Nuevo cobro de matrícula en la UPTC: Media verdades o verdades a medias

Foto: Hisrael Garzonroa
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Por | Edilberto Rodríguez Araújo-Profesor de la Escuela de Economía de la UPTC

La UPTC se encuentra en un laberinto. La nueva propuesta de liquidación de matrícula para los estudiantes admitidos para el primer semestre de 2018, ha desatado una creciente inconformidad. El pasado 18 de septiembre el Consejo Superior decidió aplazar su aprobación, pues las dudas y vacíos abundan en las versiones que el consultor, el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, ha presentado. Hasta el momento se conocen cuatro versiones, en las que los bruscos ajustes son notorios.

Ahora, los directivos de la universidad han emprendido una frenética campaña de “socialización”[1] para convencer a los estudiantes de las ventajas de su última propuesta. Como la consultoría concluyó, el turno de presentar, sin mucha convicción, la nueva propuesta se la han endosado al director del departamento de Admisiones y Control de Registro Académico, quien, aparte de haber reducido la equidad distributiva del sistema de matrícula a “una tabla de puntos”, ha repetido en cada ocasión “no hago parte del equipo de trabajo que hizo el estudio, por lo tanto no puedo dar respuesta”.  De otra parte, aunque la discusión y aprobación de la propuesta se ha fijado para el martes 26, la mayor parte de los integrantes del Consejo Superior Universitario no conocen ni el informe final, ni los documentos de soporte, que constituyen un indescifrable arcano.

La última propuesta es un sorprendente giro en relación con la anterior. No obstante que por presión de los estudiantes organizados, se había descartado un componente fijo (piso mínimo) del valor de la matrícula, así como un componente variable resultado de un “índice socioeconómico”, fijándose, en su reemplazo, unas ponderaciones diferenciadas de cada variable[2], tasada en puntos y un valor del punto  en salarios  mínimos, calculado de manera críptica, nuevamente se reinstala una fórmula que involucra un componente fijo y uno variable.

Según este “modelo” el componente fijo se derivaría de la siguiente fórmula:

Componente fijo: Proporción del gasto destinado a la educación (ENIG) x Ingresos percibidos por estrato pobre x 6 meses[3].

De allí que: 3,7% x 1,4 SMMMLV x 6 meses=$228.692[4] Esta cifra equivale a 31,1% del salario mínimo mensual de 2017.

Propuesta final de liquidación de matrícula de pregrado en la UPTC

Variable Ponderación última versión Ponderación versión anterior
Puntaje mínimo (piso) Puntaje máximo

(techo)

Puntaje máximo (techo)
Ingreso mensual de la cabeza de hogar 0 30 25,92
 

Número de hijos (independiente) o

Número de hermanos estudiando (dependiente)

0

 

0

20

 

20

20,22
Tipo de colegio de origen 0 20 18,68
Vivienda 0 10 25,92
Estrato 0 20 25,91
Total 0 100 116,65
Valor propuesto

Valor corregido

$228.692

$116.632

$2.571.032

$2.698.632[5]

Fuente: Dirección del departamento de Registro y Admisiones.

Pese a que se sostiene que esta fórmula es una síntesis de la experiencia de la treintena de universidades públicas que han ensayado un nuevo esquema, sin embargo, las premisas sobre las que se fundamenta la propuesta no son tan consistentes. Veamos:

Verdad…

Muchas universidades públicas desde la década del 90 han basado su sistema  de liquidación de matrícula en  las condiciones socioeconómicas incluyendo variables, tales como ingresos, núcleo familiar, empleo, vivienda y estrato socioeconómico. Sin embargo, el esquema implantado en las  universidades más emblemáticas como la Nacional, la de Antioquia, la del Valle y la UIS, es simplificado, haciendo énfasis en muy pocas variables y sin incluir un componente fijo.


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Media verdad…

Dentro de las fuentes de información estadísticas disponibles están las que maneja el Dane, particularmente la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos (ENIG),  que mide el monto y la distribución del ingreso y gasto de los hogares colombianos, cuyo último estimativo corresponde al distante periodo 2006/2007. Los autores del documento, es de suponerse, tomaron como referencia, para calcular la proporción del gasto destinado a la educación, la composición  del gasto a nivel nacional  y de las 24 ciudades principales, utilizando dos cifras: 3,7% para el cálculo del componente fijo y 2,9% para el componente variable[6]. El valor del punto estimado en el trabajo es de $21.294[7].Sin embargo, al revisar la fuente se encuentra que estos guarismos son 3,1% y 3,5% respectivamente, no por jefe de hogar sino para el hogar en su conjunto. Es decir, los datos utilizados no coinciden con los que reporta la agencia gubernamental.

De otra parte, sin sustentarlo ni conceptual ni metodológicamente, se presume que el jefe de un hogar pobre (estrato 1), percibe hasta 1,4 SMMLV[8]. Cabe recordar que en Colombia el estrato 1 representa, aproximadamente, 23% de los habitantes nivel similar al equivalente a la población que se encuentra por debajo de la Línea de pobreza monetaria ($624.796 en 2016) que gravita sobre el 28% de los colombianos. Si se parte del hecho que un hogar típico colombiano está integrado por 3 personas, con una jefatura de hogar con un ingreso promedio equivalente al 85% del salario, la situación se torna diferente. Como no se sustenta la cifra propuesta, la simplificación parece sacada del sombrero de un mago ilusionista.

