El de Ráquira, ¿Un alcalde que calumnia y persigue a su propia comunidad?

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Panorámica del Centro de Acopio de la Asociación de Productores de Agrás de la Vereda de Torres del municipio de Ráquira, lugar que fue sellado por el alcalde de esa localidad, Luis Parra. Como se observa en la gráfica, está cercado con cinco cuerdas de alambre de púas y sellada la entrada con candados puestos por la alcaldía, sin mediar ninguna justificación y ocasionando millonarias pérdidas para la Asociación. Aparecen los líderes de la comunidad: de izquierda a derecha, José Belisario Salinas Mendieta, Emilce Chacón, José Reinel Galeano, Alejandro Valencia, Arturo Aguilar Gómez, Angelmira Silva de Salinas, Parmenio Buitrago Silva (Presidente de la Asociación), Juan Pablo Salinas y José Fernando Salinas.

Resulta increíble, pero todo indica que así sucede: el alcalde de Ráquira, José Hernán Sierra, elegido el año pasado para el periodo 20-23, en estos primeros meses de su nuevo mandato, de acuerdo con la Asociación de Productores de Agrás, del municipio, se ha dedicado a perseguirlos y calumniarlos.

Hernán Sierra, alcalde de Ráquira. Foto | Alcaldía

La organización de productores que congrega a 47 asociados que corresponden a otras tantas familias, que llevan trabajando desde hace más de una década, que generan una producción de más de 30 toneladas de agrás, cuya comercialización está pactada desde hace años con la cadena de restaurantes Crepes and Waffles, ha visto cómo el mandatario local se ha dado a la tarea, sin explicación alguna, de perseguir y desprestigiar a la asociación.

Panorámica de las instalaciones del cuarto frío, cuyo costo ya supera los 200 millones de pesos, que está completamente dotado y listo para ponerlo en servicio pero que no ha sido posible, dado que el alcalde, José Sierra no ha agilizado la ejecución del contrato que realizó el municipio para la instalación del servicio de energía. Los equipos de enfriamiento, ya instalados, pueden dañarse y vencerse la garantía, lo que sería una pérdida enorme para la asociación que, de hecho, ya ha registrado los perjuicios de no disponer del servicio para conservar la cosecha. Se espera que la Procuraduría Agraria investigue y sancione la conducta del alcalde si esta persiste. Foto | Hisrael Garzonroa

La persecución se plasma en varios hechos que las directivas de la Asociación, encabezadas por Don Parmenio Buitrago, describen como inconcebibles, consistiendo su primer ataque en sellar el Centro de Acopio de la Asociación, que ha funcionado por muchos años en la Vereda de Torres como espacio para el almacenamiento y comercialización de la exquisita fruta producida en esa y otras veredas vecinas. Tal como está registrado en las fotografías de Hisrael Garzón, las instalaciones que están en un terreno que es del municipio, cuya construcción la realizó el primer alcalde elegido hace más de 30 años, que funcionó, primero, como salón social, que después fue el centro de salud y más tarde hogar infantil, para, finalmente, ser entregadas a los productores de agrás, el alcalde Sierra, sin mediar justificación, procedió a cercarlo con cinco cuerdas de alambre de púas, establecer un pórtico también de alambre y colocarle candados para evitar que los productores puedan acceder.

Foto | Hisrael Garzonroa

“Ante esta situación, la Oficina de Diálogo social y Paz de la gobernación de Boyacá, en cabeza de Pedro Pablo Salas, también trató de mediar en el asunto, haciendo contacto con el alcalde para abordar el problema, gestión que ha resultado infructuosa dada la negativa del funcionario que no ha querido el diálogo”.

Panorámica del cultivo de agrás de Don Parmenio Buitrago, presidente de la Asociación. Foto | Hisrael Garzonroa

Al insistírsele por una razón que justificara su acción, el alcalde, según describe la Asociación, no dudó en acudir a afirmaciones falsas y calumniosas diciendo que allí, el lugar, se estaba usando por los asociados para comercializar y consumir drogas y que por eso lo sellaba; se sabe que por cuenta de estas acciones y manifestaciones del alcalde, el comando de la policía local ha tenido serios desacuerdos ya que los patrulleros y sus comandantes, no tienen pruebas de que eso haya sucedido en algún momento. El cierre del lugar, unido a la crisis de la pandemia ha hecho que este año esté perdido el contrato con Crepes and Waffles, que equivale a dejar de comercializar con ellos los volúmenes ya mencionados, cuyo valor supera los 300 millones de pesos. Como consecuencia directa del cierre del Centro de Acopio, los productores denuncian que perdieron seis toneladas de producto, que son más de sesenta millones de pesos, por los cuales nadie va a responder.

