El escudo de Tunja

Foto | Hisrael Garzonroa
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Por | Armando Suescún / Miembro de Número de la Academia Boyacense de Historia.

Cuestionar el escudo de un país o de una ciudad es siempre labor delicada que puede herir fibras sensibles del patriotismo de sus ciudadanos. Pero a veces, como en el caso del actual escudo de la ciudad de Tunja, es necesario arriesgarse a hacerlo.

Es bien sabido que la función del escudo, la bandera y el himno de un país o de una ciudad, como sus símbolos patrios, es mostrar y exaltar lo más valioso de su identidad histórica y convocar unidad y adhesión a su alrededor en la conciencia de la población. Lamentablemente, el caso del escudo de Tunja no cumple esa función

En efecto, el escudo de Tunja, que consta de una águila bicéfala coronada, de alas desplegadas, con cuatro cuarteles en el centro, en dos de los cuales se encuentran sendos castillos medievales, evocadores del reino de Castilla, y en los otros dos, sendos leones rampantes, también coronados, evocadores del reino de León, representa es a la monarquía española del Siglo XVI y no a la ciudad de Tunja. La misma monarquía que ordenó y puso en marcha la invasión de los conquistadores que ocuparon militarmente nuestro territorio, sometieron a nuestros antepasados a la esclavitud y masacraron a los sobrevivientes, saquearon nuestras riquezas y destruyeron nuestra cultura. Ese escudo, entonces, en vez de mostrar lo más valioso de la identidad histórica de Tunja, que ha sido su lucha por la libertad, representa la imposición colonial de España.

Ese escudo, por otra parte, fue impuesto por el emperador Carlos V de España en 1541, y acogido, como era natural, por el Cabildo de la ciudad, compuesto entonces por regidores españoles, pero no adoptado por decisión voluntaria del pueblo tunjano o de sus representantes auténticos. En esa época, el escudo sí cumplía su misión a cabalidad: les recordaba a los tunjanos, que la ciudad y el territorio estaban dominados por los colonizadores españoles; posteriormente, en la época de la república, las autoridades locales, muchas de ellas hispanófilas, lo acogieron con complacencia y otras, por no haber captado su verdadero simbolismo, lo toleraron; hoy representa un pasado que no se debe repetir. Sin embargo, actualmente, para su máxima exaltación, se encuentra entronizado, en gran formato, en lo alto de la fachada del edificio de la Alcaldía, presidiendo la vida cotidiana de la ciudad.

La presencia de estos símbolos monárquicos en el escudo de Tunja contradice, en forma total, la verdadera identidad histórica de la ciudad. La identidad histórica de Tunja es su condición de ciudad libertaria, en cuyo territorio se libró la batalla que logró la independencia nacional y donde se forjó por primera vez la república de nuestro país, la ciudad a la cual el Libertador Simón Bolívar llamó «taller y cuna de la libertad». Esa identidad histórica de Tunja es la que debería estar representada y exaltada en su escudo.

Es necesario recordar, además, que otra función de los símbolos es transmitir mensajes. Los símbolos, sobre todo si duran mucho tiempo, interiorizan efectos imborrables en el inconsciente colectivo. La permanencia de símbolos monárquicos en el escudo de Tunja durante 500 años, ha ejercido y ejerce efectos perversos no solo en la mentalidad de los tunjanos sino en la de los boyacenses y de la sociedad colombiana en general. En la mentalidad de los tunjanos, y en especial, en el de las nuevas generaciones, y sobre todo en la de los niños, la contemplación constante del escudo de la monarquía española, exaltado como uno de los símbolos patrios de su ciudad, va formando en ellos, en forma inconsciente, una veneración y una adhesión a la monarquía y el consiguiente desapego a la república, en contravía de nuestra condición de país republicano; así mismo, los inclina a pensar que seguimos siendo súbditos del imperio español y no ciudadanos libres de una república independiente.

Tenemos el deber moral de impedir que las nuevas generaciones se sigan formando en una mentalidad colonizada. Así mismo, en la mentalidad de los boyacenses y de los colombianos en general, la imagen de ese escudo favorece la idea de que Tunja sigue siendo una ciudad sometida y colonial. Si el escudo no se corrige desde ahora, esos imaginarios seguirán afectando la mentalidad de las futuras generaciones de tunjanos y boyacenses.

¿Cómo puede ser que Tunja, la ciudad libertaria por excelencia, donde se fundó la república, en cuyo territorio se libró la batalla que selló la independencia nacional y que fue llamada por el Libertador Simón Bolívar «cuna y taller de la libertad», tenga como escudo, el mismo de la monarquía española del siglo XVI? Ese escudo ofende la conciencia y la dignidad de los tunjanos y de todos los que apreciamos la historia libertaria de la ciudad. ¿Cómo puede ser que Tunja, la ciudad que debe encabezar en 2019, dentro de dos años, la conmemoración del segundo centenario de la independencia nacional, presente en su escudo oficial los símbolos de la monarquía española? Ese escudo es incompatible con su condición de ciudad en cuyo territorio se ganó esa independencia.

Así mismo, ese escudo que sólo representa la imposición colonial de España, en vez de unir voluntades, adhesiones y entusiasmo del pueblo a su alrededor, las divide entre partidarios de la monarquía y del colonialismo y partidarios de la libertad. Por las razones expuestas, en mi opinión, ese escudo debe ser reconsiderado por parte de las autoridades tunjanas, de la ciudadanía en general y, en especial, por la Academia Boyacense de Historia, y ser cambiado por otro que recoja su espíritu libertario. La Academia Boyacense de Historia, en su condición de guardiana del patrimonio histórico de Tunja y del Departamento, debe reflexionar sobre las anteriores consideraciones, deliberar sobre ellas y pronunciarse al respecto. Por supuesto, así mismo, el Concejo Municipal y la ciudadanía en general.

