El gobernador de Boyacá oficializó la segunda entrega de esta estrategia, por más de 85 millones de pesos, que reciben campesinos en el área del páramo y que anunció seguirán percibiendo por un año más.
En la Institución Educativa Técnica Puente de Pieda, sector de San José del Gacal, en la vereda Montoya, del municipio de Ventaquemada, el gobernador de Boyacá, junto con el equipo de la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible, oficializaron la segunda entrega del proyecto ‘Salvapáramos Rabanal’, por más de ochenta y cinco millones de pesos, incentivos que además se extenderán por lo que resta de su período de gobierno.
Esta estrategia causó inquietudes en la comunidad, “se me acercaron algunos beneficiarios aquí en Ventaquemada y me dijeron algo que me sorprendió: en un momento éramos enemigos del programa, porque pensábamos que nos iban a quitar nuestras tierras, no quisimos en un comienzo aceptar. Hoy en día me dicen gobernador, necesitamos que ese programa tenga más años; ellos entendieron que no es expropiarles la tierra ni sacarlos de su hábitat natural, el páramo, sino convertirlos en aliados estratégicos, en nuestros socios, en los socios de la humanidad, del planeta, de forma tal que nos ayuden a cuidar el páramo, a proteger que no se avance más en el tema de deforestación, ni mucho menos en la quema de los ecosistemas tan frágiles que tenemos, y que además sientan que el gobierno los incentiva”, manifestó el gobernador de los boyacenses, Ramiro Barragán Adame.
El mandatario, a la par del anuncio de la extensión del programa, contó que es igual de indispensable honrar la palabra en otros ecosistemas que lo ameritan, con pleno conocimiento de que no es suficiente económicamente, de que es un incentivo para que se siga tomando conciencia, “aquí lo más importante es socializar con la gente los programas, eso es una lección importante, la gente muchas veces no entiende la importancia, pero cuando ya la conocen, acceden voluntariamente, es bueno que la gente tenga claro en qué consiste”, indicó Barragán.
En cuanto a lo que tiene que ver con la planeación, “si bien es cierto cuando la Ley 99 creó las corporaciones, por ejemplo, aquí también encontramos un aprendizaje, como lo decía el secretario de Ambiente, en este ecosistema de Rabanal de alguna forma tienen impacto Corpoboyacá, Corpochivor y la CAR, porque se tiene jurisdicción en Ventaquemada, Ráquira y en Samacá, y en últimas, es un solo ecosistema frágil, y por eso hay que ponerse de acuerdo en su actividad legal, formal, así como de planeación para que se articulen los diversos programas, en un solo propósito, se solucionen las problemáticas y se prevengan los daños ambientales que se le causan a estos ecosistemas”, agregó.
Muy complejo resulta el tema de las actividades que confluyen en esta zona, “dentro de la concepción que nosotros tenemos el tema de actividades como la minería no debería existir en zona de páramo, no debería estar permitida y en las zonas donde ya no es páramo, y que se ha permitido, primero buscar la forma en que se formalice y segundo, es incentivar a que sea responsable, menos depredadora, menos dañina para el medio ambiente, que es una tarea muy difícil, pero lograrlo; lo otro, el tema de las actividades agrícolas y ganaderas, que es lo que los habitantes de los páramos han sabido hacer por muchos años, el único que saben hacer, sembrar la papa, el fríjol, la arveja, el maíz, o tener sus dos o tres vaquitas, es un tema en el que a ellos hay que ver cómo desde las secretarías se les puede apoyar para mejorar sus técnicas de producción, para mejorar su actividad como tal, agrícola o ganadera, y motivarlos a que no sigan ampliando la frontera agrícola, no permitir que ellos sigan tumbando más monte ni matorral, el tumbar nuevo monte les puede dar cosechas buenas por dos o tres años, pero luego esas tierras se quedan pobres en nutrientes, pierden la materia orgánica, y tienen que volver a buscar otra área con las mismas condiciones y eso, pues es el daño que causamos durante años, y es lo que hay que evitar”, explicó el gobernador.
