¿Cuál es la auténtica vocación productiva de Boyacá?

La vocación agrícola del departamento debe potencializarse a tal punto que sea apto para competir con la producción agrícola de cualquier otra parte del planeta. FOTO / Hisrael Garzonroa - EL DIARIO
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Histórica y popularmente se ha dado a entender que Boyacá es territorio agrícola por excelencia, en el que destacan otras actividades como la minería y el turismo. Sin embargo, es el comercio mayorista y minorista el que representa un mayor porcentaje en el PIB departamental.

Boyacá ocupa el noveno lugar en lo que refiere al aporte del PIB nacional. Para la década comprendida entre 2019 y 2019 su aporte significó el 2,7% del PIB en Colombia, a una tasa de crecimiento anual, en lo que respecta a ese aporte, del 0,1%.

En ese aporte, el sector con mayor participación, a lo largo de estos diez años, fue el de comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos automotores y motocicletas; transporte y almacenamiento; alojamiento y servicios de comida, agrupado en el Código CIIU como G+H+I. En segundo lugar aparece el sector de la administración pública y defensa, y como tercer aportante están las industrias manufactureras.

Así las cosas, queda relegado del imaginario colectivo esa vocación agrícola con la que se identifican los boyacenses y que es además reconocida desde las demás regiones del país. Pero no porque no sea trascendente en la actividad económica del departamento o porque haya desaparecido en lapso de una época, sencillamente porque ha ido perdido espacio y significancia en el día a día de la economía departamental.

Es que en lapso de esa década se presentaron grandes cambios en la composición productiva del departamento. El sector de la construcción fue el que más creció, llegando a duplicar su tamaño, y encontrando sus puntos máximos de crecimiento en los años 2014 y 2015.

Por el contrario, el sector con mayor tendencia negativa ha sido el de la explotación de minas y canteras, que en los últimos cuatro años de la década presentó variaciones negativas que alcanzaron en promedio un -6,1%.

El sector de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca presentó una tasa promedio de crecimiento anual del 2,9%. Claro que no se ha tratado de algo constante, sino más bien de una coyuntura con altas dosis de variabilidad, teniendo periodos de decrecimiento en años como 2010, 2014y 2015.

El comienzo de la nueva década no ha sido amable para este sector, que, con pandemia, alzas del dólar y paros ha tenido que sufrir rezagos que se evidencian con el crecimiento de la migración poblacional del campo a las ciudades.

Estas cifras, presentadas por el CREPIB, la OIT y la Gobernación de Boyacá constatan a su vez que Boyacá es territorio de minifundios, pues a nivel nacional se ubica en el penúltimo puesto en relación con el tamaño promedio de las unidades de producción agropecuaria, siendo solamente superado por San Andrés. Los municipios con menor promedio de tamaño en UPA son Nuevo Colón, Jenesano, Tópaga y Boyacá. Por el contrario, los de mayor extensión son Puerto Boyacá y Cubará.

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