Abejas, todas las que se puedan

Foto | Hisrael Garzonroa
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La apicultura es una actividad que puede resultar altamente rentable y es la única industria que cuanto más se intensifica más beneficia a la naturaleza; por tanto, constituye una gran oportunidad para sus dueños y promotores, y un beneficio único para medio ambiente.

Estos puntos fueron recordados en estos días a los apicultores boyacenses durante la entrega de los premios de Colciencias otorgados a dos proyectos apícolas, uno en Viracachá, provincia de Márquez, que reconoce el trabajo del apicultor José Baudillo, y otro en San Mateo, provincias de Norte y Gutiérrez, que premia el trabajo de Asoapiboy, una organización de productores liderada por Ramón Galvis trabajador incansable por consolidar la industria. La apicultura puede ser la solución de ingresos para miles para familias en el territorio colombiano, siendo Boyacá una de las regiones más prometedoras dadas las condiciones de su territorio para obtener productos apícolas de la más alta calidad y por tanto con excelentes precios, a la vez que permitir la conservación de ecosistemas estratégicos, como sucede con los relictos de robles en varias provincias del departamento.

Ramón Galvis, apicultor del norte de Boyacá, ganador del premio Colciencias. Foto / Hisrael Garzonroa – EL DIARIO
Ramón Galvis, apicultor del norte de Boyacá, ganador del premio Colciencias. Foto / Hisrael Garzonroa – EL DIARIO

Un premio para cambiar la forma de ver las cosas: la apicultura oportunidad y beneficios

Todas las iniciativas industriales del hombre causan, en mayor o menor medida, algún impacto negativo al medio ambiente; sin embargo, parece que sí hay la excepción a esta regla, esto es, la industria de la apicultura, la que cuanto más se intensifica, más beneficios ambientales reporta. Es algo sabido siempre, pero que hasta ahora se hace más importante, evidente y necesario.

En Colombia, el país megadiverso entre los más del mundo, la industria apícola tiene grandes oportunidades de crecimiento, tanto para abastecer el mercado interno, como para la exportación, basta con solo recordar que el país produce apenas unas dos mil toneladas de miel, mientras que la demanda del mercado nación supera las diez mil toneladas; a su vez las condiciones medioambientales de muchas zonas del país y en particular en Boyacá hacen propicia la obtención de productos de extraordinaria calidad, como sucede con el polen cuya productividad por colmena es muy superior al promedio nacional y mundial, y su calidad única dados los singulares ecosistemas que se encuentran en determinadas zonas.

Uso de hidromiel con mielato de roble para producir exquisito vino de miel de abejas. Foto / Hisrael Garzonroa – EL DIARIO
Uso de hidromiel con mielato de roble para producir exquisito vino de miel de abejas. Foto / Hisrael Garzonroa – EL DIARIO

Así que en la industria apícola se puede tener una de las principales fuentes de ingresos para miles de familias, con beneficios indiscutibles para la diversidad, empezando por la agricultura, la cual no es posible sin la polinización que propician las abejas y porque esto ayudaría conservar especiales vegetales, a dar más valor a ciertos alimentos, a reemplazar los edulcorantes, dañinos para la salud, y a dar posibilidades de bienestar con los subproductos, como el polen y los propóleos, que resultan tan importantes para la salud. En el caso del polen, entre tantos beneficios, contiene elementos que, consumido regularmente por las personas mayores ayudan a devolver la alegría y ganas de vivir.

Con la apicultura se pueden obtener otros productos que serían de gran valor en el mercado como sucede con la hidromiel que se está produciendo en San Mateo, la cual contiene mielato de roble, único en el mundo, del cual se puede obtener una especie de vino que, con más de 12 grados de alcohol, constituiría una bebida exótica y exclusiva que puede multiplicar la utilidad para los productores; o criar abejas para exportar colmenas a diversas partes del mundo donde las poblaciones están bajando dramáticamente y sus agricultores las necesitan con apremio, o multiplicar la producción de mieles, de polen y de propóleos cuyo mercado está asegurado en Colombia y en el exterior, dándoles a los productores oportunidades de ingresos y bienestar que difícilmente otros productos lo podrían hacer, además de beneficiar aún más la naturaleza.

La apicultura es una industria que beneficia al medio ambiente y a pequeños productores del norte del departamento. Foto / Hisrael Garzonroa – EL DIARIO
La apicultura es una industria que beneficia al medio ambiente y a pequeños productores del norte del departamento. Foto / Hisrael Garzonroa – EL DIARIO

Y en lo local, espacios ecológicos tan delicados y valiosos como las estribaciones de la Sierra Nevada tendrían el doble beneficio de ser protegidas y de propiciar la materia prima y el sustento de las colmenas. Además que esto introduciría un nuevo concepto y otra escala de valoración de la biodiversidad, la cual se puede conservar y, a cambio, obtener utilidades mucho más grandes que las de otras actividades de explotación y porque, como dice la experta en abejas y académica, Marta Quicazán, pensionada ya de la Universidad Nacional de Colombia pero trabajadora incansable en favor de este renglón productivo, hoy una economía como la colombiana y en particular la boyacense debe especializarse en nichos de mercado pequeños, pero muy exclusivos y de alto valor agregado con los cuales se puede conquistar el mercado no solo interno sino muchos externos que están necesitando el producto y que lo pueden pagar con alta rentabilidad para los productores.

De todo esto se habló en las últimas semanas durante las ceremonias de entrega de los premios del concurso convocado por Colciencias en su tercera versión que se llama Aciencaierta, cuyo tema central son los trabajos que se hacen en favor de la biodiversidad en el país, en el caso en Boyacá fueron  dos iniciativas, la de Asoapiboy en El Norte y la de en la provincia de Márquez, proyectos que reciben sendos premios de 40 millones de pesos cada uno, de los cuales la mitad es entregada directamente a los beneficiarios para que fortalezcan los proceso en que están empeñados y la otra mitad se dedica a un proceso de acompañamiento durante seis meses por parte de una entidad especializada, que en este caso se Biocomercio , para identificar mercados y consolidar los focos empresariales que fomenta el biocomercio bajo el concepto de aprovechar la biodiversidad nativa como fuente económica pero con la garantía de sostenibilidad.

Biocomercio y negocios verdes va a ser los campos, en los cuales se asesore a los apicultores ganadores de estos premios durante los próximos seis meses con lo cual se espera que los resultados sean el paso definitivo para consolidar las actividades bajo mejores condiciones de producción, de comercialización y de rentabilidad, según dice Diego, especialista de Biocomercio de la fundación asesora escogida por Colciencias para ese acompañamiento.

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2 COMENTARIOS

  1. Buenas noches, estaba revisando el articulo y esta muy bien redactado e interesante, sin embargo, existe una inconsistencia en la descripcion de la foto en el bosque de roble, pues yo, Indira Galvis No aparezco junto a mi padre y el señor que nos acompaña, tampoco es el señor Edgar Duarte, sino el señor Benedicto Peña, oriundo de Soata. La mujer que aparece en la foto se llama Valentina.
    Agradezco si se pudiese Corregir.
    Mil gracias y felicitaciones por su trabajo.

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