La historia del transporte intermunicipal desde Tunja para todo el país

Doña Marujita es toda una institución para el transporte intermunicipal en Boyacá. Foto | Hisrael Garzonroa - EL DIARIO
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LSeñora Marujita, “La Voz Dulce del Camino”

Determinada la entrada en operación del nuevo Terminal de Tunja, presentamos en la siguiente historia de vida, la trayectoria del servicio intermunicipal y nacional de pasajeros y envío de encomiendas desde Tunja. Doña María Aldana de Ruiz, hoy a sus 97 años, y su familia reconstruyen el itinerario de la actividad desde 1948 hasta el acontecimiento de este mes cuando se dará al servicio el nuevo terminal de la capital boyacense.

Como  Representante de Transportes  en la ciudad de Tunja, desde 1945 hasta 2002, doña María Aldana de Ruíz, sin duda, es la pionera de la organización del transporte de pasajeros que desde Boyacá se proyectó a todo el país durante un periodo de casi 60 años, a quien hoy todavía muchos de quienes la conocieron al servicio del sector la recuerdan como “la Señora Marujita, La Voz Dulce del Camino”.

María Aldana de Ruíz. Foto | Hisrael Garzonroa/EL DIARIO

Junto con su esposo Amadeo Ruíz Lozano (Q.E.P.D),  hombro a hombro con los dueños de las primeras empresas de transporte vehicular terrestre, estructuraron la estrategia comercial del traslado de pasajeros, encomiendas y giros de dinero, mediante la organización del proceso de agenciar, representar, acompañar, rendir cuentas   y direccionar el Transporte Terrestre, desde la hidalga ciudad de Tunja,  capital del Departamento de Boyacá, hacia diversas regiones del país y a la ciudad de Caracas, capital de la República de Venezuela.

Esta labor demandaba una comunicación  constante y directa para la atención a los pasajeros, y la capacidad  de orientar acciones para que los buses llegaran a tiempo e informar sobre las novedades del momento.  Al comienzo, las líneas de traslado a las diferentes ciudades  eran escasas por la incipiente infraestructura vial y por tanto los tiempos de recorrido más largos. 

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La señora Aldana de Ruíz, esboza brevemente el itinerario de su vida: “Nací el 23 de Marzo de 1922, en Belén Boyacá, Colombia,  crecí en un hogar armonioso con mis padres y seis hermanos, en un ambiente de valores, principios y constante fraternidad.  Siendo muy joven, en 1945, me trasladé a Tunja,  en donde estudié mecanografía. Inicié mi primer trabajo en el Almacén “Jalisco”, ubicado sobre la actual carrera décima, diagonal a la Gobernación de Boyacá (en donde se vendían víveres), de propiedad del señor Indalecio Ruíz Lozano, quien en ese entonces representó unas de las primeras  Empresas de Transporte de servicio de pasajeros: “Transportes Cúcuta” que conectaba con Cúcuta; y, Transportes Gutiérrez que iba hasta El Cocuy en el Norte de Boyacá. A partir de esta experiencia y aprendizaje en el trabajo administrativo accedí a destrezas empresariales que propiciaron mi incursión en el mundo del transporte intermunicipal, de la mano de mi esposo Amadeo Ruíz Lozano, natural de Chiscas Boyacá, nacido en 1904, con quien me casé en 1946, e  iniciamos la representación legal para agenciar empresas de transporte terrestre de pasajeros, con pasajes a varios destinos nacionales e internacionales;comunicación y asesoría en la exploración turística, contratación de excursiones, procesos mercantiles de giros y encomiendas, entre otros; en horarios desde las cuatro de la mañana hasta las ocho de la noche y más de todos los días de cada semana”.

Los comienzos del servicio

Foto | Archivo EL DIARIO / Hisrael Garzonroa

Recuerda Doña Marujita que en los primeros tiempos del transporte de pasajeros, la movilidad se hacía en vehículos con carrocería y sillas de madera, el equipaje era en cajas de cartón, amarradas con cabuyas y costales  de fique que contenían además de los enseres personales, alimentos naturales,  producidos por la tierra, envueltos en hojas de risgua, plátano y helechos; luego, el parque automotor  y el equipaje fueron evolucionando en estilos, marcas, modelos, materiales y comodidades, a favor de los usuarios, como actualmente los vemos. 

