«Subasta de Arte Religioso fue un acto deshonesto»: artistas tunjanos

El artista tunjano, Edgar Barrera, supuestamente vendió su obra en la subasta, luego el comprador no apareció. Foto | EL DIARIO
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El pasado 20 de mayo en la ciudad de Tunja, la Secretaría de Cultura como apoyo a los artistas locales, abrió el espacio conocido como Convocatoria para el Salón de Arte Religioso. Para esta ocasión con motivo de la pandemia por la COVID-19, abrieron dos nuevos espacios que fueron la galería y subasta virtuales.

Artistas que participaron y ganaron en dicha convocatoria, tuvieron la oportunidad de mostrar sus obras en la subasta organizada por la Administración Municipal. Algunos vendieron; sin embargo, luego los compradores virtuales no aparecieron para concretar la transacción. No en todos los casos fue igual, se vendieron dos obras realmente y la Secretaría de Cultura está en el proceso de concretar los pagos a los artistas.

El artista Álvaro Neil, empaca su obra luego de no recibir ofertas en la subasta. Debe sacar de su bolsillo para trasladarla a Duitama. Foto | EL DIARIO

Edgar Barrera, artista plástico de la ciudad de Tunja, pudo ver cómo, en la subasta realizada el 20 de mayo a través de FacebookLive, pujaban por su obra, hasta que un ente virtual la compró por casi $4 millones de pesos.

15 días después, Barrera y otros artistas que, confiados en haber realizado una venta segura, recibieron un correo de la Alcaldía de Tunja que les indicaba que debían recoger su obra porque el tal comprador nunca apareció.

Por parte de la Secretaría de Cultura de Tunja, Ángela Ocampo, encargada del Salón de Arte Religioso, explicó a EL DIARIO, que esta subasta fue una actividad asistida «por un operador asesorado por un martillo, que tiene una galería y que conoce del tema».

Siendo este un evento nuevo para la Administración Municipal, «Hicimos todo el enlace con él (operador) para que los artistas tuvieran una reunión, tanto como para ellos como para nosotros […] Se les explicó las condiciones y todo lo que tendría la subasta».

Ocampo enfatiza en que en esta reunión, a los artistas les explicaron que «muchas de las ventas que se pudieran dar en este espacio podrían ser falsas, o, hay compradores estimulados en ese momento y posteriormente no se logra concretar la venta».

Finalmente fueron pujadas 5 obras, de las cuales se vendieron 2 realmente donde la Secretaría a través del operador pudo contactar a los compradores. Este hecho, para la Administración fue una actividad positiva que además de las dos ventas, logró certificar a los participantes.

Sin duda alguna fue un golpe a la dignidad y al bolsillo de los artistas tunjanos, que más allá de un certificado, buscaban un alivio económico, y que hoy sienten como deshonesta la actividad de la subasta.

Por esto piden a la Alcaldía y Secretaría, que para una próxima actividad de este tipo, se aplique más control para los supuestos compradores y se «haga menos populismo con lo que no se concretó».

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