Tunja: ¿inflación desbocada?

Foto | Hisrael Garzonroa
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Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC

Edilberto Rodríguez | Contrapunto económico

Aunque parezca un lugar común, el comienzo de cada año arrastra las alzas represadas del año anterior. Después de la euforia colectiva decembrina, enero nos sorprende con una escalada de precios que deja perplejos a quienes recorren tiendas, supermercados y grandes superficies, con los bolsillos menguados, sin aun presagiar la cascada de alzas en precios, tarifas e impuestos. Aquí no cabe el ritornelo gubernamental del paro nacional, la crisis de los contenedores, la crisis climática, u otros prefabricados estribillos retóricos con que encubren su incapacidad argumentativa los funcionarios públicos. La inflación está instalada en el paisaje cotidiano y rehuirla es imposible, con el agravante que tiene un componente importado, ya sea por la vía de los insumos o productos que sustituyen la oferta interna, en medio de una economía en que la presión de demanda alimenta la espiral inflacionaria.

El revuelo que ha causado la información divulgada por el DANE obedece a que, después del publicitado reajuste en el salario mínimo en diciembre del año pasado, se observa que el incremento del 10 por ciento, -con la panacea del millón de pesos-, ha resultado disminuido por una inflación anual de 6,94 por ciento, cuyo impacto gravita, principalmente, sobre las personas que por sus ingresos se encasillan como vulnerables y pobres.

Parecería todo un déjà vu  al referirnos a la inflación en una economía que tiende a estancarse como la colombiana, sin embargo, lo que llama la atención, es  la carestía que padecen los tunjanos, una vez transcurrido el letargo de fin de año, e iniciada su rutina laboral en una surrealista y forzada “normalidad”.

Contrario a lo ocurrido el año pasado, cuando la inflación observada en enero fue una de las más bajas, en este año Tunja registro el quinto lugar dentro de las ciudades más caras, -con una variación porcentual de 2,06- después de Ibagué, Riohacha, Villavicencio y Pereira.

Variación porcentual del índice de Precios al Consumidor (IPC)

Sin embargo, lo que resulta sorprendente, es determinar el grupo de la canasta familiar que actúa como combustible para atizar la inflación, siendo este el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, en el que acumulado anual alcanzó 19,94 por ciento en el país y que en Tunja se situó en 21,14 por ciento. Aún más, Tunja fue la segunda ciudad en que la carestía de alimentos se campeó, sólo superada por Ibagué (5,83 por ciento). En enero de 2021 el registro para la ciudad superó el promedio nacional: 5,38 versus 3,79 por ciento. Una situación similar se encuentra en el rubro de Hoteles y restaurantes en que el nivel de precios en Tunja solo fue rebasado por Pereira.

Otrosí:  La escalada de precios afectará el acceso de los más de 7 millones de colombianos en condición de pobreza extrema, – que malviven con cerca de un dólar diario-, a una canasta de alimentos, lo que, a su vez, se traducirá en una merma en el número de raciones diarias de alimentos, acentuando el malestar social.

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