Gensa se niega a reconocer Costos de producción del carbón térmico

Panorámica de la planta de las tres unidades de generación termoeléctrica de Paipa manejadas por Gensa que son claves en el futuro del aseguramiento de suministro de energía del país. Foto / Hisrael Garzonroa - EL DIARIO
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Fomento a la ilegalidad

Una situación que no es nueva: “el papel de Gensa , con el manejo de los precios del carbón térmico, es la promoción y favorecimiento de la ilegalidad y, en consecuencia, el desajuste de la economía de los carboneros  formalizados”, afirman los empresarios mineros Alberto Puentes, Juan Barrera y Xiomara González, quienes desde 2014 han venido denunciando esta situación, y que hoy en 2019, cuando escasea el carbón térmico para alimentar las platas de generación, sigue sin ser reconocida por la empresa que hasta hace poco manejaba la totalidad de las compras de carbón para las cuatro unidades de generación de Paipa.

En realidad, el conflicto entre Gensa y los productores de carbón se remonta al mismo momento en que esa empresa asumió el manejo de las tres unidades generación de Termopaipa, por allá en 2005 y continuó con el compromiso de adquirir el carbón necesario para la operación de la IV Unidad. Desde entonces, la tesis mantenida y la conducta observada por parte sus ejecutivos, cuya sede está en Manizales, es que a los productores de carbón térmico en Boyacá no hay que pagarles de acuerdo con los indicadores del mercado del  mineral y sus costos de producción, sino que hay que fijarles precios lo más bajo posible, dado que estimular mejores precios disminuye las utilidades de la empresa y del otro lado permite a los mineros obtener excedentes que de todas maneras despilfarrarán.

El problema es ahora que el mercado, en efecto está imponiendo las condiciones, dado que la evolución de la normatividad exige que los mineros estén legalizados y si este requisito se cumple, los costos de extracción del mineral, llegan a unos 150 mil pesos la tonelada en boca de mina, a lo cual hay que sumarle otros costos que en total alcanzan casi los 168 mil pesos, de modo que un precio por debajo de esa remuneración llevaría a ocasionar pérdida al minero formalizado o a inducirlo a conductas ilegales, como la evasión de las obligaciones fiscales o el incumplimiento de compromisos laborales, golpeando así a los trabajadores del sector.

Por eso es que para los empresarios mencionados, lo que hace Gensa resulta en la realidad una promoción a la ilegalidad, lo cual lo están agravado con la estrategia de los últimos meses donde la compañía ha propiciado contactos con los ejecutivos de empresas como Holcim, Argos y Acerías, para pedirles que bajen el precio de compra ya que las condiciones del mercado han llevado a que la cotización de la tonelada del tipo térmico haya alcanzado al principio de este año alrededor de 180 pesos. y como si fuera poco, Gensa, una empresa cuyo capital accionario pertenece en un 93% al gobierno nacional, según las denuncias, para presionar a los productores, además, vuelve a favorecer a los oferentes de carbón que operan como acopiadores, que ofrecen precios más bajos de suministro, dado que a estos llegan carbones que efectivamente son extraídos de minas ilegales o de mineros que no cumplen con la mayoría de sus obligaciones tanto ambientales como técnicas, laborales y fiscales, con el agravante de que propician la adulteración de la calidad, generando una cadena de corrupción inaceptable.

Sostienen los empresarios que todo esto conduce a que la cadena se degrade, y que a la hora de la verdad se vuelva a las tragedias que todo el mundo conoce y que se cuantifican como muertos en las minas.

Costo de una tonelada de carbón en boca de mina en condiciones de legalidad

Es evidente que los costos de producción del mineral se han incrementado de manera sustancial en los últimos cuatro años a partir de la entrada en vigencia de las nuevas normas contenidas en los decretos que establecen las reglas para el manejo de las minas en todos los aspectos, laborales técnicos, ambientales, tributarios y de seguridad en la mina. (En el tema minero, decreto 1886 de 2015; en el tema laboral, decreto 1072 de 2015 y resolución 1111 de 2017).

