La carta de Olmedo Vargas al nuevo presidente de los colombianos

Foto | Hisrael Garzonroa
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El economista, exrector de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, UPTC, le envió una carta a Gustavo Petro en la cual se refiere al momento histórico que vive Colombia y a ese enorme reto que tiene en diferentes frentes para lograr el desarrollo. Dice Hernández que es urgente una reforma a la Ley 30.

Señor Presidente República de Colombia

GUSTAVO PETRO URREGO

Distinguido Ciudadano Ilustre.

Alegría y esperanza albergan en sus sentimientos la mayoría de los colombianos, ante su ascensión al solio de Bolívar, acompañado con Francia Márquez- Asumir el control del gobierno, es la posibilidad de materializar ilusiones y sueños, mil veces esquivos y convertidos en pesadillas o dolores, de quienes no llegaron, como nosotros hoy, a ser testigos protagónicos de esta nueva historia, convertida en una gran gesta.

Mi Tátara Nona, Bachué, madre de todos los Chibchas, Muiscas y Taironas, nos enseñó a cuidar, a trabajar y a proteger la Pacha Mama; engalanada con el brillo de Quimbayas, Sinúes, Caribes, Muzos y Arwac, heredó de sus mayores, los Olmecas y Mayas, el calendario, la escritura, el tinte del azul y el cultivo del maíz; se dotó con la sabiduría de los tonos tristes y alegres de colores Comanches, Cherokes, Coahuiltecas y Apaches; conoció plantas sagradas de sus hermanos Incas, Kichwa y Aymarás, con quienes aprendió música, danzas y cultos, y fue una de sus Diosas del Sol en las fiestas del Inti Raymi.

Esta gran cultura y hermosa herencia de nuestra madre Bachué, fue destruida: primero, por colonizadores extranjeros y, desde hace 212 años, por tramposos y filibusteros adoradores del dios dinero, quienes extraen la sabia tornasolada, el oro y el carbón del vientre de la Pacha Mama, contaminan ríos y mares, talan bosques, destruyen el aire y la vida, y en su huella, solo dejan huecos, desiertos y potreros.
Recuperar la herencia y los santuarios ambientales de la madre Bachué, con su laguna, apreciado Presidente Petro, es su tarea, en cuya labor, millones de manos estamos prestas.

Será vital una política que ampare y oriente a la pequeña minería del carbón, que se niegue al fracking, que reconozca la denominación de origen a la esmeralda y la proteja del contrabando en el mercado internacional, y que ampare nuestros páramos de proyectos energéticos destructores de su flora y colchones de agua.

Más de la mitad de nuestros pueblos y veredas sufrieron la angustia y la tragedia de la guerra interna, pero ningún municipio fue incluido en los beneficios de los acuerdos de paz. Casas y edificios municipales destruidos, puentes dinamitados, masacres no registradas, asesinatos de líderes, campos abandonados, niños y mujeres violadas y, familias huidas hacia las ciudades, son también fotografías cotidianas que opacaron el paisaje boyacense.

La paz en Boyacá se construye con proyectos agropecuarios y agroindustriales, financiados con suficiencia, transformando el minifundio en empresas asociativas agroecológicas especializadas, asistidas con tecnologías y que respondan al interés social en la formación de bachilleres y tecnólogos.

Además de buena paga en créditos, los boyacenses somos aplicados en labores del campo y la ciudad, siempre de la mano con nuestras mujeres.

Nuestros niños y jóvenes necesitan con urgencia conectividad suficiente, permanente y subsidiada, Software académico intra y extra-colegio; arreglar, pintar y adecuar la planta física y los espacios sociales de sus colegios; y una gran promoción al talento artístico y deportivo de nuestros jóvenes.

No pude repetirse la pesadilla de niños que cursaron en una carpa los seis años de su bachillerato, so pretexto de nuevos edificios. Urge capacitar en tecnologías y pedagogías digitales a nuestros maestros, amén de actualizar sus conocimientos en áreas de su vocación.
También superar la pésima asistencia sanitaria de maestros, como de las comunidades, y reducir al mínimo los más de diez mil días laborables que se pierden anualmente.

La educación gratuita en todo el sistema educativo y matrícula cero en pregrados, será un beneficio a todas las familias boyacenses, ya que al 99% de los hogares están clasificados en estratos uno, dos y tres. (la estratificación es una odiosa forma de revestir la precariedad de nuestras gentes).

La autonomía universitaria, que tanto costó a los movimientos de estudiantes y profesores, es hoy un ambiente perverso de gestión y contratación, de abusos financieros, clientelismo académico y administrativo, y baja producción científica comprometida con la sociedad. Es urgente una reforma a la Ley 30, con elección directa y universal de sus autoridades. Fortalecer la autonomía financiera y administrativa de las regiones y territorios, más allá de la desconcentración del Estado nacional, permitirá dar paso a una Nación conviviente, con concurso de méritos en toda la estructura del Estado, y procesos de desarrollo equiparables a países desarrollados.

Buen viento y buena mar airean campos y ciudades de nuestra amada Colombia. Los ideales de aquellos que soñaron una Nación amable y justa tienen, con usted y todos nosotros, la oportunidad por la que tantos héroes reconocidos y anónimos, ofrendaron su vida y su libertad. ¡El Cambio comienza! ¡Adelante, Compañero Petro!

Olmedo Vargas Hernández PhD. Economía, Ex – Rector UPTC.

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