¿POT: futuro incierto?

Foto | Hisrael Garzonroa / EL DIARIO
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La socialización del estado actual de la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial que se hizo un par de días atrás en el Concejo Municipal dejó más dudas que certezas. Hoy no se sabe a ciencia cierta cuándo será presentado ni tampoco los pormenores de este plan que es la hoja de ruta para la organización de la ciudad.

Cada vez es más lejano el recuerdo de esa jornada en la que el por entonces asesor de Planeación de Tunja, Juan Carlos Martínez, a inicios de 2016, hablaba de la necesidad de actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad.

Martínez ponía en contexto a la ciudadanía recordando que el último POT se había formulado y aprobado en 2001, y siendo que este tiene una vigencia de tres periodos constitucionales (12 años), era más que inminente la necesidad de reformularlo.

Sin embargo, pasaron los cuatro años de la Administración Cepeda y fue poco o nada lo que se avanzó en dicha materia. Al término del mandato de Cepeda, era muy poco lo que la ciudadanía conocía sobre la formulación del POT. Para ese entonces Corpoboyacá hizo una serie de observaciones que requerían de la contestación de la Administración Municipal, pero dicha respuesta nunca llegó.

Esto ha llevado a que hoy el POT esté prácticamente en ceros. “Lo primero que solicitamos nosotros fue la presencia del Asesor de Planeación (Ronald Cadena) para que nos informara el estado de avance del POT en Corpoboyacá, a lo cual él nos manifiesta que hay un desistimiento tácito en la medida en que la corporación le envió unas solicitudes de modificación, corrección y aporte de una nueva información al documento que presentó la Alcaldía; esas consideraciones no fueron presentadas a tiempo, lo cual, según la ley, se constituye en desistimiento tácito, quiere decir esto que es como si el documento no se hubiera presentado (…) el proceso nuevamente está en manos de la Alcaldía y eso le permite a la nueva administración la revisión de la metodología, las herramientas y la visión del ordenamiento territorial que planteó la administración pasada, e incluso un aspecto muy importante sobre el cual hubo reparos que es el tiempo de vigencia del POT. La ley señala que son tres periodos constitucionales y este POT que alcanzó a radicar la administración anterior habla de cinco periodos (20 años)”, comentó el concejal Juan Carlos Borda.

Ni el concejal Borda, ni el Asesor de Planeación, ni el Alcalde, ni nadie tiene la certeza hoy de cuándo podría hablarse de una aprobación del POT, de un POT definitivo. Dada la devolución del plan a manos de la Alcaldía, y teniendo en cuenta las consideraciones, revisiones y modificaciones que esta haga, puede ocurrir que el Consejo Territorial de Planeación necesite hacer una nueva revisión del plan, lo que evidentemente implicaría un tiempo prudente de espera para dichas revisiones.

Curaduría cero, la gran apuesta de la Administración Fúneme en el POT

“Es un propósito muy importante que hay que destacar y en el que debemos ayudar al alcalde Fúneme para que lo saque adelante. Esta curaduría cero se convierte en la herramienta para poder legalizar muchas de las circunstancias que hoy ya están, producto de la falta de control urbanístico, y además dar tranquilidad a las personas que inician proyectos o que tienen situaciones ya avanzadas, de que se encontrarán con un equipo técnico para realizar esos proyectos. Funcionaría como cualquier otra curaduría, pero como su nombre lo indica será cero, porque el costo estará a cuenta del municipio y no implicaría ningún gasto para el usuario”, así reseña el concejal Juan Carlos Borda la iniciativa denominada como Curaduría cero.

Sin embargo, es una iniciativa que por más buena voluntad que aparente, nace con varios cuestionamientos. Esa ausencia de gastos del usuario, asumida por el municipio ¿a cuánto equivale? ¿Está Tunja hoy en capacidad de asumir unos gastos cuando su deuda supera los 78 mil millones?

Hoy Tunja tiene un aproximado de 80.000 predios, de los que solo el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) puede asegurar cuantos son o no legales. El concejal Borda calcula que el 30 o el 40 por ciento de los predios urbanos son ilegales, aunque eso es solo un estimativo a ojo de buen cubero. Pero de ser así, de tratarse de una cantidad tan elevada de construcciones ilegales, el bolsillo de los tunjanos quedará vaciado con el nacimiento de la Curaduría cero.

¿A reubicar el aeropuerto?

Tras la socialización del estado actual del POT no quedó muy claro si Tunja al fin contará con su aeropuerto. Los concejales, advirtiendo que su función no es decidir si Tunja pone a operar el aeropuerto o no, si han hecho la observación de que el sitio donde está no es el mejor. Dado el reciente desarrollo urbanístico, es un hecho que la ciudad tiende a crecer hacia el sector donde se encuentra hoy el aeropuerto. Y mientras otras ciudades luchan por sacar los aeropuertos del perímetro urbano o incluso para ubicarlos en municipios aledaños, en Tunja se sigue dando la pelea por poner en funcionamiento un aeropuerto que quizá no necesita la ciudad en estos momentos.

El salto a la gran ciudad

El alcalde, Alejandro Fúneme, ha manifestado que Tunja no puede seguir creciendo a lo ancho sino que tiene que hacerlo hacia los cielos, es decir, que se la juega claramente por la densificación. Sin embargo, esa es una decisión que no puede tomarse tan a la ligera, porque antes de decidir esto, hay que evaluar la capacidad que se tiene en infraestructura de servicios públicos, vías y otros servicios que deben garantizarse a los ciudadanos, entre ellos salud y educación. Hoy Tunja cuenta con una población cercana a los 200 mil habitantes, pero en un proceso de densificación este número tenderá a crecer rápidamente, lo cual no resulta acertado en una ciudad donde ni siquiera se sabe a ciencia cierta el futuro real del agua.

Ciudad del conocimiento

Uno de los aciertos de la Administración Fúneme es jugársela por convertir a Tunja en una ciudad del conocimiento. La idea del Alcalde es declarar una zona franca educativa y/o tecnológica. Sin embargo, esto es una idea que aún carece de maduración. No se sabe de momento en dónde estaría ubicada dicha zona, ni el grado de involucramiento de las universidades, ni el impacto que esto tendría en el nivel de vida de la ciudadanía, pues vale la pena mencionar ejemplos de otras ciudades donde la brecha de desigualdad se ha incrementado a raíz del auge de las tecnologías, llegando incluso a expulsar a los ciudadanos oriundos de dichas ciudades, por no poder costearse la vida en estos lugares. De todas, formas esto no puede ser un limitante para esta buena idea, pero lo que queda claro es que habrá que definir con gran precisión a qué se apunta al convertir a Tunja en una ciudad con vocación de conocimiento.

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