¿Qué es la ‘maldita mermelada’ que le hizo daño al senador Ciro Alejandro Ramírez?

Imagen | Pluridad Z
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Una práctica de la política colombiana que genera corrupción y permea todos los círculos de la política y el Gobierno a nivel nacional, regional y local. Según el expresidente Álvaro Uribe, esa fue la causa de la desgracia del joven senador Ciro Alejandro Ramírez Cortés.

El expresidente Álvaro Uribe lamentó a primeras horas de la mañana de hoy la situación en que está involucrado el senador Ciro Alejandro Ramírez Cortés, capturado anoche por orden de la Corte Suprema de Justicia.

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Al senador Ramírez se le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario por los delitos de concierto para delinquir, cohecho propio e interés indebido en celebración de contratos. Anoche durmió en la sede de la Fiscalía, en Bogotá.

Con ponencia del magistrado Marco Antonio Rueda Soto la sala de instrucción de la Corte le abrió investigación al senador por la presunta intervención indebida en contratos de Tolima y Quindío, en hechos relacionados con el exsenador Mario Castaño y su red de las “marionetas”, que tramitaba contratos en diferentes regiones del país.

Las irregularidades tienen que ver con un contrato interadministrativo 670 de 2021 entre el Departamento de Prosperidad Social y la empresa Proyecta.

El senador comenzó a ser indagado luego de la declaración de Pablo César Herrera Correa, exgerente de la empresa Proyecta Quindío, que luego de ser capturado el 29 de julio de 2022, decidió colaborar con la justicia y salpicó a Ciro Ramírez.

Herrera confesó que direccionó dos contratos interadministrativos con el Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DPS), en agosto y noviembre de 2021, y que respondían a los valores $22.173 millones y $49.460 millones en Quindío y Tolima. Y que habría entregado $1.000 millones en coimas al exsenador Ciro Ramírez quien supuestamente exigía entre el 10% y 15% de ganancia por contrato firmado.

Sobre esa captura el expresidente Uribe escribió en su cuenta de X (antes Twitter): “Me duele la captura del joven Senador Ciro Ramírez. Ojalá pueda salir adelante. Este tipo de problemas es lo único que deja la “maldita” mermelada”.

Pues la ‘mermelada’ es sencillamente la repartición politiquera puestos y dineros públicos que hacen habitualmente los presidentes, gobernadores y alcaldes a cambio de respaldo para sus proyectos y programas de gobierno.

Luis Guillermo Vélez Cabrera, columnista del diario La República, recuerda que los significados de las palabras en los idiomas están dados por contextos y sucesos anecdóticos.

“Todo comenzó –dice el columnista- cuando el entonces ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverri, utilizó una analogía para explicar los beneficios de una reforma constitucional que por esos días se tramitaba en el Congreso, la cual pretendía que las regalías se repartieran por todo el país -como la mermelada en un trozo de pan- y no que se quedaran concentradas en unas pocas regiones productoras que poco habían hecho con ellas en las décadas anteriores.

“Repartir la mermelada”, pronto mutó de un término inocente, que describía la extensión los beneficios de los recursos públicos a toda la población y no a unos pocos, a un sinónimo de corrupción y despilfarro. La mutación, por supuesto, no fue espontánea: fue instigada por la oposición.

Mientras tanto el portal Pruralidad Z dice que hay una palabra que representa la política colombiana de los últimos años que juega con esta simbología de orden medieval: la mermelada. “Este término lo escuchamos a menudo cuando hay una división de los dineros entre los políticos de forma equitativa para llevar a cabo intereses comunes y, de esta manera, mitigar un poco el concepto de la corrupción”.

No hay seguridad de dónde nació esta conserva de fruta. Algunos dicen que nació en la Antigua Roma; sin embargo, la versión más aceptable es en la Edad Media cuando los caballeros cruzados recorrían Arabia librando batallas funestas. De esta manera, cuando llegaban a Europa deleitaban el paladar del Papado y la realeza luego de sus gestas en el Medio Oriente. Así, el Papado se olvidaba las atrocidades cometidas por el nombre de Dios en las lejanas tierras gracias a este manjar gastronómico.

La simbología en el caso colombiano es muy similar: los dineros repartidos entre los partidos, departamentos y políticos hacen que se olvide la explotación del petróleo y los recursos naturales como si nada hubiera pasado, ejemplo contemporáneo el caso de Hidroituango.
Sin embargo, aunque este término es nuevo de los últimos diez años, en toda la historia de Colombia se han utilizado distintos tipos de metáforas para hablar de lo mismo.

La metáfora volvería a cambiar a principios del siglo XX. Según la Constitución de 1886 se crearon los auxilios parlamentarios repartidos entre el presidente y los congresistas. Sin embargo, estos auxilios fueron otra forma de robo, manipulación y mal uso que se eliminarían en la Constitución de 1991 para por fin acabar con la corrupción.

Lo cierto es que Andrés Pastrana volvería a crear (o re institucionalizar) la siguiente metáfora: los cupos indicativos. Con los gobiernos de los últimos años, incluyendo el de Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, han nacido otras metáforas; todas con la misma función.

“La verdad –escribe Mateo Mora en Pruralidad Z – ya perdí la cuenta de cada una de las metáforas para alabar este manjar gastronómico conocido en la Edad Media. Igual que en las artes de la cocina, algunos lo alaban. No falta con recordar las palabras del expresidente Juan Manuel Santos: “esa mermelada que tanta resonancia ha tenido es precisamente los proyectos que hoy le están llegando al país entero, a donde llego, a cualquier municipio, me dicen ‘más mermelada, Presidente, por favor queremos más mermelada’, porque esos proyectos están impactando, y de qué forma, en el bienestar de todas las regiones”.

Pero, ¿será que habrá mejor bienestar?

“Con lo creativo que son nuestros políticos crearán otra metáfora, ya no con la comida ni con la economía o la historia: no, eso ya se utilizó. Los políticos colombianos tienen la intuición de un escritor para crear nuevas metáforas para el beneficio de todos, al fin y al cabo, son los mejores creadores de artificios literarios en nuestros días”, concluye Pluralidad Z.

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