Foto | Hisrael Garzonroa

Ante esta situación, la Oficina de Diálogo social y Paz de la gobernación de Boyacá, en cabeza de Pedro Pablo Salas, también trató de mediar en el asunto, haciendo contacto con el alcalde para abordar el problema, gestión que ha resultado infructuosa dada la negativa del funcionario que no ha querido el diálogo.    

Pero no solo el alcalde ha ocasionado el enorme perjuicio a la Asociación con el cierre del Centro de Acopio, sino que también ha entorpecido el proceso de terminación de las instalaciones del cuarto frío, una construcción levantada cerca del centro de Acopio, pero en terrenos que son propiedad de la Asociación, que ya debiera estar en funcionamiento y que es un espacio indispensable para el almacenamiento de los excedentes de la cosecha cuando su abundancia hace que el precio baje o cuando haya que cumplir compromisos de venta según las necesidades de entrega para los clientes.

Racimos de agrás. Foto | Hisrael Garzonroa

Las instalaciones físicas del cuarto frío ya están terminadas y su dotación completa, gracias a aportes del gobierno nacional y al esfuerzo de los socios; sin embargo, hace falta terminar el proceso de instalación del servicio de energía, asunto que está en manos del alcalde, ya que el municipio fue el que lo contrató. Hace más de dos meses la Asociación espera respuesta del alcalde, pero este no ha dado la cara para entregar una explicación satisfactoria. El cuarto frío, cuya inversión alcanza los 200 millones de pesos,  no ha sido posible ponerlo en funcionamiento, con todos los perjuicios que ya se han descrito, y se teme que los equipos instalados se deterioren o sufran mayores daños, lo que se convertiría en más pérdidas para los productores, ya que los proveedores de los equipos han advertido que el periodo de garantía está próximo a vencerse.

Foto | Hisrael Garzonroa

Es tal la inquina que muestra el alcalde José Hernán Sierra contra la Asociación que en una de las mesas de discusión del Plan de desarrollo, cuando se llegó al tema de la producción de agrás y lo que estaban necesitando sus cultivadores, no dudó en levantarse y abandonar la reunión, conducta que no tiene ninguna justificación. “Incluso, varios asociados de las veredas productoras, votaron por Sierra en las pasadas elecciones”, según afirma don Parmenio, quien agrega que el asunto no puede ser personal, más aún cuando la comunidad da muestras todo el tiempo su capacidad de organización, de trabajo, de honestidad, de innovación y transformación tanto en los métodos de producción, como en la tradición artesanal que caracteriza a la región con la elaboración de los elementos y las artesanías de barro y la cestería, entre otros.

Foto | Hisrael Garzonroa

En todo caso, la comunidad de las veredas productoras de agrás, encabezadas la Asociación, esperan que el alcalde Sierra, cuya actividad empresarial particular es la minería del carbón, sea capaz de reflexionar y cambiar su actitud para que, en vez de entorpecer y perseguir, enfoque su acción para brindar el apoyo que necesitan y merecen los agricultores y artesanos del sector.

Pero si el alcalde no da tregua, la comunidad solicita a los entes de control para que intervengan en su defensa, ya que no puede ser que la primera autoridad del municipio decida sindicarla de comercializar y consumir droga, o que por el simple hecho de que muestra fortaleza y resultados como organización social, que al funcionario no le gusta, decida perseguirla. Por eso se está pidiendo la intervención de la Fiscalía y de la Procuraduría, a través de la delegada para asuntos agrarios. La primera para que evalúe el tipo penal que significa la calumnia de la que es víctima la Asociación al sindicarla de traficar con drogas; y, la segunda, porque los perjuicios económicos y ambientales que ocasionan las decisiones y acciones del alcalde deben tener algún tipo de sanción.  

Foto | Hisrael Garzonroa
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2 COMENTARIOS

  1. En fin como se llama el alcalde Hernan Sierra? José Sierra? Luis Parra? Hernan parra?. Este problema muestra por qué en Boyacá no hay empresas y por qué es tan difícil hacer empresa. Por qué se reza para que al vecino no se le dé la cosecha. Y lo peor es cuando se le mete la política. Por un lado el alcalde que extorsión ayudado por el del diálogo social que también tiene sus intereses y está en el poder sólo para joder a sus vecinos y paisanos para que no sean más que el y ostentar su pirrico poder. Eso es todo

  2. » Al señor burgomaestre del pueblo donde nació el espíritu carranguero, lo quiero ver en la piel del pueblo trabajador, póngase señor Alcalde las botas de agricultor y no trate a los paisanos con el rejo de perreo, que eso no es de caballero o dialoga y hace honor al de primer mandatario o se mete en el armario o deja quieto el erario»
    Pan Filo.

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