Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo de investigación OIKOS de la UPTC
El DANE mide la pobreza bajo dos metodologías: la pobreza monetaria calculada de acuerdo con el valor de una canasta de bienes y servicios (medición indirecta), y el Índice de Pobreza Multidimensional (PM), que incorpora cinco dimensiones, tales como educación, salud, servicios públicos trabajo y vivienda (medición directa), y cuyos primeros registros datan de 2012.
Recientemente el director de esta agencia estadística gubernamental, no sólo anunció que la cifra divulgada del IPM del año 2017 tenía inconsistencias metodológicas, por lo que se omitía en los reportes, sino que, también, que ésta ascendió en 2018 a 19,6 % lo que significó que más de 1,1 millones de colombianos engrosaran la vulnerable franja de pobres.
Sin embargo, lo que ha llamado la atención, es el persistente deterioro del mercado laboral. En efecto, no obstante un leve descenso en la generación de empleo en la economía colombiana, el desempleo se trepó en un punto porcentual, pasando de 10,4 a 11,4 por ciento encontrándose que 310.000 personas abandonaron el mercado de trabajo en el primer trimestre de 2019, continuando con la tendencia de finales de 2018.
El comportamiento del mercado laboral en Tunja ha prendido las alarmas. Según el DANE, en el primer tramo de este año se produjo un brusco incremento del número de desempleados: 3.000 personas perdieron sus puestos de trabajo, mientras aumentaba la población económicamente inactiva, representada, principalmente, por estudiantes, seguido por personas dedicadas a oficios del hogar, que suman alrededor del 80 por ciento.
Como se observa en el cuadro siguiente, al cierre de 2018, tanto los niveles de ocupación como desempleo, fueron arrastrados por el estancamiento de la economía de la ciudad, basada, en gran parte, por el comercio, hoteles y restaurantes, los servicios comunales y la administración pública, que copan más del 64 por ciento del empleo existente, conformado por obreros y empleados del sector privado, y trabajadores por cuenta propia (independientes), que bordean el 80 por ciento de la estructura ocupacional.
Evolución de los indicadores del mercado laboral tunjano (%)
| Año | Tasa de ocupación(octubre/diciembre 2018) | Tasa de desempleo(octubre/diciembre 2018) | Incidencia de la pobreza | Incidencia de la pobreza extrema |
| 2010 | 53,2 | 11,6 | 22,1 | 3,4 |
| 2011 | 56,6 | 11,2 | 18,3 | 1,9 |
| 2012 | 56,9 | 10,1 | 18,4 | 2,3 |
| 2013 | 56,0 | 10,9 | 19,5 | 2,8 |
| 2014 | 59,4 | 10,7 | 19,2 | 4,0 |
| 2015 | 57,4 | 9,5 | 18,8 | 3,9 |
| 2016 | 56,4 | 8,9 | 17,8 | 3,6 |
| 2017 | 56,2 | 9,5 | 16,6 | 3,0 |
| 2018 | 54,1 | 11,9 | 16,8 | 2,8 |
Fuente: DANE.
El bajo crecimiento de la economía tunjana ha acarreado, a su vez, una mermada capacidad de absorber el aumento de la oferta de mano de obra, acentuada por la diáspora de los migrantes venezolanos, quienes se han dedicado al rebusque diario. La informalidad urbana se situó en el primer trimestre de 2019 en 46,7 por ciento.
Como si fuera poco, este retroceso adquiere visos dramáticos con el rebrote de la pobreza monetaria el año pasado, pobreza que provocó que un poco más de 1.000 tunjanos reincidieran, al estimarse que 33.469 personas malvivían con ingresos mensuales inferiores a $257.433 (Línea de pobreza), mientras que 5.578 tunjanos están atrapados en la pobreza extrema, por debajo del umbral de los $3.920 diarios ($117.605 mensuales). La incidencia de la pobreza es más severa en la población rural, las mujeres, los jóvenes y quienes carecen de un empleo remunerado. Mientras la economía continúe aletargada y no haya explícitas políticas de empleabilidad, la pobreza se mantendrá, pese al aparente boom inmobiliario y la euforia consumista de los centros comerciales. Tunja, cuya población se acerca a los 200.000 habitantes, aportaba en 2017 el 14,5 por ciento del valor agregado de la economía departamental.
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