Drama entre Boyacá y Casanare por el mal estado de las vías y derrumbes ocasionados por lluvias

Foto | EL DIARIO
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Un viaje normal de Tunja a Yopal, pasando por Sogamoso, subiendo al frio “Crucero”, desde donde se puede admirar entre la neblina el imponente Lago de Tota; luego Toquilla, una vez más ascendiendo, ahora al Páramo de La Sarna, aquí el frio se abriga fácil por la belleza de las montañas; pasando por Pajarito y Aguazul, culminando el largo tramo directo a Yopal.

La humedad se respira y el viento escasea, aproximadamente son cinco horas que dura este viaje. Pero sería verdaderamente hermoso si en realidad fueran cinco horas o menos, ya que el pésimo estado de las vías, con sus baches y hundimientos, sumado a las dificultades ocasionadas por la época de lluvias, en donde los derrumbes son frecuentes, hacen de alguna manera tortuoso este peregrinaje.

Este viaje es, como los huecos a los amortiguadores de un carrito particular, desastroso. Tres camiones de carga pesada pinchados a un lado de la carretera, ciudadanos que organizan el trafico dejando pasar y extendiendo a los conductores un palo de escoba con media botella de dos litros, sujetada en un extremo para recoger monedas como pago por su labor en las vías. Un viaje de cinco horas de Tunja a Yopal en estos tiempos se ha extendido por casi siete. 

Arsenio Sandoval, del Instituto Nacional de Vías (Invias) informó que la vía Aguazul – Boyacá estaba cerrada a la altura del PR117 + 450, sector Las Lajas, que se presentó hundimiento producto de una falla geológica invitando a tomar vías alternas, pero en horas de la tarde de este viernes ha sido habilitada una vez más.

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