Hoy, aprovechando que por fin Tunja disfrutará de un Terminal de Transportes ajustado a la modernidad, Doña Marujita, cuenta la historia de su amada ciudad, en cuanto a la evolución del sector del transporte por carretera; y reseña el nombre de cada una de estas empresas que dieron origen a las que hoy se conocen: Trans Cúcuta, Trans Gutiérrez, Rápido Paz del Rio, Cotrans, Flota Boyacá, Flota Reina; Pómeca, actual Cooperativa Omega; Rápido Duitama, Bus-Expreso, La Garantía, Flota Valle de Tenza, Flota Norte, Los Libertadores, Trans Bolívar, Suzaeta, Las Águilas, Autoboy, Expreso Brasilia, Flota Sugamuxi. Especial mención hace: “De la empresa con la que trabajé por 56 años, Transportes Berlinas del Fonce, siempre se caracterizó por su constante actualización e innovación, siendo pionera en el servicio con azafata, servicios especiales con la famosa buseta Berlinas de Oro;  y la primera empresa que dotó sus vehículos con radioteléfono para garantizar el contacto permanente entre las oficinas y los vehículos en carretera. También,  fue la primera empresa que ofreció refrigerios a sus pasajeros durante los recorridos de larga distancia. “Berlinas”, evoca Doña Marujita, siempre ha transformado el servicio  de Transporte Terrestre  de Pasajeros en Colombia, bajo los valores de la honorabilidad y la transparencia. “Fue, mediante el sistema de radioteléfono, comunicándome con todas  las agencias, que me reconocieron por tantos años como “lSeñora Marujita,  La Voz Dulce del Camino.

Siempre atentos a mejorar el servicio

El actual terminal de transportes fue criticado en varias ocasiones por la Supertintendencia de Transporte. Foto | Archivo EL DIARIO / Hisrael Garzonroa

Doña Marujita, junto a su esposo,  fue el pilar de la evolución de  este gran proyecto y después con el apoyo de sus hijos e hijas: Luis Jaime y Milton José  Homero Ruiz Carrillo, y  María Geluy, Luz Mery, Gladys y Haydée Ruíz Aldana, y muchos otros familiares y amigos de confianza, siguió las normas y procedimientos administrativos emanados del Ministerio de Transportes, y alcanzó el empoderamiento de una entidad asequible al público viajero. Les enseñó el arte de manejar con la mejor atención estas empresas, proveer entre los usuarios servicios con calidad y los preparó para ser empresarios en esta gran tarea que propició el florecimiento del  transporte y contribuyó al bienestar de la comunidad.

La protagonista, en este momento, hace un paréntesis al rememorar los hechos, y mencionar los hijos, se quiebra su voz evocando un episodio difícil de olvidar y comprender: “la tan cruel y aterradora partida de mi hijo Luis Jaime Ruiz Carrillo, médico ginecobstetra, en agosto de 1995 quien fuera secuestrado y asesinado por grupos subversivos”.

Continua en sus recuerdos y precisa doña Marujita: “En el año 1983, creé con mi hija Haydée Ruiz Aldana la sociedad Aldana Ruiz LTDA., ¨ALRU LTDA¨, para contratar directamente con Berlinas del Fonce la prestación de los servicios ya enunciados, que funcionó ininterrumpidamente hasta el año 2002”.

En su labor social

Foto | Archivo EL DIARIO / Hisrael Garzonroa

“El legado que dejo¨, expresa con orgullo, la Sra. Aldana, “se traduce  en el apoyo a muchas personas que trabajaron conmigo tales como: chequeadores, voceadores, conductores, agentes o  representantes, se prepararon en la cotidianidad  para convertirse en grandes empresarios, empoderados en el ejercicio del transporte y otras actividades correspondientes a este campo”.

