La artista colombiana que conquista el mercado del arte en el mundo

Foto | archivo personal
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Liliana Méndez fue criada en una familia de artesanos que trabajaba el bronce. Ella recorrió el país con sus padres cuando participaban en eventos en donde exhibían sus artesanías y obras de arte. Su ojo y sensibilidad se agudizaron y comenzó a trabajar sus propias esculturas, lo que la motivó a crear y a viajar. Es quien representa el arte colombiano en el mundo y hoy está en las pantallas gigantes del Times Square.

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Su infancia fue entre La Granja y Fontibón. Su día a día era salir de la escuela directo al taller de sus padres que siempre la involucraron en el trabajo pesado de la fundición. Ellos hacían esculturas de animales y de figuras mitológicas. Liliana, en su época de adolescencia, empezó a hacerse cargo de los eventos a los que invitaban a sus padres, las ferias itinerantes que por algunos días estaban en Bavara y demás lugares de la ciudad. Participaron en Corferias, en los coliseos y centros de convenciones de Cali, Medellín y Barranquilla. Liliana siempre se vio rodeada del quehacer en el arte, pero también se involucró haciendo el arte que aprendió de sus padres.

Liliana Adelantó estudios en la academia Guerrero, en donde aprendió lo que necesitaba para seguir adelante con su estilo propio, nunca se pudo acomodar al estilo de los maestros, por lo que considero que debía retirarse y seguir por su cuenta.

Inició dejando sus obras en las galerías de Bogotá. Fue una época difícil porque los pagos no era lo que ella esperaba, no era bueno y siempre que vendía una de sus obras le descontaban una buena parte. En ese tiempo tuvo que reflexionar sobre el valor de su trabajo y gracias al maestro Hernando Sarmiento, quien era su padrino, aprendió a valorar su esfuerzo, así que decidió tomar por su cuenta, también, el trabajo de comercializar sus obras personalmente y salió a las calles a vender sus esculturas. Aprendió a no tener miedo de mostrarse y entendió que esa era la manera de vender. En un tiempo, Liliana trabajó para el escultor colombiano Héctor Lombana, de quien aprendió a pulir sus esculturas.

Arriesgada y sin miedo a los 20 años se fue para los Estados Unidos pensando en que sería bueno para abrirse camino, siempre ha sido disciplinada organizada y honrada. El impacto fue bueno desde que comenzó a mostrar sus obras, inicialmente las llevó a eventos de protocolo y expuso como decoración y luego aplicó a eventos de arte.

Ahora sus esculturas están expuestas en algunas de las galerías más visitadas de Estado Unidos, y personalidades como Donal Trump, Arnold Schwarzenegger, Talía, Michael Bloomberg, y en los últimos días el famoso deportista Shaquille O’ Neal han comprado sus obras.

En un viaje a panamá, después de una exposición en la que no medió nada, organizó su maleta y con escultura en mano salió a venderlas en la calle, le tocó hacer sus clientes a pulso, veía posibles compradores y entró a empresas sin miedo, fue en ese momento cuando se encontró con la sobrina del maestro Fernando Botero, Luz Botero, quien se enamoró de sus esculturas y las expuso en su galería, que para algunos conocedores es la mejor del país. Después de un tiempo hubo una curaduría para la bienal Internacional de Arte de Panamá y su obra más grande y monumental, una que medios cuatro metros, quedó expuesta en el Parque Urraca. Su trabajo ha sido expuesto varias veces en Europa, en galerías de Alemania y de Italia.

Liliana ha desarrollado un estilo diferente con técnicas únicas, definió su estilo artístico como un trabajo delicado porque es sensibilidad lo que busca proyectar, formas ascendentes que incitan al éxito, a la unión y al amor, nada grotesco.

Ganó la Bienal Internacional de las Américas en Denver, Colorado, con una obra que realizó junto a su hijo quien busca abrirse un espacio en el arte como lo hicieron su mamá y abuelos.

En Estados Unidos celebran el mes de la Hispanidad y ella es la artista reconocida este año, acaba de recibir una mención de Honor por el concejal Cristian Ceballos y hoy su imagen es proyectada en las pantallas de Times Square, alumbrando la concurrida y famosa calle con sus sueños hechos realidad estar ahí es el fruto de su trabajo. Su próximo destino es Dubái.

En Colombia tiene tres galerías, en el centro comercial El Tesoro en Medellín, en Bogotá en la Calle 106 con Cra 15 y en Chía en la calle segunda, a unos pasos del reconocido restaurante Andrés Carne de Res. En Medellín y en Bogotá tiene los talleres en donde constantemente está trabajando en sus obras. En este ha estado acoplándose y haciéndose fuerte en Instagram, y también en www.lilianamendez.com

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Liliana es de las mujeres que piensa que mientras un artista tenga las ganas de salir adelante se esforzará para fortalecer su talento y esa será su motivación en el día a día. Un artista entiende que hay una lucha detrás de todo trabajo y que los resultados no son inmediatos, pero si hay un verdadero esfuerzo los resultados se verán más fácil y siempre quedará esa satisfacción que no tiene precio.

Ella se pone en los zapatos de los artistas en Colombia, sabe que no es fácil, pero también piensa que el que no muestra no vende y hay que sacar siempre las mejores obras. También piensa que por el hecho de ser colombianos ya hay ganancia, porque se cuenta con la fuerza y verraquera.

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