El posible suicidio del uribismo en occidente para las parlamentarias

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El Occidente de Boyacá, que por muchos años fue un fortín político para los candidatos afines al expresidente Uribe, estaría  frente a un escenario de incertidumbre y riesgo con miras a las próximas elecciones al Congreso de la República.

Entre otras razones, por la aparición de cinco candidatos que representan intereses comunes frente al estilo y postulados de esta corriente política. Ellos son Darío Mahecha del Partido Conservador, Jonathan Sánchez de Cambio Radical, Héctor Ángel Ortiz y Eduar Triana del Centro Democrático. Incluso, el mismo “Mono” Sánchez, quien es afín a la casa política de Ciro Alejandro Ramírez y quien se mueve por esta región con holgura desde hace varios años.

Ya en las pasadas elecciones regionales, este sector político había sufrido un primer “campanazo” de alerta, al perder el poder local en territorios como Otanche, San Pablo de Borbur, Briceño, Quípama y Saboyá, con alcaldías ganadas por el Partido Verde, el Partido Liberal o con alianzas con movimientos independiente.    

Ahora se enfrenta a nuevos fenómenos que incluyen disputas internas en el Centro Democrático, cansancio entre las  comunidades de Occidente y el inevitable crecimiento de las fuerzas progresistas en esta zona del departamento.

Para algunos analistas, con estas cinco candidaturas, estarían afrontando un posible “escenario de suicidio” para marzo de 2022, porque no lograrían los suficientes votos para alcanzar esta dignidad, ante la multiplicidad de candidaturas. Eso se explicaría a través de varios factores:

El primero de ellos, son las fisuras internas en el Centro Democrático, por lo que ha sido el papel desdibujado del actual congresista Héctor Ángel Ortiz frente a las problemáticas más sentidas de la región de Occidente. Especialmente, las críticas se centran en la falta de visibilidad y respuestas concretas ante la situación de los pequeños mineros tradicionales, que han demandado un trato más digno y una postura más considerada frente a las multinacionales mineras en una amplia zona de esta provincia. Incluso, llevando la situación a varios bloqueos en zonas de producción minera por parte de los mineros ancestrales de varias poblaciones de Occidente. Esta incomodidad y el malestar interno por la falta de protagonismo del actual congresista, llevaría al senador Ciro Ramírez a distanciarse del Representante y jalonar nuevas fórmulas de alianza para mantener el poder en esta región.

A esto se suma la entrada de fuerza de la candidatura del exdiputado Darío Mahecha del municipio de Muzo, que desde el Partido Conservador, buscará arrebatarle parte de los espacios electorales que tenía capturados Héctor Ángel Ortiz en esta zona de Occidente desde las pasadas elecciones y poner a soñar a la “casa azul” con devolverle una posibilidad de espacio en la Cámara de Representantes.

El segundo factor, lo constituye la candidatura de Eduar Triana, exalcalde de Maripí, cuyo arranque estuvo muy lastimado por una suma de críticas en los grandes medios de comunicación porque algunos de sus familiares hoy están procesados o condenados por narcotráfico. Esta candidatura ha estado en el centro de las miradas, no sólo porque se consideraba fijo el aval de Cambio Radical para su aspiración al congreso, sino porque resultó en el Centro Democrático, en una jugada que es considerada “maestra”, para restarle poder al actual Congresista de esa colectividad en el corredor estratégico para esta aspiración, que lo constituye Chiquinquirá, Maripí, Muzo y Quípama. Recordemos que el candidato Triana es primo hermano del actual alcalde de Chiquinquirá. Esto le abre inmediatamente una puerta bastante ventajosa en la capital de la provincia, para crecer y posicionar su aspiración, como hasta ahora esta ocurriendo.

El tercer factor para tener en cuenta, es el comportamiento del actual Gobierno Nacional, en cabeza de Iván Duque, frente a las necesidades históricas que ha tenido esta región. En particular, se siente un reclamo, muy aireado, de sus comunidades sobre las grandes angustias que se han acumulado, en una de las zonas más ricas del continente. Las necesidades en empleo, vías carreteables, procesos productivos, educación superior y la creciente pobreza no han sido tramitadas por el actual Gobierno Nacional. Y seguramente, van a ser reclamos que golpearán muy fuerte al partido político del actual gobierno y sus aliados. Esto ya se veía venir, entre otras cosas, porque el gobierno Duque no ha sabido interpretar el paso histórico dado por  estas comunidades hacia la paz, en una de las zonas que mantuvo un conflicto crudo y violento por varias décadas.

Y el cuarto factor, sin duda, son las volteretas políticas de Jonathan Sánchez, en la idea de ganar una mayor figuración  en el departamento. Este dirigente nacido en Otanche, fue diputado por el partido de la U, candidato a la Gobernación por el Centro Democrático y, ahora, aspirante a la Cámara por Cambio Radical. Estos bandazos políticos, en menos de tres años, generan confusión en el electorado y envía un mensaje de acomodación y oportunismo político que no siempre es aceptado por las comunidades, que están reclamando coherencia, renovación y verdaderas transformaciones en esta región. Sin embargo, arranca con un capital electoral importante, producto de su aspiración a la Gobernación, que, seguramente, le dará votos de todas las provincias. Sin salirse de la corriente uribista, que lo marca y lo define, Jonathan Sánchez, a la postre,  resultaría ser el más opcionado de estos cinco aspirantes a la Cámara por Occidente.

Y el quinto factor a tener en cuenta es la incursión de nuevas figuras políticas que entrarían a la región, de frente, a disputarse la aceptación y los votos de  sus comunidades. Entre otras cosas porque las fuerzas alternativas, progresista e independientes han ganado espacios en los últimos año, en una zona donde era inimaginable la llegada de nuevos discursos y nuevos  liderazgos. En esta línea de reflexión no hay que desconocer la fuerza que puede alcanzar, por ejemplo, Alejandro Gutiérrez del Partido Verde, en una zona de Boyacá que ya conoce demasiado y que puede capitalizar a favor, en vista de que en esta colectividad creció en las últimas elecciones locales. 

Alejandro Gutiérrez aprovecharía su relación con el senador Jorge Londoño, para ganar espacio en una región que  afectó a Londoño en otro momento de nuestra historia reciente. En esta lógica, también puede arrebatarles espacios a los cinco candidatos uribistas, una figura como Pedro José Suarez del Pacto Histórico, quien viene creciendo su aspiración con los postulados centrales que anuncian la llegada de un gobierno progresista a partir de agosto de 2022 y que aprovecharía la aceptación que viene ganando el proyecto de Gustavo Petro en varias comunidades de Occidente de Boyacá.

En conclusión, ronda en la mente de los candidatos uribistas por Occidente de Boyacá, una sensación de incertidumbre por lo que puede ser el acompañamiento de sus electorados en la contienda de este mes de marzo. Desde ahora, varios dirigentes comunitarios anuncian que será una campaña marcada nuevamente por el derroche en las estrategias, abundancia de dineros  y acciones marcadas por la sensación de abundancia, que, contrario a lo que parece, poco a poco, van despertando nuevas conciencias y nuevas reflexiones en el electorado de Occidente de Boyacá. Especialmente sobre el verdadero papel de los dirigente políticos que tienen una posibilidad de llegar al Congreso de la República.

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