Economía para dummies: la agenda económica de los candidatos presidenciales

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Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC

El contexto

Una vez concluyó la primera vuelta presidencial en el país, fracturado por un Gobierno Nacional con la más baja popularidad, se ha recrudecido la llamada polarización desde dos orillas: un establecimiento empotrado en el  bipartidismo en sus diversas vertientes que no abandonan las redes clientelares, heraldos  del continuismo, que, como se suele decir ahora acuden a  “narrativas” mediáticas, y, de otra parte, quienes han trazado un  proyecto alternativo de país, que atemoriza a quienes han pelechado bajo la fachada del establecimiento, usufructuarios durante tres siglos de privilegiadas rentas y sinecuras.

La petrofobia visceral ha puesto en un pedestal mediático a un pintoresco personaje con ribetes providenciales, vástago de un establecimiento que se recicla sin importar quien sea su muñeco de ventrílocuo.

Hoy, después del esperado realinderamiento de fuerzas políticas alrededor de los dos candidatos que se disputan la presidencia, cada aspirante trae bajo su brazo un paquete de propuestas, catalogadas por algunos como realizables, por otros como irrealizables, recurriendo, los más virulentos, a argumentos ad hominem o a falacias teñidas de maniqueísmo dogmático. Nunca antes, teniendo a las redes sociales como telón de fondo, la manipulación de las emociones ha chocado con una atribulada y esquiva razón.

El contrapunto programático

Al revisar los programas de Gobierno “Colombia, potencia mundial de la vida” (54 páginas) y “De Colombia para Colombia” (76 páginas), acompañado este último del mantra efectista de “no robar, no mentir, no traicionar”, se encuentran marcadas diferencias en torno a la agenda económica que predica el mensaje de cambio, ya sea, a través de un “contrato social” o  un “pacto social”, y que, por supuesto, muestra coincidencias, pero, también, notorias diferencias.

Mientras el desiderátum económico de Petro es escueto, desprovisto de estadísticas, con un lenguaje hiperbólico, el de Hernández es un diagnóstico cargado de categóricos juicios de valor, impregnados de su pretendida superioridad moral frente a la corrupción, desgranando citas y cifras extraídas de periódicos como Portafolio, La República, El Espectador, El Tiempo e, inclusive, Semana, para apuntalar su recetario de política económica.

Así las cosas, hagamos un contrapunteo de los planteamientos económicos consignados en cada uno de los programas de gobierno, que en el caso de Petro ocupa seis de 25 ejes temáticos, mientras que Hernández concentra la atención en once de los 35 bloques temáticos.

Aspectos centrales

Gustavo Petro | Transición de una economía extractivista y monoagroexportadora a una de transformación productiva a través del conocimiento, en un marco de estabilidad macroeconómica. No al fracking.

Rodolfo Hernández | Modelo ascendente e incluyente de desarrollo. Reducir la dependencia de los combustibles fósiles, fuente de divisas e inversión extranjera directa. Pruebas pilotos del fracking.

Ciencia y tecnología

Gustavo Petro | Sistema de ciencia y tecnología articulando los niveles local y regional, con empresarios, universidades, comunidades y entidades públicas.

Rodolfo Hernández | Estímulo a la investigación científica y tecnológica aplicable al campo y a la industria y al servicio de la gente.

Crecimiento económico

Gustavo Petro | Crecimiento (económico) más dinámico, democrático y respetuoso de la naturaleza, que aseguren la igualdad y el buen vivir.

Rodolfo Hernández | Diversificación de la estructura productiva hacia bienes y servicios de mayor sofisticación. Industrializar y tecnificar el agro.

Banco de la República

Gustavo Petro | Real independencia del Banco de la República.

Rodolfo Hernández | Sin referencia.

Protección del campo

Gustavo Petro | Aranceles inteligentes en la importación de bienes e insumos agropecuarios y soberanía alimentaria.

Rodolfo Hernández | Seguimiento a la seguridad alimentaria en la producción agrícola. Crear el “mercado campesino”.

Tratados de libre comercio

Gustavo Petro | Revisión de los TLC y protección a la producción nacional, en especial a las PYMES.

Rodolfo Hernández | Revisar el cumplimiento de los TLC.  No importar cuando exista oferta interna suficiente. Aumentar los impuestos a las manufacturas importadas.

Industrialización

Gustavo Petro | Proceso de industrialización democrático y responsable liderado por el Estado, basado en los encadenamientos productivos, la productividad y la competitividad.

Rodolfo Hernández | Protección a la industria manufacturera. Continuar la sustitución de importaciones. Desarrollo empresarial con mayor productividad y competitividad.

