El gas: antecesor de problemas

Foto | Dinero.com
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Por: Mauricio Arturo Molina Montenegro – Ingeniero Civil – M. Sc Ciencias Económicas (E) – @mao77mm

¿Para qué sirve tener gas, petróleo o la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo, si ni siquiera podemos evitar que los niños mueran por falta de alimentos?

Nada caracteriza más a un “guajiro” como la forma en la que se expresa. La gente de la Guajira sabe contar historias y como bono, le ponen ese tono melódico que inmediatamente embelesa, además los guajiros son “tranquilazos”, si es que este verbo transitivo puede llegar a ser usado de una forma tan sinvergüenza. Otra peculiaridad que predomina en esas tierras de la Guajira, es que casi todos son familia: oye “primo” ¿cómo va la vaina?; aja “comadre” Emilia, saludos de Moncho Magdaniel; vea “compadre”, tenemos palabreada a la hembrita.

Es irrefutable, el departamento de la Guajira ha dado hijos valiosos: está el famoso “garganta de lata”, apodo que cariñosamente le colocó García Márquez (Gabo) a Poncho Zuleta, o el célebre Carlos Huertas, “el cantor de Fonseca” que nació en Dibuya frente al mar Caribe… Y como olvidar al Almirante José Prudencio Padilla que derrotó a la Real Marina Española el 24 de julio de 1823, tan admirada es su historia que la Escuela Naval de Cadetes en Cartagena lleva su Nombre. Qué profundo pesar me da no haber podido participar de esas épicas tertulias con el Maestro César Henríquez (espléndido narrador oral), que conocí gracias a la versión audiovisual del libro “Anécdotas Guajiras” de Ernesto McCausland.

A la Guajira llegué por necesidad hace varios lustros, tenía catorce mil pesos en el bolsillo cuando descendí del bus y de una gasté tres mil para comprar unas gafas de sol y evitar así un daño en mi retina; así llegué, con una mano atrás y la otra adelante. A mis 25 años solo contaba con el “título de bachiller” y un familiar me había ofrecido el trabajo de “aprendiz de pintura y pañete”, experiencia que me sirvió para luego ayudar a financiar un poco mis gastos en la universidad: pinté casas, apartamentos y locales comerciales algunos fines de semana.

Dentro de las muchas cosas que llamaron mi atención de aquella primera experiencia en Riohacha, me impactó ver a lo lejos una “plataforma de explotación gasífera”, esa estructura que solo se podía observar en canales de televisión o en revistas especializadas. Desde la ventana de un apartamento ubicado en un séptimo piso que un amigo tenía alquilado, porque en esa época ejercía como docente de la Universidad de la Guajira —y quien generosamente me recibió en su casa—, se podía observar a la distancia esa estructura con la ayuda de unos prismáticos.

En Riohacha la explotación de gas está a cargo de la empresa Chevron Petroleum Company, desde el año 1974 se encuentran extrayendo gas con la primera plataforma marina llamada “Chuchupa A”. Para el año 2004, Ecopetrol tuvo la oportunidad de ser el propietario del 100% de las reservas de gas y de su producción; sin embargo, las decisiones “técnicas” determinaron que lo mejor era compartir el riesgo e inyectar capital con nuevas tecnologías en un contrato de asociación entre Ecopetrol y Chevron. Se supone que el contrato terminaría el año 2016 y que las reservas estaban probadas hasta el año 2030.

El pasado miércoles 3 de mayo de 2017, el Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, le anunció al mundo un “gran descubrimiento de gas”, el “mayor en 28 años” en Colombia. Según el Presidente “…el descubrimiento es una ventana de oportunidades para los habitantes de la costa y su industria. Esto significa más demanda de bienes y servicios, más empleo, y proyecta la ciudad de Barranquilla como un centro logístico de la industria de hidrocarburos…”

Lo que me llamó la atención de la alocución del Presidente, fue que mencionara a Barranquilla; y lo resalto porque las zonas del hallazgo (el Bloque Purple Angel y los Bloques Fuerte Norte y Fuerte Sur) están ubicados es entre Cartagena (Bolívar) y Capurganá (Chocó). ¿Será que el Presidente no se ubica bien en un mapa de Colombia? o ¿será que le está pintando “pajaritos en el aire” a Barranquilla? La verdad quedé bastante confundido.

