Votar a conciencia para completar la pieza que le falta al cambio

Foto | Hisrael Garzonroa
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Sufro la manía de mirar que hay detrás de las cosas
y digo lo que todo el mundo sabe,
que la democracia es un sistema bloqueado, vigilado.
Saramago

Por | Manuel Humberto Restrepo Domínguez
Profesor titular UPTC. Ph.D en DDHH

El pueblo afronta necesidades que el gobierno ignora, pero el voto a conciencia puede regenerar vínculos sociales y recrear la confianza entre la gente, las instituciones y las instancias del poder, para que los bienes materiales forjen humanos respetuosos de la vida y de la ley. Al mirar detrás, se encuentra un amplio sector de población atado a quienes durante 200 años han poseído el poder y el gobierno y se niegan a aceptar la pérdida del gobierno, siguiendo en firme su propósito iniciado con el No a la paz ni a la democracia en nombre de ella misma, en tanto los medios de comunicación sirven de instrumento de desestabilización, iluminando el camino para impedir que cambie el poder, aunque haya cambiado el gobierno, su método es promover la confusión y nublar la razón con notas de odio y desconfianza.

         En las elecciones regionales, hay mayor cercanía en las relaciones humanas entre los candidatos y los electores, por vecindario, familia, amistad, actividades comunes, que bien pueden contribuir a cambiar el detrás o a mantener la vigencia de clanes, linajes, familias y centros de mando que se declaran “aterrados” por la previsible pérdida de posesión del poder. De sus miedos emergen alertas de violencia, que altos cargos del Estado (con actitud ideológica contra el gobierno popular) desde la posición de las minorías se empeñan en infundir pánico, al tiempo que militares comprometidos con el horror padecido suplantan a terroristas para crear zozobra y percepción de caos y, cuestionados líderes de los partidos le piden garantías electorales al mismo gobierno al que mantienen bloqueado. La Comisión de la Verdad puso al descubierto a los responsables del horror sistemático como estrategia de poder y reveló las técnicas con que acostumbraron a la gente a ver morir, contar sus muertos y salir a votar por ellos (sus victimarios), que a veces los “seducen” y otras los “conminan” a elegir candidatos de la política bipartidista y de sus grupos subsidiarios, para quienes la democracia no es un asunto de participación popular, si no de negocios y negación de la misma democracia.

      Los riesgos relevantes de violencias no están en las “alertas” por alteraciones, menos cuando hay agendas en mesas de negociación política y conversación jurídica hacia la paz, con evidentes y verificables ceses de fuego bilaterales. Los riesgos están en el comportamiento “ofensivo o humanitario” de las alianzas de poder tradicional regional-nacional, regional-local, y en la capacidad del capital para corromperlo todo, en su condición de generador de prestigio y poder, que hace de la tranquilidad un privilegio de pocos en el país de las desigualdades. La mezcla entre capital privado y campañas políticas es letal para el Estado de derecho. No es ninguna novedad indicar que el 90% de la financiación de campañas se hace con “donaciones” privadas, que después son retribuidas.

      En las campañas de 2015 y 2018 uno de cada tres financiadores recibió “contratos” por montos muy superiores a la cifra “donada”. Esta situación produce manipulación de los bienes y recursos del Estado y contaminan el espacio político. Los donantes interfieren decisiones, compras, provisiones, vinculación de personal, contratación pública, adentro de un sistema soportado en formalidades, papeles, procedimientos y trámites, que dan la percepción de mecanismos blindados como fachada de una “transparencia” alterada. Es notoria la existencia de “empresas electorales”, que aportan basadas en cálculos de costo beneficio y empujan al aumento del gasto público a su favor. Coexisten subregistros de capitales, empresas de papel, y otras anomalías ya probadas con procesos judiciales de contratación (hermanos Nule y Moreno Rojas, Odebrecht) y en cada región y municipio tiende a reproducirse esta práctica aprendida. “La contratación directa ascendió al 80% de los contratos celebrados a nivel territorial entre 2016 y 2019 con personas naturales y jurídicas que financiaron campañas en 2015” (eltiempo.com, 06/12/2019). La relación coincide respecto al 30% de congresistas del paramilitarismo durante la seguridad democrática y el 30% de aportantes a campañas que recibieron retribución multiplicada de los municipios y gobernaciones.

        Las élites han mantenido el poder en municipios y departamentos bajo un mismo modo de administrar el poder y adoptar soluciones con un patrón nacional de control territorial, poblacional y de recursos, con interés por proveer beneficios a sus partidos, alianzas y donantes, que atender el interés colectivo, como lo muestran los “históricos” problemas sin solución. Esta situación mantiene en riesgo de violación los derechos y garantías a la gente, perpetua exclusiones, discriminaciones, conductas patriarcales, y activa mensajes de violencias y barbarie. La cifra de diez millones de víctimas, es producto de la sumatoria durante sucesivos gobiernos locales, corresponsables de lo ocurrido por participación directa (decenas de alcaldes y gobernadores presos), connivencia u omisión que afectaron la gobernanza en democracia y alteraron la vida y bienestar de las comunidades. Algunos gobernaron “con prácticas medievales y autoritarias” en el ámbito local o tomaron decisiones sin contexto, desprovistas de análisis complejos, desatendieron demandas y conflictos, perdieron la noción de bien público, enajenaron bienes necesarios para satisfacer derechos y amenazaron libertades y garantías. Para ellos la conciencia no ofrece tiempo de reparación, es momento de cambio.

