Lluvia de decretos, confusión y cero unidad de criterio: consecuencias de la sed de liderazgo de Duque

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El presidente de la República, Iván Duque, se opuso rotundamente a que se expidieran medidas sin que le fueran consultadas, bajo el supuesto de que debería haber una unidad de criterio en el país, pero eso no ocurrió. Hoy, muchos en Bogotá se apuran para salir de allí antes de que empiece a regir el simulacro de aislamiento obligatorio.

Bajo el supuesto de que no se podía permitir que cada territorio dictara medidas a su antojo, el Ministerio del Interior en la tarde del miércoles expidió un Decreto ordenando que todas las medidas debían ser consultas y aprobadas con antelación por esa cartera.

Pero eso no ocurrió, en Bogotá se decretó el simulacro de aislamiento obligatorio a partir de la medianoche del jueves, en Tunja a partir de las ocho de la noche, Boyacá a desde el mediodía del viernes 20 de marzo, en Santander a las ocho de la noche del viernes 20, en el Meta desde las cinco de la mañana también del viernes.

Así las cosas, queda en evidencia que unidad en las determinaciones no hubo, así como tampoco hubo pronunciamiento alguno de parte del Gobierno Nacional que supuestamente estaba tan preocupado porque se siguiera una sola directriz.

Lo que si hubo fue un estímulo a los habitantes de Bogotá para que salgan de la ciudad antes de que empiece a regir la medida del simulacro de aislamiento obligatorio. Lo evidencia el alto flujo de pasajeros que hay por estas horas en la Terminal El Salitre en la capital de la República, que en la noche de este jueves funciona como la gran diáspora del Covid-19 por el centro del país.

A todo este caos hay que sumarle el derogamiento de medidas efectivas como el cierre de fronteras viales, propuesto por el gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán, unos días atrás. Medida que hoy ya no rige y que ha impulsado a muchos a aprovechar el puente festivo para visitar a sus familias en diferentes destinos.

Los decretos de Bogotá, Boyacá, Tunja, Santander y Meta, coinciden en la gran mayoría de sus puntos, prohibición  de circulación de personas a menos de que sea con una justificación, pero fallaron en lo esencial: coincidir en el horario de entrada en vigencia.

El único que acertó con la determinación fue el alcalde de Tunja, Alejandro Fúneme, que entendió que los habitantes de la capital del país podían verse motivados a viajar antes de que empezará el aislamiento obligatorio, por lo que puso las ocho de la noche como el momento de entrada en vigencia del decreto en Tunja. Lastimosamente, muchos de ellos vienen en camino, y al descender del bus en la terminal de transportes Juana Velasco de Gallo se convertirán en el primer punto a resolver durante la extenuante jornada de puente de aislamiento obligatorio.

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