Dos años lleva el programa de pago por servicios ambientales, “Salvapáramos Rabanal hoy lo integran 67 familias beneficiadas con estos incentivos que entrega el gobierno departamental, son 82 predios vinculados, aproximadamente 165 hectáreas que hoy, de manera directa, están siendo beneficiadas, y cuando hablamos de beneficios es, cuando arrancamos con el proceso de pagos por servicios ambientales o ‘Salvapáramos Rabanal’, porque no nos gusta mucho el tema de pagos, se generaron unos acuerdos voluntarios que es la carta de navegación en los que cada usuario, después de hacer una revisión predial participativa, se identificó qué área se debe conservar, cuál área debe quedarse quieta, y cuál si se puede seguir utilizando para la producción de papa, leche”, comentó el secretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Boyacá, ingeniero Giovany Viasús.
Al respecto de estos acuerdos precisó que, “en muchos de ellos dice que debe cercar la ronda del río que está pegada en su finca, que no estaba cercada y que sí era un paso fijo de ganado, donde generaba usted una contaminación, debe usted cercarlo y dejar que haya una recuperación pasiva de ese lote, se liberaron dentro del proyecto, 3.8 hectáreas, y ¿qué es liberación? La liberación que es un ejercicio sumamente difícil, es decirle a un campesino que, en su hectárea, en vez de cultivar papa, una parte de su finca, la deje para que se vuelva a recuperar, muchos de los usuarios acá ya tienen corredores o parces de bosques, lo que se les dijo es, aislemos esos parches y no sigamos ampliándolos, porque a medida en que hay presiones externas frente a las actividades agropecuarias ellos lo que hacen es seguir “echando pa’ arriba”, como diríamos (coloquialmente hablando)”.
Y subrayó además, “entonces lo que se les dijo fue, metan el cercado con ese incentivo que hoy les entrega la Gobernación para que ese parche que tienen no lo toquen, a otros se les dijo, ampliemos ese parche, a otros se les dijo hay que hacer unos procesos de reforestación, y eso forma parte de manera general de los acuerdos voluntarios que ha tenido cada uno de los usuarios donde hay incentivos, unos incentivos alrededor de los 500 a 600 mil pesos, como hay otros de un millón quinientos a dos millones de pesos por la conservación”.
El dinero, en efectivo, se envía por medio de un proceso de bancarización que le hacen a los beneficiarios, de manera gratuita, y el qué deben hacer se define por medio de la denominada ‘carta de navegación’ o los mencionados acuerdos.
“Nos hemos enfocado en cuidar los nacimientos de agua, cuidar el bosque y tenerlo siempre cuidadito para que el ganado no lo dañe. Uno mismo tiene que ser consciente de que hay que cuidar el agüita y el bosquecito, para que de aquí a mañana a nuestros hijos no les falte el agüita, porque hay varia gente que no es consciente, eso en los cultivos de papa no recogen los envases, eso afecta”, expresó Justo Pastor Rodríguez, beneficiario del sector.
Existe un proceso de verificación antes de llegar al incentivo y es mediante el grupo de profesionales de la Secretaría quienes hacen recorridos finca a finca, revisan el acuerdo y determinan si se cumplió o no, o que le hace falta,
“Mi compromiso es cuidar un humedal que tiene un nacimiento de agua, yo le tengo un reservorio ahí, entonces es conservarlo para que el agua siga ahí fluyendo; cuidarlo, no contaminarlo, no botarle desechos químicos, tenerlo bien y tenerlo cercadito”, contó José Alejandrino Moreno, otro beneficiario del programa.
Con el tiempo se ha logrado generar confianza en la comunidad y lo que se vivió en Ventaquemada se espera replicar en Cristales Castillejo e, incluso, en el Páramo de Pisba.
En la actividad de la mañana del martes 24 de mayo también estuvieron presentes líderes de la comunidad, usuarios, así como representantes de Corpoboyacá, Corpochivor y la Alcaldía Municipal; y unos invitados especiales, estudiantes de la institución, quienes prepararon un acto cultural con la temática de la que están siendo objeto, que ya es ejemplo para ellos y que se aspira a mantener a futuro.
