En Tunja, un sector de la ciudadanía, se ha manifestado absolutamente preocupado por el proceso de reevaluación de la estratificación que actualmente realiza el DANE y que la Administración Municipal dará a conocer en los próximos meses.
No hay hogar sin vivienda, es la premisa básica utilizada por el Estado para determinar el estrato de cada unidad familiar en el país. ES decir que no importa si son muchos o pocos los ingresos de una familia para determinar el estrato social al que pertenecen, sino las características de la vivienda que habitan.
“La decisión de adquirir, arrendar, ampliar o mejorar la vivienda, representa, a todo nivel social y económico, una inversión significativa, de largo plazo y trascendental para el bienestar de la familia”, así define el DANE el porqué de elegir la vivienda como patrón fundamental para determinar el estrato al que pertenece cada unidad familiar en el país.
En Tunja el tema ha dado tela para cortar, ha generado debates, ha despertado la indignación de algunos, ha sido uno más entre los argumentos de campaña del abanico de candidatos que hoy se disputan reemplazar a Pblo Cepeda en el cargo.
Pero lo cierto es que hoy, tal y como están dadas las cosas, no debería ser este un tema de mayor preocupación para la ciudadanía, pues aunque desde la Administración Cepeda no se animan a dar un estimativo de las unidades residenciales a las que se les cambiará el estrato, si afirman que serán muy pocas, de hecho contados los casos.
Si bien en otros municipios se han establecido como parámetros la cantidad y el material de las vías de acceso: el tamaño de la fachada de la vivienda; la existencia y el material del andén: la existencia y tamaño del antejardín; la existencia, tamaño y características del garaje; los materiales utilizados para la elaboración de las fachadas; el material de los techos, entre otros; en Tunja dichos parámetros podrían variar, pues aclara el DANE que “la aplicación de la metodología se realiza en el ámbito local y, por tanto, los estados y las ponderaciones de las variables se comportan de acuerdo con las condiciones específicas que se presenten en cada municipio”.
Es decir, que a ciencia cierta, hoy no sabe nadie, más allá de los funcionarios del DANE, la metodología establecida para realizar este proceso de estratificación en la capital boyacense. Sin embargo, en la Alcaldía de Tunja han conocido resultados preliminares, que no se animan a revelar justamente porque son preliminares y podrían variar, por lo que cualquier información revelada podría resultar imprudente, engañosa y generaría confusión entre la población.
De todas formas, la Oficina Asesora de Planeación, en cabeza de Myriam Tocarruncho, ha hecho un llamado a la calma, pues según expresa serán mínimos los cambios que vivirá la ciudad. De acuerdo a Tocarruncho la ciudad seguirá en la tendencia de ser una ciudad para los estratos medios, advirtiendo que el cambio más significativo de este proceso es la aparición del estrato 6, que a la fecha no existe en Tunja.
Advirtió que puede que algunos predios ubicados en los restantes estratos podrían sufrir modificaciones, tanto para ser objeto de un aumento de estrato como para terminar viéndolo disminuir. Pero la tendencia es hacia la permanencia.
De hecho, Tocarruncho agregó que parte de lo que implica este proceso es la individualización de algunos inmuebles que por características no coinciden con las de su entorno, lo que implicaría que dicho inmueble tendría un estrato diferente al de todo su sector.
El proceso, que se tiene previsto terminar antes de que acabe 2019, podría alargarse por las diferentes fases de revisión que hacen Alcaldía y DANE, luego por la fase de socialización y posteriormente por la fase de solicitud de revisión en caso de no estar de acuerdo con el resultado del proceso.
