“Vivas nos queremos”, volvieron a gritar las mujeres en Tunja

Foto | Hisrael Garzonroa
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Diferentes colectivos de mujeres salieron esta mañana a las calles de esta capital para congregarse frente a la catedral y manifestarse en contra del feminicidio de Paola Andrea Sánchez, ocurrido el día martes seis de junio en el barrio Santa Lucía, hecho perpetrado por su compañero y padre de sus dos hijos, después de una relación de casi diez años, quien posteriormente se suicidó.

Entre los colectivos de mujeres está la Casa de la Mujer, Mujeres por la Dignidad y la Vida, la Red Colombiana de Periodistas con Visión De Género, representantes de la empresa Servitunja, de donde era empleada la víctima; así como también la presencia de concejales, algunos contratistas de la Secretaría de la mujer y, en general, muchas activistas de diferentes sectores y hombres y mujeres que quisieron solidarse con la situación.

Esta manifestación también se hizo para solicitarle a los gobiernos, departamental y municipal, y a la fiscalía, que se cumplan las políticas públicas de mujer y que haya justicia; también se hizo el respectivo llamado a la Defensoría del Pueblo, cuyo titular regional Mauricio Reyes, estuvo en la concentración, para que esta entidad permanezca en alerta permanente y exija la aplicación de las medidas de protección que establece la ley.


Fotos| Hisrael Garzonroa

También se leyeron los nombres de las víctimas de feminicidio ocurridos en el departamento, donde se destacan los nombres Andrea Marcela García, la mujer asesinada hace cinco años y cuyo caso sigue en la impunidad; el de María Claudia Daza, desaparecida en Puerto Boyacá siendo funcionaria de la Secretaría de Salud, y de Susan Liceth de la Peña Triana, a quien también en Puerto Boyacá su esposo le dio muerte.

Desde que se empezó a tipificar el feminicidio se han podido sacar a la luz los casos que en otras circunstancias quedaban como uno más en la lista de homicidios, afirman voceros de las organizaciones activistas.

A juicio de expertos, uno de los problemas es que no se aplican las políticas públicas como debe ser, como en el caso de Tunja donde se piensa que el alcalde Pablo Cepeda no le ha dado hasta ahora la importancia que el fenómeno presenta.

El tema de género está quedando en pequeñas actividades y decisiones sin ningún efecto. En la política pública se evidenció que no hay indicadores que puedan demostrar que se está previniendo la violencia contra las mujeres. Otro problema, agrega el observador está en la fiscalía, donde se dice que los casos no prosperan; las investigaciones se paralizan, no avanzan y eso contribuye a poner a la víctima en mayor riesgo.

Llega una denuncia por violencia física y ahí queda, afirma Margarita Velásquez, la joven periodista que lidera en Tunja la lucha contra la violencia de género; Margarita tampoco duda en señalar que el otro cuello de botella es la fiscalía, porque la mayoría de casos quedan allí estancados.

Más de cien persona se dieron cita en el lugar para participar de esta protesta que la ciudadanía ve con mucho interés, dadas las dimensiones de tragedia que ha adquirido el feminicidio y la violencia de género y demás coacciones que se aplican a la mujer.

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