La pobreza se convierte en la principal amenaza el año entrante para la mayoría de las comunidades de países en desarrollo como Colombia; y, en particular, para regiones como Boyacá, será su principal dolor de cabeza cuando se supone que se verán los efectos de los impactos desastrosos de la pandemia en el incremento de la pobreza y las dificultades económicas de este 2020.
En el siguiente conversatorio de Jacinto Pineda, director regional de la ESAP, Boyacá Casanare, Pedro Pablo Salas Hernández, de la Oficina Asesora de Paz y Diálogo Social de la Gobernación de Boyacá y Pedro Mendieta el Director de este medio, se deduce que la situación de pobreza y miseria para centenares de miles de Boyacenses sufrirán el impacto negativo del desempleo, la falta o el deterioro grave de los ingresos y, en consecuencia, del aumento de la pobreza y la miseria.
Pero ahí no para lo trágico de la situación; resulta que se calcula que la pobreza será más dura entre las comunidades rurales, así que si Boyacá cuenta con una alta población rural, la crisis puede ser mayor, lo cual tampoco es difícil de comprobarlo, dado que este año, cuando los campesinos colombianos y en especial los papicultores, fruticultores y horticultores boyacenses produjeron cantidades enormes de productos, tuvieron que sufrir la peor crisis de los precios durante la mayoría del año.
Es inconcebible que este año el gobierno hubiese sido incapaz de manejar la situación: mientras los que produjeron comida por montones se arruinaron con los precios, al otro lado, millones de personas tuvieron que aguantar hambre porque físicamente no fue posible hacerles llegar los volúmenes de comida que estaban disponibles, pero que se perdieron irremediablemente ante la indolencia de las autoridades y la sociedad.
Entonces la pobreza será el gran problema para el 2021.
