En Duitama harán rogativa para pedir que llueva, ¿en qué consiste?

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Se trata de una tradición católica que tuvo auge entre los siglos XIV al XIX y que coincidió con climas adversos, especialmente en España y Europa. Durante ese rito se hacen cánticos y se pronuncian letanías en las que se suplica a Dios.

Los ruegos colectivos a las divinidades para pedir lluvias o ayuda en tiempos de calamidades son tan antiguos como la misma humanidad.

En la época del Imperio Romano se realizaban rogationes, ruegos colectivos para pedir lluvia pero también, en época de calamidades, para pedir la intervención divina. De todos esos rituales hay testimonios en textos bíblicos y sagrados.
En la Revista de Aficionados a la Meteorología (noviembre de 2003), la licenciada en historia Carmen Gozalo de Andrés, explica que rogativas son las oraciones públicas hechas a Dios para conseguir remedio en una grave necesidad.
“Generalmente consistían en procesiones que se hacían dentro o fuera del templo con carácter de penitencia y propiciación para la agricultura, acompañadas del rezo de letanías. Litúrgicamente fueron establecidas por la Iglesia para ser rezadas o cantadas en ciertas procesiones, probablemente en el siglo IV, aunque no se fijaron las fechas de su celebración hasta el pontificado de San Gregorio Magno en el año 590”.

“Tenían lugar dos veces en el año: en la festividad de San Marcos, las denominadas rogativas o letanías mayores, y, en los tres días anteriores a la Ascensión, las conocidas como rogativas o letanías menores. Además, con carácter extraordinario, el Papa y los obispos podían prescribirlas en cualquier época del año en calamidades y necesidades públicas perentorias”.

Es muy posible que las Rogativas de San Marcos, suplantaran a las Robigalia romanas, tradicionales festejos de carácter agrícola, que se celebraban en la misma fecha en honor del dios Robigo, con procesiones a través de los campos y sacrificios de animales, que tenían como objetivo interesar a aquella divinidad pagana en el cuidado y protección de los sembrados.

También escribe que cuando la meteorología aún no era ciencia, las rogativas ya formaban parte de la cultura de muy diversos pueblos. Los ceremoniales de sus ritos, cánticos, tradiciones y leyendas, vinculados casi siempre a la obtención de tiempos atmosféricos favorables al buen desarrollo de las cosechas agrarias, constituyen un extraordinario corpus de contenidos un tanto folclóricos, que forman parte de una sugestiva parcela de la ciencia del tiempo que se conoce como Meteorología Popular.
Tradicionalmente ha habido dos tipos de rogativas: las que se hacían en forma de letanías, acompasando la procesión que recorría los campos secos, y la serie de poemas compuestos especialmente para los diferentes santos, cristos y vírgenes venerados en cada zona. Todo ello, muy vinculado a la antigua creencia del poder mágico del canto.

Estos cánticos procesionales forman parte de una serie de ritos tradicionales revestidos de cristianismo, pero mágicos en el fondo, comunes a muchos pueblos.

Carmen Gozalo de Andrés recuerda que ya entre los antiguos brahmanes se consideraba al canto del sakvari capaz de promover la lluvia y el rayo.

En el informativo Historia y Sociedad, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, se relacionan rogativas que se realizaron en Antioquia durante los siglos XVI, XVII y XVIII, principalmente para pedirle a Dios o a la Virgen que intercediera ante la ocurrencia de fenómenos naturales, enfermedades, plagas y pestes.

En Boyacá, fueron muy populares las rogativas a la Virgen de Motavita. Según el periódico El Tiempo de 7 de marzo de 2003, de enero a marzo, cuando los campesinos de Motavita iniciaban las siembras, acudían a las rogativas para pedir a la Virgen que les diera el agua que necesitaba la tierra. Desde hace mucho tiempo, más de medio siglo, Ella fue conocida como La Señora de las Aguas.
Esta tradición, que se ha mantenido de generación en generación, con el tiempo fue tomando connotación festiva que se mantiene hasta hoy.

En medios eclesiásticos y entre los fieles católicos es muy conocida la oración del Papa Pablo VI para pedir la lluvia
“Dios Padre Nuestro, Señor del cielo y de la tierra.

“Tú eres para nosotros; existencia, energía y vida.

Tú has creado al ser humano a tu imagen y semejanza, para que con su trabajo, haga fructificar las riquezas de la tierra, colaborando así a tu creación.

Somos conscientes de nuestra miseria y debilidad.

Nada podemos sin Ti.

Tú, Padre Bueno, que haces brillar el Sol sobre todos y haces caer la lluvia,
ten compasión de cuantos sufren durante la sequía en estos días.

Escucha con bondad las oraciones que tu Iglesia te dirige con confianza,
como escuchaste las súplicas del Profeta Elías, que intercedía a favor de su pueblo.

Haz que caiga del cielo sobre la tierra árida, la lluvia tan deseada, para que renazcan los frutos y se salven los seres humanos y los animales.

Que la lluvia sea para nosotros el signo de tu gracia y bendición.

Así, confortados por tu misericordia, te rendimos gracias por todo don de la tierra y del cielo, con que tu Espíritu satisfaga nuestra sed.

Por Jesucristo, Tu Hijo, que nos ha revelado tu amor,

Fuente de Agua Viva que brota hasta la vida eterna. Amén”.

Pues este sábado 20 de enero, desde las 5:00 de la mañana, los duitamenses realizarán una rogativa para pedir que llueva.
La procesión se hará al Cerro de las Tres Cruces, según la convocatoria hecha por la parroquia María Auxiliadora y el Señor de la Misericordia.

Duitama es una de las ciudades de Boyacá más afectadas por las heladas, la falta de lluvias y la sequía de las fuentes hídricas.
Hoy más de 130 mil habitantes de esa ciudad tiene problemas por falta de agua potable y, si no llueve pronto, se pueden quedar sin agua para el consumo diario.

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