Parásitos y El Monte Calvo

A la izq. screenshot de Parasite, 2019. A la der. obra de teatro El Montecalvo, Teatro La Huella; foto: Claudia Osorio.
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Por | Silvio. E Avendaño C.

Silvio Avendaño

Al ver el film Parásitos me viene a la memoria la obra de teatro: El Monte Calvo, de Jairo Aníbal Niño. Y me asalta la pregunta ¿qué sentido tiene que Colombia haya enviado un batallón a Corea a luchar contra los comunistas (1951-1953)?

En un semisótano, en condiciones miserables vive la familia Kim. Tienen como paisaje los desechables que van a orinar junto a la ventana que, hace posible ver el mundo más allá del umbral de la puerta. En la familia la lucha del día a día crea la esperanza de salir de esa condición miserable del empleo por horas y mal pagos. Y, en el olor de la pobreza, se montan en el amuleto (Gongshi) de la suerte y, cabalgan el sueño de subirse en el tren de vida de los ricos. Ingenia la familia Kim diferente origen, apellido, profesión u oficio: profesor, terapeuta, conductor profesional, ama de llaves, para introducirse en la mansión del rico Park, Da-hye, quien trabaja en una empresa internacional y vive en el curubito del cielo poderoso de Corea. Y un buen día los señores salen de excursión y la familia Kim alcanza su deseo de ser como los ricos… Y hasta ahí la “cosa iba bien”, pero la visita de la antigua ama de llaves, a quien se le “ha queda algo”, abre la puerta de un sótano que convierte la comedia en tragedia.   

Entonces, desde el fondo de mi memoria aparecen los mendigos: un ex-payaso, Canuto y Sebastián ex-combatiente de la Guerra de Corea, a la espera de un militar loco, que se cree Coronel, quien les prestará el dinero para un café con leche y un pan. Y la espera se prolonga en el diálogo entre el ex payaso y quien fue a combatir, contra los comunistas. Y viene desde las entrañas de la memoria la batalla de el Monte Calvo. Old Baldy en inglés- aclara Sebastián- “Una montaña grande y pelada que defendimos hasta el último momento.” Canuto: – Y, ¿en el último momento salieron corriendo? – Sebastián- No permito que te burles. Estábamos defendiendo la patria- Y la pregunta de Canuto: ¿Tu patria es Corea…?  Y Sebastián cuenta como le volaron la pierna. –“Un cochino soldado enemigo” – ¿Le mentaste la madre, le dijiste hijueputa? –No, aclara Sebastián- Entonces, ¿por qué te volaron la pierna? -Sebastián- Me condecoraron- Canuto: ¿A cambio de tu pierna te dieron un pedazo de lata? Yo prefiero tener mi pierna y no una medalla.

Y cuando se desliza por la pantalla el film Parásitos, dibujando esa sociedad, en la cual la desigualdad crea una enorme distancia entre los ricos y los pobres, me preguntó: ¿se justifica que Sebastián perdiese la pierna por hacer posible la distopía coreana?

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