La frase fue lanzada por el concejal de la oposición John Carrero luego de una visita adelantada ayer al escenario deportivo, que durante los meses de la pandemia fue utilizado como centro de reclusión. Secretario de Gobierno de Tunja dice que el lugar será recuperado y entregado antes de mitad del próximo año.
¿Cuánto costará la remodelación y reparación del Coliseo del Barrio San Antonio, en el sur de Tunja, que hasta hace unos pocos días fue utilizado como centro de reclusión de presos por diferentes delitos?
Todavía no se sabe, pero desde ahora se comenzará a hacer un diagnóstico para determinar cuánto se tendrá que invertir para recuperar el maderamen, hacer reparaciones de la cubierta y para adelantar las obras de pañetes y pintura.
Al término de una visita que concejales y diferentes actores de la vida de la ciudad realizaron ayer por el escenario para conocer la magnitud de los daños, el secretario de Gobierno, Vicente Aníbal Ojeda, quien hace casi un año y medio decidió que el lugar se convirtiera en centro provisional de reclusión, insistió en que los daños en el coliseo no son un efecto de la presencia de los presos sino que obedecen a la filtración de agua por los techos y a las inundaciones que se han producido por las lluvias.
También fue al final del recorrido por el lugar, que el concejal Jhon Carrero escribió en su cuenta de Twitter que la conclusión es que los privados de la libertad no tuvieron nada que ver con el gran deterioro en que se encuentra el Coliseo del Barrio San Antonio.
Después de haber lanzado el Twitt con el que de alguna manera ‘absuelve de culpa’ a la administración municipal y al Secretario de Gobierno, Carrero lanzó otro mensaje en la misma red social en el que señaló que “se puede suponer que la falta de mantenimiento es una de las principales razones de la actual situación del escenario deportivo, además del cambio de parte de la cubierta realizada por la administración anterior en uno de sus sectores’.
Lo que Carrero no dijo fue que, antes de la administración de Pablo Cepeda (2016-2019), durante la administración de Fernando Flórez, en el 2013, de la que él hizo parte e incluso fue interventor de la obra, se colocó la cubierta del coliseo con un costo superior a los 800 millones de pesos.
Como sea, el Coliseo Cubierto del Barrio San Antonio está hoy en una situación que no permite que sea utilizado como escenario deportivo.
Vicente Aníbal Ojeda aseguró ayer ante la delegación que visitó el coliseo que los presos no caminaban libremente por el escenario sino que permanecían confinados en los camerinos, en donde fueron dispuestos baños portátiles con duchas, lavamanos y sanitarios.
Ojeda insistió en la explicación que ha dado desde hace meses, que en las temporadas de lluvia de los últimos meses el agua se ha metido al coliseo por la cubierta que presenta numerosos goteras, que el agua causó inundaciones que generaron daño en el maderamen y que fue necesario levantar los pisos para evitar que todo se pudriera.
“Nosotros ordenamos el retiro de parte del piso para que el maderamen, al que se le había metido el agua, pudiera respirar y no se pudriera”, insistió el funcionario.
Aseguró que el 65 o 70 por ciento de ese maderamen se puede recuperar, que será necesario hacer una inversión que ya está presupuestada y que una vez realizado el avalúo y el proceso de contratación, comenzarán los trabajos para que el coliseo pueda ser reabierto al público más tardar a mitad el próximo año.
Y de nuevo el Secretario de Gobierno explicó que la habilitación de ese coliseo como centro de reclusión fue un asunto de fuerza mayor porque no hubo otro lugar que cumpliera las exigencias que hace el Inpec para mantener a las personas privadas de la libertad.
Fue el fallo de una acción de tutela la que obligó la salida y el traslado de los presos a otro lugar.
