano, decidió que la donación no se hiciera al departamento sino a la Promotora de Microempresas, Productividad. La mayoría de las acciones seguían siendo de los trabajadores y de los pensionados, que de esa manera capitalizaron las deudas que la empresa tenía con ellos, y del IFI.

En el 2001 la Junta Directiva de Productividad aprobó la donación de esas acciones al Instituto Financiero de Boyacá (hoy Infiboy), que era socio de la Promotora de Microempresas, pero algunos de los socios presentaron una demanda para exigir judicialmente la propiedad sobre las acciones.

Varios gobernadores, entre ellos Eduardo Vega Lozano, Miguel Ángel Bermúdez y Jorge Eduardo Londoño, participaron tangencialmente en algunas decisiones de Acerías Paz del Río, aunque más a nivel burocrático que en temas de fondo.

Pero a finales del 2007 sucedió lo que parecía un milagro: en una subasta en la que se ofrecieron más de 8 millones 200 mil acciones ordinarias de la compañía, equivalentes al 52 por ciento del capital, Acerías fue vendida por 1,078 millones de dólares al Grupo Brasileño Votorantim.

Los brasileños adquirieron el 52 por ciento de la empresa por 485 millones de dólares. Su oferta final fue de 131,42 pesos por acción, que superó en un 157 por ciento el precio base.

De esa manera, la operación que como mínimo sería por 426.000 millones de pesos, superó el billón de pesos, y los 7.000 trabajadores y pensionados que decidieron vender sus acciones aseguraron más de 600 mil millones de pesos, a razón de más de 100 millones de pesos en promedio cada uno.

Muchos trabajadores y pensionados realizaron inversiones rentables y generaron utilidades con esos ingresos, pero muchos otros los dilapidaron, incluyendo los que los quisieron multiplicar milagrosamente en las ‘pirámides’ como DMG y otras que aparecieron por esa época.

A finales del 2007 algunos sectores de opinión propusieron que los trabajadores y pensionados invirtieran sus fabulosos ingresos en comprar la Empresa de Energía de Boyacá, pero el presidente Álvaro Uribe les aconsejó que mejor compraran acciones de Ecopetrol. Hoy las acciones de Ecopetrol están desvalorizadas y la Empresa de Energía de Boyacá cuesta más de cinco veces lo que fue vendida.

En ese mismo tiempo el secretario de Hacienda de Boyacá, Jaime Raúl Cely Alba, propuso que el departamento aprovechara el buen momento y vendiera las acciones en Acerías, que en esa época costaban más de 420.000 millones de pesos, pero varios sectores de opinión se opusieron.

Tres años después el gobernador José Rozo Millán propuso vender ese paquete de acciones, que ya valían mucho menos, unos $100.000 millones, pero otros sectores políticos dijeron que esos recursos se iban a volver plata de bolsillo para el Gobierno de Boyacá.

Ahora, si en esta oportunidad el departamento hubiera vendido sus acciones, al mismo tiempo que las que ofertó y negocio Votorantim, el Ideboy apenas habría recibido 12.000 millones de pesos; es decir menos de 400 mil millones de pesos que en el 2007; es decir, todo un ‘descalabro’.

Las preguntas que surgen con la compra de esta semana

  1. Ayer se conoció que los nuevos dueños de la mayoría de las acciones de Acerías Paz del Río, Trinity Capital y Structure, tienen varias líneas de negocios, entre ellos la exportación de carbón, pero ¿realmente conocen el negocio siderúrgico?
  2. ¿Será cierto que van a mantener una nómina de más de 2.000 trabajadores que tiene hoy la compañía o se concentrarán los frentes productivos que generan rentabilidad y desecharán las tareas que solo generan costos?
  3. ¿Por qué las acciones fueron vendidas en tan bajo precio cuando Votorantim las había comprado tan caras?
  4. ¿Aparecerán algún día miles y miles de pequeños accionistas de Paz del Río que hoy no se han reportado? Se presume que un alto número de ellos no sabe sobre su posesión de los títulos, otros ya murieron y las acciones están abandonadas o en procesos de sucesión.
  5. ¿El Gobierno de Boyacá logrará el respaldo político de la Asamblea para que le autorice vender las acciones al precio bajo en el que se encuentran actualmente?
  6. ¿Qué fue lo que prioritariamente compraron Trinity Capital y Structure: el goodwill de Acerías, los yacimientos minerales en las provincias de Sugamuxi y Centro, el mercado del acero (Acerías produce el 30 por ciento del acero que se consume en Colombia).
  7. ¿Si las pérdidas netas y operativas de la empresa en los últimos años han sido millonarias, cómo le darán un giro a esa situación?
  8. ¿El Gobierno nacional le dará ayudará a Acerías con nuevas políticas proteccionistas para enfrentar los productos siderúrgicos que están llegando del exterior?
  9. ¿Se recuperará el mercado nacional del acero en los próximos años?
  10. ¿Tienen garantizados Trinity Capital y Structure los recursos para continuar en los procesos de reconversión tecnológica y para hacer de Acerías una empresa moderna que cumpla los parámetros de protección del medio ambiente?
  11. ¿Quiénes llegarán en los próximos días a la Junta Directiva de la Empresa y a los cargos directivos de la compañía?
  12. ¿Se recuperará la acción de Acerías Paz del Río? ¿Algún día el departamento podrá volver a tener las oportunidades que tuvo durante estos años para hacerse al control de la empresa o para vender las acciones a altos precios?
  13. ¿Es una buena decisión de los nuevos dueños mayoritarios de Acerías de no salir de la Bolsa de Valores de Colombia y de estudiar la posibilidad de liberar un porcentaje de títulos al mercado público? ¿Qué buscan con ello?
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