Al corregir la fórmula propuesta para el cálculo del componente fijo el valor sería:

3,1% x 1,4 SMMLV x 6 meses=$197.590

Verdad a media…

Si se acepta que las variables escogidas para el perfil socioeconómico son válidas, no lo es la ponderación que se le asignó a cada variable y el puntaje resultante. No se explicitan los criterios que  justifiquen los valores máximos para nivel de ingresos (30), número de hijos o hermanos (20), tipo de colegio (20), vivienda (10) y, por último, una variable asociada a la vivienda y a los servicios públicos como lo es el estrato (20). Los argumentos que se han escuchado tienen una enorme carga de subjetividad, y, por lo tanto de mera casuística hasta caer en un sofisma distractor.

Ahora bien, la propuesta calcula (sin decirlo abiertamente) un escenario piso y un escenario techo:

  1. (3,7% x 1,4 SMMLV x 6 meses)+(0 x $21.394)=$228.691
  2. (3,7% x 1,4 SMMLV x 6 meses)+(100 x $21.394)=$2.571.032[9]

Si se aplicaran los datos de la ENIG (3,1% de gasto destinado a educación), se tendría, en el primer caso, un valor de $116.632, mientras que para el segundo caso se obtendría, -con 3,5% del salario mínimo mensual y un valor del punto de $25.820- , una insospechable cifra: $2.698.632. Como es excepcional encontrar estudiantes de estrato 1, lo más probable es que el prototipo de estudiante de la UPTC esté comprendido en la franja de los estratos  1 y 2. Los casos extremos no son frecuentes. La matrícula promedio (más de 40 puntos acumulados) fluctuaría entre 1,0 y $1,3 millones, lo que, de antemano disiparía los temores de los directivos sobre el impacto presupuestal, pues los recaudos por matrículas de pregrado, se duplicaron entre 2010 y 2016 hasta alcanzar cerca de $40.000 millones.

Como se puede apreciar en estas líneas, las dudas sobre la propuesta formulada y sus fundamentos persisten.  Al modificarse los porcentajes extraídos erróneamente de la Encuesta nacional de ingresos y gastos (ENIG), así como el presunto umbral del estrato 1, que utilizan los autores de la propuesta, los resultados cambiarían.


Debe leer:
>Nuevo cobro de matrículas en la UPTC: otro golpe a las oportunidades de acceso a educación superior


Colofón

La dirección de la universidad se ha empeñado en la aprobación a rajatabla de esta propuesta. Las repercusiones de una decisión apresurada son incalculables. Así las cosas, el desmonte del actual esquema mixto (por declaración de renta y salarios mínimos), no traerá progresividad alguna, ni estará acorde con la capacidad de pago de los estudiantes, ni de gasto del núcleo familiar, a sabiendas que dentro del perfil del estudiante de la UPTC, muchos de los 30.000 estudiantes (los estudiantes de la Fesad y la jornada nocturna de varios programas son un caso ilustrativo), ejercen, simultáneamente, la jefatura de hogar con responsabilidades derivadas del cuidado de otros miembros de la familia. Además, las cinco variables pueden tener combinaciones, por ejemplo un estudiante admitido que haya estudiado en un colegio privado, perciba un poco más de un salario mínimo, viva en una casa con hipoteca, pero que pertenezca al estrato 3.

La inclusión de un componente fijo es un factor diferenciador, que fue cuestionado por el estudiantado-decir que se redujo de 0,5 salarios mínimos a 0,3 es un mal chiste- y no refleja la sentencia del Tribunal administrativo de Boyacá, refrendada por el Consejo de Estado, sobre el cumplimiento del artículo 83 del Acuerdo 066 de 2005.

Como diría el refranero popular “Ante la duda, abstente”.

[1] El director del departamento de Admisiones y Control de Registro Académico ha insistido que su tarea no es hacer socializaciones sino presentaciones.

[2] Es una incógnita el origen de estas ponderaciones, las que  contrastan con la versión anterior.

[3] Este factor se incluye, suponiendo un hipotético semestre.

[4] Una primera imprecisión: el cálculo del estudio es de $228.692. La cifra correcta es $229.282. La base del salario mínimo es $737.717 vigente para 2017.

[5] Otra imprecisión: la cifra que se incluye en la presentación es de $2.571.032. El dato correcto es $2.368.091.

[6] El Dane considera que tanto el ingreso como el gasto está conformado por un componente monetario y otro no monetario. Dentro de la canasta familiar el grupo de educación tiene una ponderación de 5,73%.

[7] Otra imprecisión: la cifra correcta es $21.394.

[8] La ENIG no se refiere a ingresos de la jefatura de hogar, sino a los ingresos y gastos familiares. En la propuesta se traslapan las dos situaciones. No se identifica el  origen del valor 1,4.

[9] Otra imprecisión: si se calcula el componente variable, multiplicando el valor del punto ($21.394) por 100 resultaría $2.139.400, al sumársele el componente fijo ($228.691) se obtendría un valor final de $2.368.091.

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