Los Azules en Chiquinquirá, ante una nueva oportunidad

Antonio Caro Castillo; Jose Mauricio Martinez; Ricardo Salinas Torres; y, Rosalba Burgos Castellanos. Fotos | archivo personal
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Mucho se habla, por estos días, sobre las reales posibilidades de triunfo del Partido Conservador, en la ciudad de Chiquinquirá. Más  aun cuando el avance del voto independiente quedó evidenciado en las elecciones presidenciales.

Parece difícil de creer, que en Chiquinquirá, epicentro de las decisiones y movidas del conservatismo, durante muchas décadas, ahora estén haciendo cálculos  milimétricos sobre sus reales posibilidades de ganar la próxima alcaldía.

Lo cierto es  que ya se encuentran inscritos, en los directorios departamental y nacional, los dirigentes: José Ricardo Salinas Torres,  segundo  en votación en la pasada contienda local; Rosalba Burgos Castellanos, actual concejal de Chiquinquirá y excandidata a la Cámara; Antonio José Caro Castillo, médico y exalcalde de la ciudad; y, José Mauricio Martínez, presidente del Club del Comercio  y exconcejal conservador.

Cada uno de ellos, por supuesto, apoyados por dirigentes de la viejas estructuras del partido conservador en Boyacá, como Pedraza, Humprey, Córdoba y más recientemente, la figura renovada de Martha Lucía Ramírez.

Pero lo que llama la atención es que el conservatismo  arranca esta campaña con un panorama adverso. La ciudadanía le recuerda que ha sido este partido, el que acompañó,  en forma  irrestricta, ciega y cómplice, a los últimos gobiernos locales. Gobiernos  que dejaron a la ciudad en una verdadera crisis económica y social, el estancamiento en sus procesos de desarrollo y una  frustración  colectiva  ante la imposibilidad de construir  una ciudad viable, emprendedora y líder.

Por ello, y a pesar de contar con estos cuatro pre-candidatos, con trayectorias distintas, se percibe  que esta colectividad no tiene asegurado su triunfo en solitario para la contienda de octubre próximo.

De ahí, que  sus primeros movimientos serían hacia la conquista de los votos del  “uribismo” que, en  Chiquinquirá, ha venido ganando todo  en las últimas contiendas.  Este factor  obligaría a los dirigentes conservadores  a  abrazar los postulados del Centro Democrático,  asumiendo que se trata de planteamientos y objetivos que le resultan afines, como hasta ahora  lo ha sido.

Desde ya, se anuncia una verdadera disputa de liderazgos al interior del conservatismo, en la perspectiva de madurar una  posible alianza con Centro Democrático, capaz de ser mayoría  y, de paso,  derrotar los planteamientos de los candidatos surgidos del Partido Verde, del Partido Liberal y de la  gran convergencia  alrededor de la  “Colombia Humana” en esta ciudad.

Por tratarse de un territorio donde ha imperado históricamente las ideas conservadoras, se esperan  los pronunciamientos de los últimos  dirigentes de la ciudad, como José Moreno Villamil, Luis Fernando Sanabria, el diputado Donal Ferney González y el mismo Héctor Ángel Ortiz,  cuyo capital  político fue amasado en esta colectividad.

El camino no es fácil.  Más aun cuando la ciudadanía pide a gritos respuestas concretas, especialmente, en temas como la  posible venta de Empochiquinquirá;  el aumento considerable de los servicios públicos domiciliarios;  los fenómenos de exclusión y marginalidad que heredó la cuidad,  luego de varias décadas de recibir población afectada por  las violencias del Occidente. Pero también,  las escalofriantes cifras de desempleo y el eterno conflicto  por el agua potable, para más de  setenta mil habitantes la ciudad de la Virgen.  Todas, problemáticas  que conocen muy bien los  pre-candidatos  del conservatismo a la alcaldía de la cuarta ciudad más importante de Boyacá.

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