Economía popular

Gustavo Petro | Fortalecimiento de la economía popular (Trabajadores informales) y compras estatales de los bienes y servicios producidos por estas empresas.

Rodolfo Hernández | Sin referencia.

El trabajo

Gustavo Petro | Trabajo digno, decente y seguro y un ingreso mínimo vital.

Rodolfo Hernández | Empleo digno y vocacional.

Sistema tributario

Gustavo Petro | Equidad y progresividad en impuestos; lucha contra la elusión y la evasión: justicia tributaria. No extender al IVA a la canasta familiar. Impuestos saludables a alimentos y bebidas.

Rodolfo Hernández | Aplicar una tarifa general del IVA no descontable del 10% sobre los eslabones de la cadena productiva.

Sistema pensional

Gustavo Petro | Sistema pensional unificado mayoritariamente público, complementario, no competitivo, garantizando el derecho a la pensión y basado en la solidaridad social.

Rodolfo Hernández | Otorgar una pensión a los adultos mayores, a través de una renta básica. Aplanar la punta de la pirámide del sistema pensional.

Fuente: programas de gobierno 2022-2026.

Los contrastes

De la lectura desprevenida de los dos programas, se puede colegir:

1. Como es usual, en los programas de gobierno abundan las buenas intenciones con un tono de voluntarismo maximalista, que se aparta de las espontáneas, y no siempre atinadas declaraciones, que los candidatos vierten en sus entrevistas y correrías de campaña electoral. El programa es maleable y se adapta, de acuerdo con la aceptación o no de los potenciales electores. Sin embargo, los dos documentos en sus propuestas económicas, buscaron identificar los problemas más críticos. En el caso de Petro propone seis ejes programáticos, mientras que Hernández plantea quince.

El núcleo básico es el modelo de crecimiento económico formulado. Ambos coinciden en transitar a otro modelo, sólo que el mayor énfasis en superar el modelo extractivista del cual se deriva la degradación ambiental, lo hace el candidato del Pacto Histórico.

• En alguna medida ambas propuestas abogan por la reforma y modernización del Estado, quizás la diferencia reside en si se apuesta por un disminuido Estado desburocratizado que propone Hernández o un Estado democratizado que sostiene Petro, que destierre el régimen de corrupción. Como se ha sostenido, en diversas ocasiones, el Estado colombiano, medido por el empleo (4,0%) y el gasto del Gobierno central (23%), es de un tamaño reducido, según los estándares internacionales.

• El empoderamiento femenino separa la plataforma programática de los dos candidatos. El exalcalde de Bogotá, comienza su propuesta subrayando el rol de la mujer, -proponiendo un ministerio de la Igualdad, -desbordando los lastres patriarcales, a la que el exalcalde de Bucaramanga ha que querido distanciarse, pero que los publicitados hechos desvirtúan.

• Es indudable que en los dos programas hay coincidencias. Coinciden en lo referente, a la importancia del campo, la relevancia de la sostenibilidad ambiental, la protección industrial, el manejo de los TLC, la incidencia de la ciencia y tecnología en el desarrollo, entre otras convergencias. Sin embargo, las discrepancias no se presentarían en el variado espectro de los problemas que aquejan al país y cuya respuesta son una incógnita, -después del desastroso gobierno de Duque-; se diferencian más en la profundidad de su tratamiento, -por ejemplo, en relación con el trabajo y el sistema pensional-, y en el estilo con que se abordarían las terapias para una economía con una inflación desbocada de dos dígitos, un desempleo rampante, un boquete fiscal que pone en riesgo la financiación de los programas de gobierno, una deuda pública impagable, una estrecha estructura productiva, anclada en un modelo extractivista insostenible, y así un largo etcétera.

• El contraste más notorio se observa en la consistencia de las propuestas y su coherencia dentro del modelo de crecimiento económico propuesto por cada candidato presidencial. Quizás la mayor articulación dentro del programa económico se encuentra en el candidato del Pacto Histórico, a través de pactos por la productividad, por el campo, por la industria, por la economía popular, por el turismo, por el trabajo, por la cultura, el arte y el deporte. El candidato de la Liga de gobernantes anticorrupción, abandona la figura del contrato social y chulea, como en una lista de mercado, once piezas de su rompecabezas sin articulación alguna.

• Como un correlato de lo anterior, la “pregunta del millón de dólares” es la financiación de la inversión pública que sustenta los programas de gobierno, y que se volcará en el plan de desarrollo. No hay un estimativo preciso, pero la financiación deberá provenir, tanto de fuentes públicas como privadas, además de los recursos que manejan las entidades territoriales. Esa es la prueba de fuego entre el promeserismo y el realismo, entre la microgestión de Hernández y la macrogestión de Petro, entre la chequera de un constructor y las cuentas del erario público.

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