Caballo de Troya

Foto | Juan Barreto (AFP)
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Por | Guillermo Velásquez Forero / El púlpito del Diablo

Guillermo Velázquez

El viejito con demencia senil, payaso grotesco, grosero, violento, analfabeta e ignorante, que pretendía meterse de contrabando a la presidencia de Colombia, parecía un “carrancio” o muñeco de año viejo, es decir, un espantapájaros relleno de pólvora y juegos pirotécnicos para prenderle fuego en el límite del tiempo y así despedir el año, en las fiestas decembrinas. También se supo, por sus vulgares y descaradas confesiones públicas, que  Rodolfo era un comerciante de finca raíz, astuto y pícaro que se había enriquecido “volteando tierras”, es decir, comprando tierras a precio de barro y vendiéndolas a precio de oro, mediante un jugada jurídica (porque en Colombia las leyes son utilizadas como armas y blindaje para los ladrones y criminales de alto rendimiento). Entre muchas otras cochinadas que iba cometiendo por donde pasaba, se hizo famoso por revelar que para él era “una delicia” robar a los pobres con capacidad de pago, vendiéndoles lotes y apartamentos muy caros y, con el amarradijo usurero del crédito, cogerlos de vaca lechera y exprimirles la sangre durante veinte años. También demostró que era un inepto y un demente imprevisible que podía cometer cualquier disparate, y un vividor que se ocultaba detrás de la máscara de la anticorrupción.

Ya conociendo su bajo y peligroso perfil, se sospechaba que la derecha lo iba a utilizar de títere, igual que al cerdo comediante y baboso con apariencia de imbécil que envenenó, asesinó, robó y arruinó a Colombia: Iván el terrible Duque.

Pero a última hora se descubrió que lo habían convertido en un caballo de Troya. Que debajo de su mala sombra, se ocultaban todos los enemigos de la paz, las bandas criminales que siempre han ejercido la riqueza y el poder, los enemigos mortales de la justicia social, el fascismo, el paramilitarismo, los  banqueros, la organización de los corruptos que saquean el tesoro público, el capitalismo vampiro que convierte a los ricos en una casta enemiga del bien común y del bienestar de la  sociedad. En fin, se armó en una sola fuerza toda la maquinaria de la perversión y el crimen organizado y entronizado en el poder político que ha mantenido a Colombia hundido en el culo del mundo.

Es increíble que hayamos podido bajarlos de su carroza y derrotarlos en las urnas. Y tuvieron que tragarse sus amenazantes palabras, los cómplices de los asesinos que juraban que Gustavo Petro nunca sería presidente. Es difícil  imaginar lo que le hubiera pasado a nuestro país si el manicomio violento y ladrón de la politiquería tradicional hubiera trepado al poder a ese asno disfrazado de caballo de Troya.

www.guillermovelasquezforero.com

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