La trampa de la pobreza

Foto | Hisrael Garzonroa-EL DIARIO
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La pobreza multidimensional ha venido descendiendo en las últimas dos décadas en Colombia, con un rebrote en el año más crítico de la pandemia (2020), para luego descolgarse y seguir una tendencia hacia la baja en el periodo 2021-2023. En los últimos tres años, este indicador, que se asemeja a un indicador de mal-estar, que refleja la situación socioeconómica, pero con signo negativo, se contrajo de 16,0 a 12,1 por ciento, lo que significó 1,8 millones colombianos que lograron mejorar sus condiciones de educación, salud, empleo, infancia y adolescencia, servicios públicos domiciliarios y vivienda.

Por | Edilberto Rodríguez / Contrapunto económico.
Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
X: @zaperongo

Durante el Gobierno actual, 338.000 colombianos abandonaron la franja de múltiples privaciones. Pese a las mejorías encontradas, las brechas de género y pertenencia a la zona urbana o rural persisten, en contra de la última, triplicando la diferencia existente.

El índice de Pobreza Multidimensional (PM) cataloga como pobres a los hogares colombianos que expresaron carencias equivalentes al 33,3 por ciento de los 15 indicadores incluidos en la encuesta, que desagregan las cinco dimensiones.

Si esto ocurría a nivel del país, a escala departamental las orillas extremas de los 33 dominios geográficos analizados el año pasado, eran ocupadas por Vichada (65,4 por ciento) y Bogotá (3,6 por ciento), similar al promedio observado en América Latina.

En Boyacá, la disminución de la pobreza multidimensional se interrumpió el año pasado, comoquiera que se elevó de 9,6 a 9,9 por ciento, lo que se tradujo en 5.000 pobres más. 

Resulta sorprendente, que en 2020 la tendencia descendente de este indicador, no se haya revertido, tal como sucedió en el país.

Ahora bien, al contrastar este indicador con la percepción de los hogares, en los que el jefe o cónyuge, se reconocen como pobres (bienestar subjetivo), la Encuesta de Calidad de Vida (ECV), presenta un panorama, con algunas coincidencias con la pobreza multidimensional.

De otra parte, se encuentra que el porcentaje de familias que se percibían como pobres se ha incrementado, alcanzando el pico máximo no en el año más adverso de la pandemia, sino en 2022, para contraerse el año pasado en tres puntos porcentuales, al saltar de 50,6 a 47,3 por ciento, lo que trajo consigo una reducción de 344.000 hogares pobres menos.

La percepción de pobreza de los hogares

En el caso de Boyacá, el pico máximo se registró en 2021, considerado el año del “rebote” económico, para luego mostrar una caída de dos puntos, acentuando esta merma en 2023, cuando 2.000 hogares más se identificaban como pobres. La brecha urbano-rural, se evidencia en el hecho de que la percepción en las cabeceras municipales en 2023 fue de 34,3 por ciento, mientras que en el campo equivalía a 58,0 por ciento. Las cifras a nivel nacional. son más elocuentes: 40,6 versus 70,5 por ciento.

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