Los empresarios mineros, quienes no han escatimado esfuerzo para explicar a Gensa la situación (hace algún tiempo una comisión, encabezada por los empresarios citados, viajó hasta Manizales para discutir puntualmente el tema con el presidente de la empresa), estiman que en el caso de la mano de obra, asumiendo todas las exigencias de ley que, además, es a lo mínimo que aspira el trabajador, el costo de extraer una tonelada es de 84 mil 118 pesos en boca de mina. En insumos, manejo ambiental y técnico y algunas obligaciones adicionales, los productores calculan un costo de 34 mil 910 pesos; hasta aquí, una tonelada en boca de mina ya vale 119 mil pesos.

A lo anterior hay que sumarle lo que los productores llaman costos legales, que son: regalías, reteica, autorrenta, estampillas, renta y otros, más una utilidad calculada del 10%, los cuales suman  28 mil 684 pesos. Entonces se acumula un costo para la tonelada de 147 mil 713 pesos, en boca de mina.

Esto solo
va a llevar al
desabastecimiento
de las generadoras”.

Empresarios mineros

Para llevar el carbón a la planta, tomando distancias promedio no mayores a 50 kilómetros, el costo es de 20 mil pesos, lo que arroja un gran total final por tonelada de 167 mil 700 pesos. Hay que decir que en los dos últimos meses la madera, insumo primordial para el aseguramiento de los socavones,  ha subido en más de un 30%, lo cual tiene un impacto significativo en la suma total.

Cómo es el contrato

Gensa alega que los contratos firmados en 2014, que actualmente están vigentes hasta 2022, deben ser cumplidos por las partes; que los carboneros vienen disfrutando de los incrementos anuales pactados y de todas las garantías para la comercialización del carbón, que beneficia a 147 mineros con quienes hay contratos vigentes, en las cantidades acordadas, que incluso pueden ser mayores de llegar a ser necesario por los factores del clima o por otras contingencias que pueden suceder, como sería en el inmediato futuro la compensación de la generación de Hidroituango, en caso de que el proyecto tarde demasiado en entrar en operación o que definitivamente no se ponga en marcha.

Los términos del contrato de 2014, que partió de un precio a pagar al productor de 98 mil 600 pesos por tonelada puesta en planta, con incrementos sucesivos que, en los 5 años transcurridos, dan un promedio anual del 5,48%, lo cual significa en pesos corrientes, entre 2014 y 2019, pasar de los 98.600 pesos a $128.811. Quiere decir que en los 5 años el incremento por tonelada apenas adicionó 30.211 pesos, lo cual está muy lejos de los 167.700  pesos (cuadro1) que los productores demuestran que hoy cuesta extraer y poner en planta una tonelada de carbón; el desfase por tonelada, entre los costos reales y la remuneración que paga Gensa, es de 38 mil 889 pesos.

$168 mil POR TONELADA
Son los costos que alcanza la producción del carbón térmico.

Luego, demostrarían los mineros, en estas condiciones les es imposible cumplir el contrato, lo cual se lo han hecho saber a la empresa, cuya respuesta sigue siendo negativa para renegociar equitativamente. “Esto solo va a llevar al desabastecimiento de las generadoras”, según estiman los mineros legalizados.

La discriminación sistemática

Y es que el gobierno y la industria se han negado sistemáticamente a favorecer la producción de carbón térmico para la generación interna, especialmente el del interior, tal como lo reconoce un documento de la UPME de 2016 donde acepta que “en el caso del carbón no hay referencias basadas en costos de producción dado que éstos son variables por las condiciones heterogéneas de producción que existen en el país”. Esto se ha convertido en la excusa perfecta para desregularizar del precio del mineral y por eso, Gensa, no acepta una canasta de costos cuando se la presentan los productores.

Por otra parte, las proyecciones internacionales del precio del carbón no se han cumplido. Los estimativos del Departamento de Energía de los Estados Unidos planteaban  para el corto plazo, en su documento STEO – Enero 2016, “una estabilidad de los precios del carbón, con base en el supuesto de que los escenarios de demanda tengan una reducción, principalmente para generación por la entrada de más gas para esta actividad como consecuencia de sus precios bajos (…) y un periodo clave para el uso de energías renovables para generación eléctrica, lo que causa incertidumbre sobre la demanda a corto plazo del carbón”. Según esta predicción, adoptada por la UPME, la dinámica del mercado dejaría los precios del carbón en el corto plazo en un valor cerca de los US$40/tonelada, (que es lo que está reconociendo Gensa en este momento).

