Gran influencia tuvo el simulacro de aislamiento obligatorio promovido por la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y la determinación de cerrar fronteras viales del gobernador de Boyacá, ramiro Barragán, iniciativa que finalmente no pudo llevarse a cabo.
Bien dicen por ahí que más vale tarde que nunca, y es lo que hoy vienen repitiendo los colombianos tras la medida de cuarentena total que tomó el Gobierno Duque luego de una semana en que desde todos los sectores se le imploró por medidas radicales para frenar la expansión del Covid-19.
Tal es el acierto de la medida que incluso el líder de la oposición, Gustavo Petro, la aceptado y aplaudido, advirtiendo que él venía pidiendo por esta desde hace unos días.
Una gran influencia tuvieron mandatarios como el gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán, y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Que fueron estigmatizados como drásticos por dictaminar medidas en búsqueda de evitar la propagación del virus.
Barragán en su momento quiso restringir la movilidad por las vías de Boyacá, esencialmente de pasajeros, buscando con esto impedir la movilización del virus. Sin embargo, horas después de comunicada, la decisión iba a quedarse sin sustento por la derogatoria del Gobierno Duque bajo el argumento de que todas las decisiones debían ser socializadas y concertadas con el Ministerio del Interior.
Por esas horas se cocinaba el decreto de simulacro de aislamiento obligatorio en Bogotá, medida que sí aceptó el Gobierno Nacional y a la que luego decidieron sumarse otros departamentos, entre estos Boyacá.
El éxito de esta medida, más el creciente número de contagios, sumado a la indisciplina de algunos ciudadanos que la incumplieron, llevó al Gobierno Duque declarar la cuarentena total para el país, la cual empezará a regir el próximo martes y estará vigente el 13 de abril.