Desde la primera oficina al terminal de hoy

“Las oficinas donde funcionaron las Empresas de Transportes  que agenciamos desde 1945, estuvieron  ubicadas en: El Almacén Jalisco, en el local que existía en la cabecera occidental de la Plaza de Bolívar de Tunja; en dos locales  del costado norte de la Plaza de Bolívar, a continuación de la Gobernación de Boyacá; en tres locales de la carrera 14 entre las calles 21 y 22;  en un local para Bus-Expreso en la carrera décima frente al Parque de San Francisco, actual Hotel Hunza y, posteriormente, las oficinas se trasladaron a locales sobre la carrera séptima entre calles 16 y 17, para culminar mi experiencia en el año 2002 en las oficinas  de la actual Terminal de Transportes de Tunja (a la fecha de hoy, noviembre de 2019)”.

Las empresas y el tiempo de permanencia en ellas

La señora Aldana de Ruíz, describe con precisión fechas y lugares, en muchos casos de años concurrentes, en el transcurso de su relación con ellas, que sin duda, son un testimonio invaluable en estos días y más aún, cerca de la inauguración del nuevo terminal de la capital boyacense:

·         Transportes Cúcuta, unía a Cúcuta y el norte del departamento de Boyacá con Bogotá.

·         Transportes Ferreira, hoy día Berlinas del Fonce, con Gerencia en Cúcuta Santander del Norte. A esta empresa refiere haber prestado sus servicios desde el año 1946 al 2002; en total, 56 años.

·         Transportes La Garantía, en la oficina  de la calle 21 con carrera 14 frente al actual parqueadero de la Plaza Real, unía a Tunja con el oriente Boyacense. 

·         La hoy Cooperativa  Multiactiva de Transportes Omega, inicialmente Pómeca, con Gerencia en Bucaramanga, de 1948  a 1978; un total de 29 años.

·         Bus-Expreso,  unía a Tunja con Bogotá, con camionetas de servicio especial; 1958 a 1966

·         Expreso Rápido Paz Del Río, cubría los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Casanare y Arauca, de 1949 a  1969; 20 años. 

·         Flota Boyacá y Transportes Reina, para unir Chiquinquirá y Occidente de Boyacá con Tunja y viceversa.

·         Flota Valle de Tenza S.A. Hace presencia en las regiones de Cundinamarca, Boyacá y Casanare. Desde 1951… 

·         Cooperativa de Transportes, Cotrans; su origen en la ciudad de Málaga, Santander; une a Cúcuta, Pamplona, Málaga y  el norte de Boyacá con Bogotá. de 1965 a 2002, en total 37 años.    

·         Además, Copetrán, Expreso Brasilia y Sugamuxi, cuyos archivos no tiene presentes a la fecha, ni se encontraron en las respectivas  administraciones.

Doña Marujita concluye: “conservo gratos recuerdos que compartí con tanta gente propia y extraña, siempre estuve en un ambiente solidario, de confianza, apoyo y gratitud y evoco con especial emoción mi diario ir y venir de la oficina al Banco y/o a mi hogar, especialmente en horas de  la madrugada y nocturnas,  cuidada por jóvenes de la calle que   me acompañaban como guardianes, mientras me contaban  sus historias, y yo aprovechaba para orientarlos en las buenas costumbres  y principios que les ayudaran a mejorar su condición de vida.

Me retiré de esta actividad a los 79 años de edad  y hoy, a mis 97 años, me siento  agradecida y bendecida por nuestro señor Jesucristo y el Padre Eterno,  por permitirme cumplir con responsabilidad y honestidad  la misión encomendada y dejar el legado al sector Transporte  que  sustenta hoy su crecimiento  empresarial en el  desarrollo del servicio a la comunidad,  como uno de los motores sobresalientes para la prosperidad, que ha tenido la región cundiboyacense, los santanderes y el país, en la apropiación de la esencia fundamental para prestar el mejor servicio al público viajante”. 

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