Pero la misma agencia gubernamental colombiana, teniendo en cuenta la trayectoria de los precios internos anteriormente descritos y las estimaciones realizadas por el Departamento de Energía de los Estados Unidos para precios de esta fuente, con destino a la generación de energía eléctrica, decidió tomar como índice el “Coal Delivered Prices – Electric Power” del STEO de Enero de 2016 del DOE-EIA para el corto plazo, y como largo plazo el comportamiento del carbón de Australia del Banco Mundial. Y es aquí donde las cosas cambian: el térmico australiano terminó 2018 por encima de los USD$100 por tonelada y aunque en el primer trimestre del presente año bajó significativamente, el reporte para abril de 2019 es de USD$86,77, lo que quiere decir que hoy a un cambio de 3.200 pesos por dólar, la tonelada estaría en más de 270 mil pesos, que son 100 mil pesos más de lo que están pidiendo los productores en Colombia. Así que los argumentos de Gensa para negarse a subir el precio quedarían sin piso.

A Gensa no le va a quedar más remedio que reconocer por fin que tiene que aceptar renegociar las condiciones del precio del carbón con los productores, además porque representa al gobierno nacional. Aquí se llega al colmo del absurdo, Gensa sigue manipulando arbitrariamente el precio del carbón, fomentando la informalidad y la ilegalidad y contra toda lógica maltratando a los carboneros formalizados, a diferencia de la ahora autónoma IV Unidad cuyos ejecutivos, que siguen siendo los mismos de cuando Gensa compraba el carbón para ellos, han salido a pagar el carbón por encima de los 180 mil pesos la tonelada.   

Xiomara González, dirigente gremial.
Foto/ Archivo EL DIARIO

El Cargo por confiabilidad, billones para los generadores, ni un solo peso para los mineros

Este cargo cuyo origen está en la ley 142 de 1994, ha permitido que los colombianos en estos 25 años hayamos pagado unos 13 mil millones de dólares, casi ¡40 billones de pesos! de hoy, supuestamente para asegurar las condiciones óptimas del sistema de generación que prevenga cualquier riesgo de crisis; el cargo se creó para garantizar que los inversionistas y dueños de las plantas de generación siempre las tengan dispuestas y que el suministro de la fuente de energía (carbón, gas, gasolina, aceite) esté disponible, sin embargo, semejante cantidad de recursos terminaron convirtiéndose en “ingresos normales” de las generadoras, mientras que se niegan a remunerar, como en el caso de Gensa, a los productores de carbón que para el caso de Boyacá son pequeños mineros que en el largo plazo apenas mantienen y sobreviven con sus minas.

“Pan de hoy, hambre de mañana”

Orlando Micolta, gerente general de
Gensa. Foto / Hisrael Garzonroa – EL DIARIO

Es la expresión que usa Orlando Micolta, gerente general de Gensa, para describir la actual situación de su relación con los proveedores de carbón del departamento, quienes piden mayor remuneración para el producto, que por lo menos compense los costos de producción; Micolta trata de demostrar que las pretensiones de los mineros del carbón térmico de la región están excedidas para la tonelada del mineral.

El modelo de contratación de Gensa para la compra de carbón que está vigente desde 2014 y se extiende ahasta 2022 incluye 147 contratos con otros tantos productores directos bajo condiciones de un precio base por tonelada de inicio y una serie de incrementos previstos en el transcurso de los años.

Entendemos eso, las aspiraciones de mejor precio por parte de los mineros, pero también tenemos que ser responsables y es cuando les digo, pan de hoy y hambre para mañana, con nuestra empresa y con los mismos mineros. Pagar a 176 mil pesos es imposible para nosotros; Gensa ha perdido más de 7 mil millones de pesos, porque no hemos tenido el carbón o porque lo hemos comprado a 176 mil pesos cuando teníamos proyectado comprarlo a 128 mil, y porque todo el carbón que necesitamos, aun comprándolo a 176 mil, no nos lo han suministrado.

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