No hay que olvidar que lo que enaltece y engrandece a Tunja y, por tanto, lo que la debe representar en su escudo, no es la imagen de la colonización española, sino la de haber sido protagonista en la lucha por la independencia. Es necesario eliminar los símbolos que glorifican el colonialismo. Los invasores y masacradores de nuestros antepasados no pueden seguir siendo la imagen representativa de nuestra ciudad capital. En el presente y en el futuro, Tunja debe ser identificada como la ciudad de la independencia y de la república, y no como la ciudad colonizada por el imperio español.

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10 COMENTARIOS

  1. Respetando la opipion del hemérito academico, lo no puede suceder a los boyacenses es renegar de su pasado.Propongamos nuevas formas de identificarnos con la tecnologia a nuestro alcance.

  2. Un artículo muy debatible, puesto que la historia de este país frente al proceso independentista y la historia de la república ya está mandado a recoger. La pregunta sería ¿qué se está representando en la ciudad sobre la historia actual? ¿Qué ha sido de Tunja despúes de la independencia? más allá de ser «la cuna y taller de la libertad»…. por ejemplo ¿que se está pensando Tunja ahora con el escenario de la paz y el posconflicto?Hay que romper con la historia oficial y el discurso simplista de solo la colonia y el nacimiento de la república.

  3. Hacía mucho no leía de donde viene la simbología del escudo de Tunja y su origen, pero otra capacidad que tienen los símbolos es que cambian. Al ver el escudo no recalco el aguila de dos cabezas ni las torres medievales ni los leones o el cordero (del escudo de armas del fundador, Gonzalo Súarez y que simboliza la sujeción al Jesus dentro del cristianismo católico), en conjunto veo el escudo de la ciudad donde vivo.
    Sobre la misma simbología puedo decir que no es un ágila sino un condor, las torres son la torre de la gobernación y la de la alcadia (que creo existió hasta comienzos del siglo XX) y los leones la fortaleza de los tunjanos.

  4. es obvio que detrás de esta basura de «medio de comunicación» están un montón de rojetes jodiendo el patrimonio y son los primeros interesados en acabar con las raíces culturales que como en todas partes tienen pros y contras pero esa es nuestra historia nos guste o no.

  5. Respetable pero no comparto el argumento, porque de cualquier forma hoy llevamos apellidos españoles y en algunos casos apellidos de nativos. Es decir, somos mestizos y por tanto, gustenos o no, también somos descendientes de. Españoles. De otro lado, gracias a este artículo me ilustre respecto al significado del escudo, la verdad no siento que este símbolo realmente haya influenciado ni a mi, ni a mis hijos. Estos muchachos de ahora, no le prestan atención a nada. Así que puede estar tranquilo el autor de este artículo…

  6. Es agradable leer el artículo , en cuanto a que orienta y educa , parece estar cantando el himno cuando se habla de su escudo ¡¡ Yo crecí en mi ciudad de Tunja y me siento muy orgullosa porque cuando me preguntan qué hay para hacer allá ? , me invade el patriotismo e invito a que se conozca de su historia de la muy noble cultural e hidalga ¡¡ Con todo esto discrepo de la opinión del autor del artículo , en cuanto a que la historia no se puede negar , ni mucho menos los acontecimientos de la época ¡¡¡ Yo creo más bien que una alternativa sería la Educación a los jóvenes y habitantes de Tunja , así cada uno forma su propio criterio ¡¡

  7. No debemos intentar borrar el pasado, debemos recordarlo para conocerlo y aprender de el, para que en el presente hagamos mejor las cosas, el escudo de Tunja fue el que se le asignó en su momento y marca un hito histórico que debe ser respetado, lo que si se debe hacer el recuperar los espacios arqueológicos chibchas, que se están perdiendo, como El Templo del Zaque de Hunza (Cojines), El Cercado Grande de los Santuario (bajo la UPTC), Las Moyas de Ricardo, Los petroglifos y pictogramas repartidos por el territorio tunjano, aún bajo muchos terrenos de la ciudad se encuentran escondidos muchos tesoros históricos y culturales de la Confederación Muisca, igualmente recuperar patrimonio tunjano que se encuentra repartido por museos de otras ciudades de Colombia y el Mundo…. HAY MUCHO POR RECOSTRUIR Y CONSTRUIR, en vez de mirar hacia atrás con mente de borradores…

  8. Soy Cartagenero, vivo y trabajo honradamente en España desde hace años y me considero hermano y parte de esa España de la que nunca debimos separarnos. Nuestros políticos no han mejorado nada nuestra vida en 300 años después de la independencia. Juntos éramos grandes separados no somos nada.

    Aquí en España siempre nos han tratado a mí y a todos los colombianos que conozco ( segunda comunidad más grande de inmigrantes en España) como iguales. Quizás por ello me honraron, aún más, con darme la nacionalidad española.

    permítanme compartirles un vídeo que comunica muy bien lo que sentimos muchos colombianos e hispanoamericanos respecto a España y que ayuda a combatir esa leyenda negra impuesta por traidores que aún hoy en día siguen haciendo tanto daño: https://youtu.be/jl6bxhmo0t8

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