      El día de elecciones el poder individual dura pocos segundos. Los electores llegan después de haber escuchado a dos tipos de candidatos que intentaron seducirlos con verdades a medias, informaciones falsas, argumentos precarios, frases simples o verdaderos y realizables programas de gobierno. En el primer grupo los candidatos del statu quo de la guerra, del oficialismo del antiguo régimen, pregonan la seguridad, el orden, la mano fuerte, el castigo ejemplar, la propiedad, la sagrada familia, los heroísmos, justifican el fracaso de todas estas invocaciones y ocultan que sus errores fueron pagados al más alto precio con la sangre y el bienestar de los más débiles. El segundo grupo llama a la paz, al cambio, al respeto a la vida, a hacer conciencia de las causas de las violencias y sus responsables, a superar desigualdades, a recuperar los vínculos sociales y la solidaridad, a comprender la diversidad, la cultura, la naturaleza como factor de desarrollo, a entender la educación como necesidad humana, a gobernar para empoderar al pueblo, y a ejecutar presupuestos participativos.

        La diferencia entre unos y otros está en su procedencia, sus vínculos de poder. Unos creen en la existencia de un orden inmodificable conducido por las élites y otros creen en la necesidad de los cambios depositada en la conciencia y la eficacia de los actores sociales para reconducir el territorio. A algunos especialmente subordinados del anciano régimen, no les resulta un honor y un compromiso servir a su tierra, sino abusar de ella, de su gente y sus riquezas colectivas, su proyecto es ser alcaldes, gobernadores, diputados o concejales, sin legitimidad, sin dignidad, quieren tener poder para mandar, su mayor triunfo es encontrar en esa mole de poder su consagración, subir sus egos, sus likes, exponer su fotografía, nunca se detuvieron a revisar su madurez mental y su firmeza de carácter para gobernar, creen que su propia voluntad es igual a la voluntad del pueblo. Esos son del más alto riesgo para la democracia real, con respeto a la vida y al Estado de derecho.

        El primer gobierno popular en la historia de Colombia ha inaugurado una era de construcción de la democracia con demos, con pueblo, con participación activa de la ciudadanía, hasta ahora sometida a la condena de atrasos, retrocesos, negaciones. El 29 de octubre la gente a conciencia podrá demostrar su capacidad para ratificar que todo tiene una vida finita y que el tiempo del antiguo régimen hegemónico de bipartidismo, jefes regionales y clanes de poder de élites está terminando, y ponerle legitimidad a la acción política. El éxito está en reconocer a los candidatos por su origen social y político y su capacidad para organizar un proyecto colectivo de ciudad y departamento, articulado a los cambios y transformaciones construyendo paz, garantizando derechos, erradicando violencias, atacando desigualdades e inequidades, fortaleciendo el acceso a educación de calidad, preocupándose por la alimentación, la buena salud, el agua y el techo de toda la ciudadanía, creando condiciones para la vida con dignidad y en lo personal aferrados a la convicción de insobornables, incorruptibles, sin egos, autoritarismos, ni abusos de poder.

      Las causas, sus acciones y consecuencias determinan la conciencia del elector capaz de dejar atrás la política sostenida con alianzas criminales, derrumbar hegemonías, y abandonar la estación de oscuridad y statu quo de las élites para dar paso a la luz, que reconstruya la vida con más participación y más democracia. Votar en las elecciones regionales del 29 de octubre, exige conciencia, esperanzas de paz y dignidad, fortalece la democracia, promueve el desarrollo regional y garantiza que los candidatos comprendan que el buen gobierno se hace de abajo hacia arriba y que el gobernante manda obedeciendo las voces de su pueblo, no al contrario. Es una oportunidad para influir en la toma de decisiones, desbloquear la democracia y fortalecer las bases y eficacia del gobierno popular.

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1 COMENTARIO

  1. Al que escribe estas ESTUPIDAS columnas le pregunto ¿ DE CUAL «CAMBIO» ESTA ESCRIBIENDO ?
    Y 2 LE COMENTO YA QUE HABLA DE LOS NULE Y DE LOS HERMANOS MORENO ROJAS…PUES LE RECUERDO QUE ESTOS 2 SEÑORES MORENO…NO PERTENECIAN NI AL PARTIDO LIBERAL NI AL PARTIDO CONSERVADOR…ESTOS CORRUPTOS PERTENCIAN ERA AL POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO…OSEA ERAN DEL MISMO PARTIDO DEL HOY «PRESIDENTE» GUSTAVO PETRO Y ADEMÁS ERAN MUY GRANDES AMIGOS.

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