Avaricia y neoliberalismo en el sector energético

Foto | Vía Pedro Pablo Salas
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Por | Pedro Pablo Salas

La avaricia y el neoliberalismo en el sector energético, una reflexión para la movilización.

Cuando en el 2007 entablamos una acción Popular, evitando de esta manera que Uribe vendiera la EBSA, demostramos que la empresa tenía una alta rentabilidad no solo económica sino de un alto valor social, y los jueces nos dieron la razón.

Lo que hizo el neoliberalismo desde 1994 con el fraccionamiento de empresas Integrada, de generación, transmisión y comercialización, fue hacer del servicio público un negocio para distribuirlo en el capital privado; así se privatizó Chivor, las tres Unidades de termo Paipa y posteriormente se montó el negocio de la Cuarta Unidad con capital alemán. En el gobierno de Uribe las tres unidades de termo Paipa pasaron a Gensa, quitando el manejo y gobierno empresarial a los boyacenses.

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Hoy estamos en manos de multinacionales. No era intelectualmente honesto decir que esa privatización no iba a generar problemas de discriminación salarial, pérdida laboral, a la fecha se han perdido más de 3.000 puestos de trabajo y cerca de 30.000 mil boyacenses que sub contrataban servicios con la EBSA, todo ello despareció, así como la expansión, pero en particular el sentido social de las tarifas, que hoy se convierten en uno de los costos más altos para hacer empresa en Boyacá, como lo denunció recientemente Ricardo Rodríguez en el periódico el Diario.

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La multinacional Brookfiel, que se hizo a la propiedad de la empresa en el 2011 por un valor de $807 mil millones de pesos, recuperó la inversión, y luego de que la colocara en condiciones de mayor productividad de expedientes a costa de disminuir inversión y votar a la calle a más de 2.000 trabajadores, la vendió a Northland Power en el 2019, por un valor de 2.6 billones de pesos, es decir tres veces más cara de lo que la compró, cuyo rendimiento financiero a futuro no solo es el ser monopólico como operador a cerca de 400.000 mil suscriptores, sino que las utilidades netas como lo demostraron las utilidades del 2021 ascienden a $144.000 millones de pesos, lo que a pone en condiciones de una posible segunda reventa, ya que este capital especulativo no tiene límites de avaricia, colocando derivados de inversión en el mercado y arrebatando la misma vida de quienes hoy debemos pagar un precio de kilovatio que supera los 750 pesos, en una demostración que en 10 años la EBSA en manos de multinacionales duplicó el valor del kilovatio ya que este mismo tenía un precio de $324 en el 2011 cuando se privatizó.

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Hoy sus trabajadores son víctimas de una discriminación salarial entre el rango de ejecutivos y trabajadores de la base obrera y de servicios operativos técnicos, quienes no se sindicalizan tienen una mejor remuneración que los sindicalizados, lo que implica indirectamente una persecución sindical, y es lo que lleva a que trabajadores y usuarios hoy estén reclamando salarios justos y tarifas justas.

Documento de reflexión para la movilización…

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