Antes de salir a festejar las “ventajas” que traerá el nuevo descubrimiento gasífero a la “Costa Caribe”, se debería realizar un análisis de los beneficios que la explotación gasífera, petrolera y carbonífera ha dejado en departamentos como la Guajira o en municipios como Yondó. ¿Con las regalías se ha logrado consolidar a la Guajira como un modelo educativo líder a nivel nacional? De hecho, los resultados de las pruebas Saber 11 de 2016-2 muestran todo lo contrario. Riohacha estuvo en los últimos puestos y a nivel departamental la Guajira obtuvo el puesto número 28 entre los 33 participantes (32 departamentos y Bogotá).

Da tristeza, rabia, e impotencia, al conocer las estadísticas de la Guajira, no solo por la pésima educación, sino por los 88 niños que murieron a causa de desnutrición durante el 2016, las cifras no oficiales dicen que son muchos más. ¿Para qué sirve tener gas, petróleo o la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo, si ni siquiera podemos evitar que los niños mueran por falta de alimentos?

Como dato relevante se puede observar que los departamentos con límites en la “nueva panacea gasifera” están muy, pero muy por debajo de la media nacional en el resultado de las Pruebas Saber de 2016-2: puesto 21 Córdoba, 22 Sucre, 24 Atlántico, 28 la Guajira, 29 Bolívar, 31 Magdalena y el deshonroso último lugar 33 es para el Choco.

No me mal interpreten; yo no estoy pidiendo que el dinero de las regalías “gasíferas” se use exclusivamente en educación, ni estoy pidiendo que se construya una sede de la Universidad Sorbona de París o una sede de la Universidad de Nueva York. Aunque, ¿se pueden imaginar una sede del London Business School en Capurgana o una sede de Harvard Medical School en Coveñas? La verdad es que el líder de Abu Dhabi, el Jeque Jalifa Bin Zayed, decidió que con las regalías de sus yacimientos gasíferos y petroleros se construyeran centros educativos; las cuatro instituciones internacionales mencionadas anteriormente tienen una sede en ese Emirato. Y fehacientemente ningún niño muere allí por desnutrición.

En Yondó (Antioquia) llevan cerca de 80 años explotando petróleo, allí está ubicado el primer pozo petrolero que se construyó en Colombia cuando la compañía Shell inició operaciones en nuestro País. Hoy se ven calles sin pavimentar, el agua no es potable, no existe una sola cancha deportiva con prado (todas son en arena), la mayoría de personas que no trabaja en el sector petrolero vive en la pobreza, el gran proyecto “Sueños de Casabe, Parque Educativo” inaugurado por Sergio Fajardo en el 2015, hoy tan solo dos años después está abandonado. A mí me duele Yondó porque viví allí, tengo lindos recuerdos y algunos espantosos como aquella vez que, junto con mi mamita y mi hermanito, tuvimos que pasar toda la noche debajo de la cama porque las balas atravesaban las paredes a causa de un hostigamiento e intento de toma del municipio por parte de un grupo ilegal.

Las cosas por su nombre Presidente, la verdad es que ese dinero de los hidrocarburos en Colombia ha demostrado ser nefasto para la economía de las regiones, corrompen al incorruptible, vuelven ambicioso al contratista, perezoso al trabajador, prostituyen a las mujeres, la violencia se apodera de sus gentes y el desarrollo no existe. Sería muy bueno señor Presidente, que promoviera un verdadero proyecto de impulso en las regiones, antes de que esa explotación gasífera se convierta en un bollo (como en la Guajira).

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